Kirguizistán vota por el fin de la violencia
El Gobierno anticipa la aprobación en referéndum de una nueva Constitución parlamentaria P La heridas del odio étnico siguen abiertas en el sur del país
Kirguizistán ha aprobado ayer una nueva Constitución, según datos provisionales del referéndum celebrado para dar legitimidad al proceso político iniciado en la Revolución de abril. A favor de la Constitución y de un periodo transitorio presidido por Rosa Otunbáyeva votó más del 64% del electorado, según el escrutinio del 5% de los votos. Más de un 65% de los electores acudieron a las urnas, pese a los traumas vividos este mes en ese país centroasiático, donde centenares de personas han perecido víctimas de enfrentamientos étnicos.
En el referéndum no se registraron incidentes y, aunque el recuento de votos apenas se había iniciado, Otunbáyeva se apresuró a declarar que la Constitución había sido aprobada y que Kirguizistán había "puesto fin a la época autoritaria de los clanes familiares Akáyev y Bakíyev, en referencia al primer y segundo presidentes del Estado, obligados ambos a dejar el poder en sendas revoluciones, en 2005, y en abril pasado, respectivamente. Los porcentajes más altos de voto se dieron en las regiones del norte. En Bishkek, la capital, la afluencia fue superior al 73%, y en Osh, uno de los escenarios de los disturbios, rondaba el 51%. El referéndum, pese a las expectativas puestas en él, puede no resolver los problemas de Kirguizistán.
El politólogo Monat Kazakpáev acusaba a las autoridades kirguisas de alterar la pregunta del plebiscito y afirmaba que el apoyo recibido no significa apoyo al Gobierno provisional. Éste está formado por 14 políticos integrados en tres formaciones. Otunbayéva procede del partido socialdemócrata.
Tras un paréntesis de dos días, Kirguizistán volverá a introducir mañana el toque de queda en las provincias de Jalalabad y Osh. Se prolongará desde las 10 de la noche a las cinco de la mañana y durará hasta el 10 de agosto.
Otunbáyeva viaja a Osh
La jornada electoral comenzó temprano. Pocos minutos después de las siete, cuando abrían los colegios, Otunbáyeva volaba desde el aeropuerto de Manás, en Bishkek, con rumbo a Osh. El avión presidencial, un Beachcraft de ocho plazas, a bordo del cual iba también esta corresponsal, fue adquirido en época de Bakíyev. En la pista de despegue, el diminuto tamaño del aparato contrastaba con los sólidos Hércules de las tropas norteamericanas que abastecen Afganistán desde la base de Gansi, adjunta al aeropuerto de la capital.
Con Otunbáyeva viajaba Zhantoro Satybaldyev, el hombre que se responsabilizará la reconstrucción de Osh y Jalalabad. Antiguo alcalde de Osh y ex ministro de Transporte, Satybaldyev ha dejado su trabajo en una organización internacional en Bakú (Azerbaiyán) para asumir el cargo en su país. Tiene ideas propias para reconstruir Osh. Quiere transparencia, control social y un concepto urbanístico que integre las comunidades enfrentadas.
En Osh, un letrero daba la "bienvenida a la capital del sur de Kirguizistán". La comitiva presidencial se desplazó del aeropuerto a la sede local del ministerio de Situaciones de Emergencia por una avenida flanqueada de edificios quemados y destruidos. Muchas fachadas tenían pintadas las siglas "kg" (por Kirguizistán) o "SOS", según se tratara de domicilios de kirguises o de uzbekos que trataron de protegerse así de las matanzas.
La presidenta interina, que pasó parte de su juventud en Osh, votó en el colegio 298, en la Universidad Estatal. Al electorado se le preguntaba si aceptaba el nuevo proyecto de constitución y el proyecto de ley preparado por el gobierno provisional para su entrada en vigor.
En sus 19 años de historia desde la independencia de la URSS, Kirguizistán ha tenido varios sistemas políticos y varias constituciones, la última de las cuales, de corte presidencialista, fue aprobada en diciembre de 2007. En la que se sometía a referéndum ayer, de corte parlamentario, se prevé una cámara de 120 diputados elegidos por lista de partidos. Ninguna de las fuerzas políticas que entre en el parlamento podrá monopolizar el poder, pues la carta magna contempla una representación máxima de 65 diputados por partido. Es previsible que haya elecciones legislativas el próximo octubre.
Otunbáyeva presentó al responsable de la reconstrucción a los altos cargos locales, civiles y militares. Los funcionarios escrutaron detenidamente a quien tendrá que mover grandes sumas en un entorno poco acostumbrado a la transparencia. El gobierno provisional no puede apoyarse excesivamente en los órganos de orden público de Osh y Jalalabad, pero sí puede hacerlo en la sociedad civil de aquellas regiones. Una veintena de activistas explicaron ayer su visión de los problemas existentes. Fueron directos, concretos, críticos y mantuvieron un diálogo de tú a tú con Otunbáyeva y el ministro de Defensa, Ismail Isákov, con un estilo que contrasta con la retórica de subordinación y adulación predominante en los países vecinos.
Los defensores de derechos humanos pidieron proyectos con participación conjunta de uzbekos y kirguises, denunciaron a los representantes del orden público e interior, a los que acusaron de impedir el acceso a los detenidos por los disturbios, y a los que atribuyeron torturas, abusos y de la "cacería de móviles" para eliminar imágenes comprometedoras. También recomendaron la rotación y renovación del funcionariado y abordaron la precaria situación de los desplazados que han regresado de los campos de internamiento de Uzbekistán. El ministro Isákov informó de que la cifra de los retornados era de 75.865 personas. Según él, entre las 380 que se quedaron en Uzbekistán podía haber personas que participaron en los desordenes. Los desaparecidos se calculan entre un mínimo de 15 y un máximo de 500.
Datos clave
- 1991. Declaración de independencia con Askar Akayev como presidente, quien repite mandato en 1995 y 2000 en unas elecciones poco transparentes.
- El fraude de las elecciones de 2005 y la detención de varios opositores provoca la Revolución de los tulipanes que termina con Akayev.
- Bakíyev, elegido presidente, nombra primer ministro al opositor Felix Kulov. El Gobierno de unidad se quiebra en 2006.
- En abril de 2010, una nueva revolución expulsa a Bakíyev del poder. En su lugar es elegida Roza Otunbayeva.
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