Noriega, un personaje incómodo para Panamá
El ex dictador es extraditado a Francia, ante la pasividad del Gobierno panameño, para cumplir una condena por blanqueo de capitales.- El ex general dirigió con mano dura el país centroamericano entre 1983 y 1989 y fue detenido por el Ejército estadounidense en la invasión de 1990
El ex dictador panameño Manuel Antonio Noriega dirigió con mano dura Panamá entre 1983 y 1989 pero tras su detención en 1990 se ha convertido en un personaje que nadie quiere recordar en Panamá. Tras completar una condena por delitos de narcotráfico , asociación ilícita y conspiración en una prisión federal de Miami, el Gobierno panameño no ha hecho nada por obtener la extradición del ex general, que finalmente ha sido enviado a Francia para afrontar una condena dictada en rebeldía en 1999 por blanqueo de capitales.
Noriega fue el "hombre fuerte" del país centroamericano durante seis años, el poder a la sombra de los Gobiernos de turno entre 1983 y 1989. Nacido en 1935, en el seno de una familia humilde, Noriega apoyó el golpe militar que llevó al poder al general Omar Torrijos y dos años después, en 1970, en agradecimiento a su colaboración para sofocar una conspiración fue nombrado jefe del servicio de inteligencia: el temido G-2.
Tras la muerte de Torrijos en accidente de avión, en 1981, Noriega se disputó el poder con el general Rubén Darío Paredes, entonces jefe de la Guardia Nacional, quien creyendo tener el suficiente apoyo, en 1983 pidió la baja del Ejército para presentarse como candidato a la Presidencia. El 12 de agosto de ese año fue nombrado jefe de la Guardia Nacional, en sustitución de Paredes. Pese a las acusaciones de tener vínculos con el narcotráfico y el contrabando de armas, por medio de su asesor Mike Harari, antiguo jefe de los servicios secretos israelíes, Noriega contó en todo momento con el apoyo de Estados Unidos.
En 1984 arrestó al teniente coronel Julián Melo, uno de sus más estrechos colaboradores, como responsable de una red de narcotráfico. El oficialista Nicolás Ardito Barletta, que ganó las elecciones de 1984 gracias a un fraude, fue obligado a dimitir un año después por Noriega, tras abrir una comisión para investigar el asesinato del opositor Hugo Spadafora, del que era acusado el propio Noriega.
Acumulación de condenas
El sustituto fue el hasta entonces vicepresidente Eric Arturo Delvalle, que correría la misma suerte en 1988, cuando ordenó el paso a retiro de Noriega y su destitución. "El que se va es él", fue la respuesta de los militares cuando Del Valle anunció la destitución de Noriega, tras casi un año de crisis política protagonizada por la Cruzada Civilista para acabar con la dictadura militar.
El detonante de esa crisis fue el coronel Díaz Herrera, que en mayo de 1987, despechado por su pase a retiro, acusó a Noriega de narcotráfico, del asesinato de Spadafora, de complicidad en la muerte de Omar Torrijos y del fraude electoral de 1984. Estas denuncias llevaron a Estados Unidos a cambiar su opinión sobre quien hasta entonces era su hombre el Panamá, hasta darle totalmente la espalda y, a petición de la justicia, terminar por reclamarlo para juzgarlo por narcotráfico.
Las elecciones de 1989, ganadas por Guillermo Endara, fueron anuladas en medio de disturbios y se nombró presidente a Francisco Rodríguez, lo que supuso la continuidad de un régimen tutelado por los militares. El 20 de diciembre de 1989, cinco días después de que asumiera el puesto de jefe del Gobierno, las tropas estadounidenses invadieron Panamá para "restablecer la democracia" y capturar a Noriega, algo que lograron el 3 de enero de 1990 , al entregarse tras haber permanecido refugiado en la Nunciatura unos días.
Casi dos años después, en septiembre de 1991 comenzó el juicio en su contra y el 9 de abril de 1992 fue condenado a 40 años de cárcel por ocho delitos de narcotráfico y blanqueo de dinero. Ahora, tras llegar extraditado a Francia, se enfrenta a una condena pendiente de diez años por blanqueo de capitales a través de bancos franceses por un total de 2,2 millones de euros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.