Irán permite que un 'bloguero' preso escriba desde la cárcel
Los internautas iraníes no daban crédito cuando hace unos días vieron reaparecer en la blogosfera a Mohamed Alí Abtahí. El clérigo bloguero, que fuera vicepresidente con el reformista Mohamed Jatamí, está detenido desde el pasado 16 de junio a causa de las protestas por la reelección de Mahmud Ahmadineyad. Desde entonces, su popular bitácora (webneveshteha.com) guardaba silencio. "Me ha sorprendido que mi interrogador me dijera que podía reanudar su escritura", escribe un Abtahí al que muchos seguidores afirman no reconocer.
Y eso que la nueva entrada, datada el 4 de shahrivar (el 26 de agosto en el calendario occidental), mostraba una imagen suya frente a la webcam. El contraste con la foto que ilustra su diario digital no puede ser más llamativo. Su sonrisa no logra borrar el demacrado aspecto que ya reveló durante su comparecencia ante un tribunal revolucionario el pasado 1 de agosto. Su familia denunció que había perdido 18 kilos.
Como ocurriera entonces con su confesión, muchos iraníes consideran que la reanudación del blog es un intento de las autoridades para demostrar que tratan bien a los reclusos. Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos han denunciado que Abtahi y otros presos políticos fueron forzados a hacer confesiones falsas, algo que los responsables iraníes desmienten.
"Sé que algunos de mis amigos también han sido detenidos (...) La cárcel es difícil para todos", admite el bloguero Alí Abtahí antes de explicar que entiende que les detuvieron "para calmar la crisis".
De inmediato, la blogosfera iraní se llenó de comentarios y análisis lingüísticos que desmienten que Abtahí haya escrito esas frases. Poco después, su blog desaparecía misteriosamente de la Red. La hija que le ayudaba con las cuestiones técnicas declinó hablar con esta corresponsal. Pero esta vez en las pantallas no aparece el habitual Access Denied, el filtro con el que las autoridades bloquean el acceso a los lugares críticos y que se ha extendido notablemente en los últimos meses.
A las páginas que incluyen la palabra sexo (ayer no se podía acceder a una información de este periódico titulada Grupos conservadores critican una guía sexual de la Unesco), se suman las de los grupos políticos opositores y medios de comunicación considerados enemigos como la cadena británica BBC.
Los reformistas se las ven y se las desean para encontrar servidores fuera del alcance de la brigada cibernética de los Guardianes de la Revolución.
La situación es tan acuciante que el programa antifiltro Freegate, uno de los más populares en Irán, se ha visto desbordado por la demanda desde este país y, tal como advierte cuando se intenta utilizar, ha tenido "que restringir el acceso a un número limitado de páginas".
Además, los internautas iraníes denuncian la baja velocidad de conexión. Aunque la situación ha mejorado respecto a las semanas inmediatamente siguientes a las elecciones, las descargas son desesperantemente lentas, incluso cuando se dispone de una conexión ADSL.
Según World Speedtest.net, Irán ocupa el puesto 187 del mundo con una velocidad media de 0,49 megabites por segundo (en España anda entre los cuatro y los ocho, según zonas). Y a 0,19 Mb/s, subir cualquier documento constituye una heroicidad.
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