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Guerra en el Cáucaso

Moscú respalda la independencia de Osetia del Sur y Abjazia

El presidente Medvédev propone negociar la secesión según la ley internacional

Pilar Bonet

Los líderes de Osetia del Sur y Abjazia, Eduard Kokoity y Serguéi Bagapsh, respectivamente, exhortaron ayer a la comunidad internacional a reconocer la independencia de sus territorios, tras entrevistarse en Moscú con el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev. "Cuanto más pronto se reconozca, más rápidamente se restablecerá la estabilidad en el Cáucaso", dijo Kokoity. "El Cáucaso es parte de Europa y Osetia del Sur y Abjazia pueden hacer mucho para estabilizar la situación", agregó.

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Rusia apoya cualquier decisión de ambas regiones sobre su estatus y será su garante en el mundo, manifestó Medvédev a los separatistas. "Queremos que sepan que la posición de Rusia no ha cambiado, apoyaremos cualquier decisión que adopten los pueblos de Osetia del Sur y Abjazia de acuerdo con el estatuto de la ONU, la convención internacional de 1966 y el Acta de Helsinki, y no solo apoyaremos, sino que la garantizaremos en el Cáucaso y en todo el mundo", dijo el jefe del Estado ruso.

El Kremlin parece haberse decantado por la vía de un proceso de negociaciones hacia la independencia de Osetia del Sur y Abjazia con el fin de garantizarles una legalidad internacional como Estados en un plazo difícil de predecir. La otra posición es la de reconocer ya a los territorios secesionistas, lo que para el Kremlin supondría una política de hechos consumados y aislamiento internacional. Para el Kremlin, el encauzamiento legal del separatismo caucásico tiene sus riesgos, ya que, tal como están las cosas, requiere un esfuerzo consecuente y sofisticado y también abundantes recursos, tanto militares como económicos y diplomáticos.

Por su parte, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, dijo a la emisora el Eco de Moscú que la integridad territorial de Georgia está "limitada" en este momento debido al conflicto con Osetia del Sur y que el problema sólo puede resolverse mediante la búsqueda de un camino "mutuamente aceptable". Lavrov recordó que Nicolas Sarkozy dijo que nadie dudaba sobre la integridad territorial de Georgia cuando le preguntaron por qué no la mencionaba en el plan de seis puntos concertados por el Kremlin. "Pero la verdadera situación surgida en las relaciones georgiano-abjazas y georgiano-osetias es tal, que en ambos casos la comunidad mundial ha reconocido la existencia de un conflicto y es necesario crear mecanismos de conversaciones y de pacificación", explicó.

El jefe de la diplomacia rusa considera posible un aumento del contingente de observadores internacionales en la zona del conflicto georgiano-abjazo, dado que los pacificadores rusos deben "adoptar medidas suplementarias de seguridad, teniendo en cuenta la vulnerabilidad de Tsjinvali ante posibles aventuras georgianas". En Abjazia actúan los observadores de la ONU y en Osetia del Sur hay una misión de la OSCE. Lavrov mencionó la necesidad de "mecanismos suplementarios" de presencia internacional en la zona de conflicto en territorio de Georgia. El ministro, sin embargo, no se refería a la incorporación de otros países al contingente de los pacificadores, para lo cual, según dijo, es "prematuro".

Ni Rusia ni Osetia del Sur quieren oír hablar del retorno de pacificadores georgianos a la región. "En Osetia del Sur sólo habrá pacificadores rusos. Con la UE y la OSCE hablaremos sólo de la cantidad de observadores y no en Osetia del Sur, sino en territorio de Georgia", puntualizó Kokoity.

"No habrá más conversaciones con Georgia. El tema de quién debe ser un Estado no lo decide ni el Tío Sam ni algún lugar de Europa, sino el pueblo que vive en ese territorio", afirmó el líder de Osetia del Sur, que evitó plantearse hoy la reunificación con Osetia del Norte, perteneciente a Rusia.

El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, reunido en el Kremlin con mandos militares que han participado en las operaciones de Osetia del Sur.
El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, reunido en el Kremlin con mandos militares que han participado en las operaciones de Osetia del Sur.EFE

Los dirigentes separatistas que el Kremlin ampara

- Eduard Kokoity, de 44 años, campeón de lucha libre, pasó de encabezar la Juventud Comunista de Tsjinvali a hacer negocios en Moscú en 1992.

De regreso a su ciudad, en 2001, gana unos comicios presidenciales, no reconocidos internacionalmente, gracias al apoyo del clan Tedeiev, poderosa familia surosetia que pasa a controlar la aduana y el transporte de mercancías (y el contrabando) en la autopista transcaucásica. En 2003, Kokoity expulsa a los Tedeiev de su gobierno y desarma a sus milicias privadas. Su proyecto: la independencia de Osetia del Sur y su anexión a Rusia.

- Serguéi Bagapch, presidente de Abjazia, tiene 59 años y en su currículo se presenta como hombre de negocios. Hizo toda su carrera política en el seno del Partido Comunista de la Unión Soviética y siguió en el poder una vez que Abjazia proclamó su independencia de Georgia en 1992, tras una cruenta guerra de poco más de un año, que provocó decenas de miles de víctimas y el éxodo de 250.000 georgianos, según Tbilisi. Entre 1997 y 1999, Bagapch ocupó el cargo de primer ministro. En 2005 fue elegido presidente tras unos controvertidos comicios.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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