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La ONU se enfrenta a nuevas acusaciones de abuso sexual en África

Naciones Unidas confirma la entrada de tropas extranjeras en Congo tras la amenaza de Ruanda

Dos soldados de la misión de Naciones Unidas en Burundi (ONUB) han sido suspendidos de sus funciones, acusados de presuntos abusos sexuales a la población local, informó ayer la organización. Esta nueva acusación se suma a las más de 150 de violaciones, pedofilia y prostitución cometidas por personal de la ONU en Congo, donde la organización internacional ha confirmado la incursión de tropas extranjeras en la zona fronteriza con Ruanda.

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Los dos soldados de la ONUB, cuya nacionalidad no ha sido desvelada, están acusados de perpetrar delitos sexuales durante el pasado fin de semana en la localidad de Muyinga, cerca de la frontera con Tanzania, aseguró la portavoz de la ONUB, Stéphane Dujarric. Una investigación oficial está en marcha desde el pasado lunes, indicó la portavoz, quien no ofreció más detalles de los hechos.

En Congo, la ONU lleva a cabo una extensa investigación después de que 68 miembros de las fuerzas de paz en ese país fueran acusados de hasta 150 casos de pedofilia, violación y prostitución, en algunos casos a cambio de comida o pequeñas cantidades de dinero. Pakistán, Uruguay, Marruecos, Túnez, Suráfrica y Francia son los países de origen de algunos de los acusados. La violación de una niña de 10 años, junto a otros nueve casos de violaciones, son algunos de los casos investigados, según fuentes de la ONU, cuyo secretario general, Kofi Annan, reconoció el mes pasado los hechos y se vio obligado a pedir disculpas. Por el momento, un civil francés ha sido encarcelado acusado de pedofilia, y un oficial australiano suspendido por contratar los servicios de prostitutas congoleñas en un bar.

El personal designado para llevar a cabo las pesquisas en Congo ha sido amenazado, y alerta además del intento de soborno a testigos de los abusos, según un informe confidencial de la ONU, filtrado esta semana por The Washington Post. Las fuerzas de paz de la ONU desplegadas en Burundi están compuestas por unos 5.000 miembros, mientras que en la República Popular del Congo hay unos 11.000 cascos azules desplegados desde 2001 para vigilar el alto el fuego, tras una guerra que se cobró tres millones de vidas.

Por otra parte, la Misión de Naciones Unidas en Congo (MONUC) confirmó ayer en un comunicado la presencia de tropas extranjeras en el este del país. Desde finales de noviembre, el Gobierno congoleño ha acusado repetidamente a Ruanda de enviar soldados a la provincia de Kivu del Norte, acusaciones que Kigali ha negado y que, hasta ahora, no habían sido verificadas por ninguna fuente independiente. La MONUC aseguró estar "convencida de que tropas extranjeras entraron en territorio congoleño un día después de que Ruanda amenazara con hacerlo", el pasado 23 de noviembre. El Gobierno ruandés había advertido a Kinshasa de que enviaría a su Ejército para acabar con los hutus extremistas, responsables del genocidio de tutsis y hutus moderados en 1994, que se refugian en las regiones orientales de Congo fronterizas con Ruanda.

Las fuerzas de la ONU en Congo están enviando a todos sus efectivos a Kivu del Norte con el fin de proteger a los civiles que han quedado atrapados en el centro de los combates entre el Ejército regular de Congo y soldados rebeldes prorruandeses. Unas 40.000 personas han abandonado sus casas en la localidad fronteriza con Ruanda de Kanyabayonga. No hay cifras oficiales del número de muertos en los choques, pero un corresponsal de la cadena británica BBC que ha visitado recientemente Kanyabayonga contó al menos 75 cadáveres de soldados congoleños.

La guerra en Congo terminó oficialmente en 2002, pero los nuevos enfrentamientos hacen temer un nuevo estallido del conflicto, según los analistas internacionales.

Rebeldes de la República Democrática de Congo vuelven del frente en Rutshuru, cerca de Ruanda.
Rebeldes de la República Democrática de Congo vuelven del frente en Rutshuru, cerca de Ruanda.REUTERS

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