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Israel aprueba la construcción de 900 casas más en territorio ocupado

El gesto del Gobierno de Benjamín Netanyahu supone un nuevo desaire a Estados Unidos

Un desafío tras otro. No satisfecho con las 3.000 viviendas que ya se construyen en las colonias judías de la Cisjordania ocupada, el Gobierno israelí ha aprobado este martes la edificación de 900 apartamentos más en el asentamiento de Gilo, en las inmediaciones de Jerusalén. Esta vez, el enviado especial de Barack Obama, George Mitchell, había advertido el lunes explícitamente contra esta iniciativa. En vano. Cosechó un nuevo fracaso. La decisión no hace sino socavar la posición del presidente palestino, Mahmud Abbas, que rechaza reiniciar el proceso de paz mientras continúe el crecimiento de las colonias.

Reforzado por las encuestas en una opinión pública israelí que se escora hacia la extrema derecha; a sabiendas de que a día de hoy -y desde hace décadas-, las críticas de los países de la Unión Europea son palabras huecas, y teniendo en cuenta que la Administración de Barack Obama ha claudicado y ya no exige frenar la colonización de Cisjordania y de Jerusalén Este para reiniciar el enésimo proceso de paz, Netanyahu sigue transitando por un camino en el que Israel ha gozado de impunidad desde la guerra de 1967 y la consiguiente conquista de los territorios palestinos. Nada obsta, sin embargo, para que el Ejecutivo israelí siga hablando de su intención de negociar.

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"Netanyahu, con el fin de reemprender el proceso de paz, está dispuesto a adoptar una política de la mayor contención posible en lo relativo al crecimiento (de los asentamientos) en Cisjordania", aseguró Mark Regev, portavoz del primer ministro. Y prosiguió, dejando claro su desprecio por las resoluciones de Naciones Unidas y enfatizando que la mitad palestina de la ciudad santa queda excluida de esa supuesta política: "Jerusalén es la capital de Israel y permanecerá como tal".

La legalidad internacional -Israel ha violado decenas de resoluciones del consejo de Seguridad de la ONU en los últimos 42 años- es papel mojado, salvo cuando beneficia sus intereses. En Jerusalén Oriental y en pueblos palestinos anexionados ilegalmente en 1981 siguen también las demoliciones de casas. Este martes, la piqueta ha derribado otra vivienda en Beit Hanina. Sobre otros barrios de la parte árabe penden decenas de órdenes de demolición.

Mientras, el presidente Abbas, un líder patético a ojos de la gran mayoría de sus conciudadanos, continúa lanzando amenazas -promover ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas el reconocimiento formal de un Estado palestino en Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este sin negociar con Israel- que inmediatamente, como ha sucedido este martes y el lunes, recaban el rechazo unánime de Bruselas y de Washington.

"Las condiciones no están maduras para ese paso", declaró Carl Bildt, presidente de turno de la UE, mientras madura incesante la expansión de las colonias, en las que ya viven más de medio millón de israelíes, en medio de dos millones y medio de palestinos.

Un palestino ora en medio de construcciones en el asentamiento de Gilo en Jerusalén Este
Un palestino ora en medio de construcciones en el asentamiento de Gilo en Jerusalén EsteREUTERS

La Casa Blanca se muestra "consternada"

La Casa Blanca ha afirmado sentirse "consternada" por la aprobación israelí para ampliar el asentamiento judío de Gilo, en Jerusalén Este, y ha criticado asimismo los recientes desalojos y demoliciones de viviendas palestinas.

"En un momento en el que estamos trabajando para relanzar las negociaciones" de paz entre israelíes y palestinos "estas acciones complican nuestros esfuerzos para tener éxito", ha afirmado en un comunicado el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs.

"Estamos consternados por la decisión del Comité de Planificación de Jerusalén de seguir adelante con el proceso de aprobación de la expansión de Gilo en Jerusalén", ha dicho Gibbs. "Estados Unidos también se opone a otras de las prácticas israelíes en Jerusalén relacionadas con la vivienda, incluida la pauta de desalojos y demoliciones de casas palestinas".

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