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Catástrofe en Haití

"Rosa era muy solidaria y siempre estaba dispuesta a colaborar"

El cadáver de la subinspectora Crespo fue hallado bajo el cuartel de la ONU

"Rosa era una mujer muy divertida, siempre sonriente, siempre cantando por los pasillos. Muy solidaria. Dispuesta en todo momento a colaborar con los demás". La agente Loren Fernández Carracedo recuerda así a su amiga y compañera Rosa Crespo Biel, la subinspectora del Cuerpo Nacional de Policía cuyo cadáver fue hallado ayer entre los cascotes del terremoto de Haití.

Crespo, de 47 años, destinada en el Servicio de Atención a la Mujer maltratada de Zaragoza, había pedido ir voluntaria al país caribeño para formar parte de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah). Allí estaba, trabajando de escolta de un alto cargo de la ONU, cuando le sorprendió el seísmo que ha devastado la región. Su cadáver fue encontrado ayer bajo los escombros del hotel Christopher, antiguo cuartel general de Naciones Unidas, entre cuyos restos se sospecha que hay casi un centenar de personas.

Era divertida pero a la vez responsable, recuerda una amiga policía
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Rosa ingresó hace 24 años en la Escuela de Policía de Ávila, junto con 58 mujeres más, dentro de la primera promoción del Cuerpo Nacional de Policía resultante de la unificación de la Policía Nacional y el Cuerpo Superior de Policía. Sus padres eran sordomudos y ella solía acudir con frecuencia a la asociación de sordomudos de Zaragoza. Allí conoció a su novio, Federico — "mi Federico", solía llamarle ella—, con el que luego se casó y tuvo dos hijas, hoy en plena adolescencia.

"Dibujaba muy bien. Y aprovechaba esa habilidad para muchas cosas. Así, por ejemplo, nos enseñó a las demás chicas cómo funcionaba un revólver. Ella pintó un dibujo de la nariz de Pinocho y nos iba diciendo: esto es el gatillo; aquí estaría la aguja percutora; aquí los cartuchos... Gracias a eso, las mujeres, que jamás habíamos manejado un arma, memorizamos las partes del revólver y aprobamos el examen", recuerda su íntima amiga Loren Fernández sin poder evitar una sonrisa. La facilidad para el dibujo artístico la heredó de su padre, que fue quien ideó las divertidas letras de las chocolatinas zaragozanas Lacasitos.

Tras salir de la Academia como policía básica, años después aprobó el curso de oficial y en 2003 ascendió a subinspectora y asumió la jefatura de subgrupo del Servicio de Atención a la Mujer en Zaragoza. Toda su vida profesional la pasó en Zaragoza y La Rioja, excepto los meses que estuvo en la Expo de Sevilla en 1992. En agosto de 2008 se integró en el equipo de 40 policías y guardias civiles de la misión de la ONU en Haití. La fallecida cosechó 20 felicitaciones públicas y en 1999 fue condecorada con la medalla al mérito policial con distintivo blanco.

Quienes conocieron a Rosa conservan de ella una imagen de mujer divertida y cantarina, pero a la par muy responsable. En la Escuela de Policía de Ávila, como una especie de corajuda Agustina de Aragón, ponía firmes a todas las compañeras y les obligaba a estudiar cuando había exámenes a la vista.

Loren Fernández rememora otra anécdota de su amiga: "Un día nos dijeron que las mujeres teníamos que llevar el pelo recogido o bien hacernos una coleta. Ella entonces tenía el cabello rizado. Fuimos a nuestra habitación, me dio unas tijeras y me pidió que se lo cortara... Yo la dejé como una gallina, llena de trasquilones. Pero al verse en el espejo, se echó a reír en vez de enfadarse. Así era Rosa".

Afiliada al Sindicato Unificado de Policía (SUP), solía participar activamente en las actividades de esta asociación, pero jamás ocupó un cargo ejecutivo. La dirección del SUP tiene decidido imponer el nombre de Rosa Crespo a su ONG Policía Solidaria como homenaje a la compañera fallecida en Haití. "Esperamos que a su familia le parezca bien para hacerlo", señala una dirigente sindical de Aragón.

La agente fallecida formaba parte del contingente del Cuerpo Nacional de Policía desplegado en Bosnia-Herzegovina, Afganistán, Haití, Congo, Timor Este, Sierra Leona y Guatemala, bajo supervisión de la Unión Europea y Naciones Unidas.

Crespo es la tercera española muerta por el terremoto tras el matrimonio formado por María Jesús Plaza, de 46 años, e Yves Batroni, de 50. Mientras tanto, prosigue la búsqueda de la diplomática Pilar Juárez Boal, de 53 años. Hace unos días fue encontrado un cadáver que erróneamente fue identificado como el correspondiente a esta mujer, funcionaria de la UE.

La subinspectora Rosa Crespo recibe una condecoración de Naciones Unidas, en una foto sin datar cedida por la familia
La subinspectora Rosa Crespo recibe una condecoración de Naciones Unidas, en una foto sin datar cedida por la familiaEFE

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