Merkel deberá declarar ante el Parlamento por la matanza de Afganistán
La canciller alemana, Angela Merkel, y su ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, declararán en enero ante la recién constituida comisión de investigación parlamentaria sobre la masacre del 4 de septiembre en la provincia afgana de Kunduz. Decenas de civiles, entre ellos niños, murieron en un bombardeo ordenado por un coronel alemán.
Los sucesos de Kunduz y la política informativa del Gobierno protagonizaron ayer el debate parlamentario. Guttenberg y el Ejecutivo deberán aclarar cuándo supieron que hubo víctimas civiles y si el ataque es compatible con el mandato alemán en Afganistán.
El bombardeo, ordenado tras el robo de dos camiones cisterna llenos de gasolina, y la negativa de Defensa a reconocer la muerte de civiles, han costado el puesto al ministro de Trabajo y anterior titular de Defensa Franz Josef Jung, al jefe militar del Ejército alemán y al segundo de Guttenberg en el Ministerio.
Guttenberg, que ha heredado de Jung el mote de "ministro de autodefensa", pasa por las horas más difíciles de su meteórica carrera política. Dedicó su discurso de ayer a contrarrestar las críticas y a rechazar las acusaciones del dimitido jefe militar del Ejército. Según ha declarado esta semana el general Wolfgang Schneiderhan, Guttenberg mintió el 25 de noviembre al asegurar que desconocía los informes secretos sobre el bombardeo.
Otra pregunta legítima es cuánto sabía de la muerte de civiles Merkel, que el mismo mes del ataque se jugaba su reelección. La canciller ha evitado de momento referirse al asunto ante el Parlamento.
2.000 soldados más
El Gobierno alemán deberá aclarar si el bombardeo responde a un cambio en su estrategia militar en Afganistán. Berlín enviará 2.000 soldados más al país asiático en respuesta a la petición de EE UU y la OTAN, según el periódico Westdeutsche Allgemeine Zeitung, aunque no anunciará la decisión hasta enero.
El coronel Georg Klein, que ordenó el ataque, impidió que los pilotos estadounidenses avisaran con vuelos rasantes a las personas en torno a los camiones robados. Guttenberg reconoció que el objetivo era, por tanto, matar personas y no destruir los camiones. Según la prensa alemana, el cambio de estrategia en Kunduz fue autorizado por la Cancillería, pero la oposición dice que es incompatible con las directrices del Parlamento.
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