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Hugo Chávez refuerza su alianza con Irán

El presidente venezolano recibe en Caracas a Ahmadineyad tras firmar más de 270 acuerdos económicos - Teherán ofrece cooperación para prospecciones mineras

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, llegó ayer a Caracas, en su cuarto viaje oficial a Venezuela, para pisar la alfombra roja que rodea la casa de Gobierno de Venezuela, el Palacio de Miraflores, y recibir honores militares. Pero también es la novena oportunidad, desde 2006, en que Ahmadineyad y el presidente Hugo Chávez se reúnen para afianzar la "alianza estratégica" entre ambas naciones. Y es una de las tantas veces en que Chávez ha estrechado a Ahmadineyad entre sus brazos y que ambos se han llamado "hermano".

"Estamos aquí para darte la bienvenida a ti, hermano Mahmud Ahmadineyad. Líder, hermano, compañero. Yo diría, incluso, gladiador de las luchas antiimperialistas. (...) Sólo un pueblo libre puede recibirte como te recibimos. (...) Cristo y Mahoma nos alumbran el camino para derrotar las amenazas del imperio. No podrá con nosotros, triunfará la paz, triunfará la buena fe", dijo Chávez. Y su invitado contestó a los honores dando gracias a los dioses por la oportunidad "de estar aquí, con mi hermano valiente". "Un hermano que está resistiendo como una montaña ante las agresiones del imperialismo y el colonialismo", añadió.

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La llegada del presidente iraní a Caracas estuvo precedida por el aterrizaje de una comitiva de más de 70 empresarios de Irán, que entre lunes y martes discutieron junto a representantes del Gobierno venezolano las condiciones de los nuevos acuerdos de cooperación que firmarían ayer los jefes de Estado. Porque no bromeaban Hugo Chávez y Mahmud Ahmadineyad el 30 de julio de 2006 cuando, en su primer encuentro oficial en Teherán, se comprometieron a aumentar "significativamente" el intercambio bilateral. Desde esa fecha, ambos Gobiernos han suscrito 279 acuerdos de cooperación energética, petroquímica, comercial, industrial, bancaria, educativa, turística, de telecomunicaciones, transferencia de tecnología y, los más recientes, para el desarrollo de biotecnología, nanotecnología y servicios espaciales. A principios de 2009, el intercambio comercial entre ambos países se calculaba en más de 6.000 millones de dólares, con una balanza favorable a Irán.

Tres años más tarde, además de la "lucha antiimperialista", Irán y Venezuela comparten la propiedad de dos fábricas de coches y de tractores, llamadas Venirán y Venitractor. Han fundado un banco binacional, el Banco Internacional de Desarrollo, que aclara en su portal web que no colabora "con actividades nucleares en Irán". Sus aerolíneas públicas, Conviasa e Iran Air, operan el puente aéreo que conecta dos veces por mes las ciudades de Caracas, Damasco y Teherán. También han acordado que Irán explore la existencia de "nuevos minerales" en Venezuela: "Se están haciendo unas aerofotografías con participación de Irán. No son para [buscar] uranio sino para saber qué minerales hay en Venezuela", ha dicho al respecto el ministro de Comunicación e Información venezolano, Jesse Chacón, con el ánimo de disipar los rumores que señalan que realmente buscan uranio.

Durante su última visita a Teherán, en septiembre, Chávez y Ahmadineyad también acordaron que la estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) suministrará 20.000 barriles de gasolina diarios a Irán y que, junto con la estatal Petropars, explotará el campo gasífero South Pars 12. Este yacimiento de gas es el más grande de Irán, con reservas estimadas en 12,6 billones de metros cúbicos de gas natural: un 47% del total de las reservas del país. Además, ambos países han formado un holding petrolero con participación de Pdvsa y la National Iranian Oil Company (Niocal), que han bautizado como Beniroug.

Tampoco mentía Chávez en enero de 2006 cuando se declaraba dispuesto a apoyar a Irán "en todo momento y bajo toda condición". Desde entonces, el presidente venezolano ha defendido el carácter pacífico del plan nuclear iraní. A principios de 2009, también acompañó a Ahmadineyad en su idea de demandar a Israel ante la Corte Penal Internacional por "los crímenes de lesa humanidad cometidos por sus líderes" durante el ataque militar sobre la franja de Gaza. Y fue, junto con Evo Morales, el único jefe de Estado que rompió relaciones con Tel Aviv a causa de este episodio. Chávez, además, le atribuyó a la CIA las denuncias de fraude electoral durante los comicios en los que se reeligió a Ahmadineyad.

Y ayer ambos mandatarios renovaron sus votos, como dijera Ahmadineyad, para seguir resistiendo contra "las arrogancias del imperialismo mundial".

Los presidentes de Irán, Mahmud Ahmadineyad (izquierda), y Venezuela, Hugo Chávez, ayer en el Palacio de Miraflores, en Caracas.
Los presidentes de Irán, Mahmud Ahmadineyad (izquierda), y Venezuela, Hugo Chávez, ayer en el Palacio de Miraflores, en Caracas.AP

Una visita "indeseable" para la oposición

Ni la oposición al Gobierno de Chávez ni la comunidad judía de Venezuela ven con buenos ojos la presencia en Caracas del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad. Unos y otros protestaron contra el viaje a través de comunicados en los que tachan a Ahmadineyad de "dictador indeseable" y de "oscuro personaje".

El martes, los 11 partidos opositores agrupados en la alianza política llamada Mesa de la Unidad, señalaron a través de una nota de prensa que la "alianza estratégica" de los Gobiernos iraní y venezolano "suscita fundadas sospechas y temores". En el documento, la oposición enumera cuatro razones para rechazar el cuarto viaje de Ahmadineyad a Venezuela: "Pretende llevar a cabo un programa de enriquecimiento de uranio sin estar sujeto a controles internacionales"; "predica irresponsablemente la negación del Holocausto"; "promueve la discriminación a la mujer", y "no ha dudado en apelar al fraude electoral y a la represión para mantenerse en el poder".

El lunes, la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) también emitió un comunicado en el que señala que el hecho de que los Gobiernos de Brasil, Bolivia y Venezuela brinden su hospitalidad a Ahmadineyad otorga legitimidad a un régimen "sobre el que pesan serias dudas acerca de la transparencia y legalidad de su origen". La confederación critica a Ahmadineyad, además, por haber nombrado a Ahmad Vahidi como ministro de Defensa en agosto pasado. Vahidi es investigado por Interpol, a petición del Gobierno de Argentina, como sospechoso de participar en el atentado con bombas contra la sede de la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA) ocurrido en 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y 300 heridos. Para las asociaciones judías, concluye el comunicado, "recibir la visita de Ahmadineyad es admitir a un ominoso personaje, que representa el oscurantismo para el propio pueblo iraní, y que en el futuro, si los líderes del sistema democrático del mundo no se proponen frenar sus ambiciones, podría traer mayores desgracias para la humanidad".

Desde enero pasado -cuando Chávez y Ahmadineyad dijeron que denunciarían a Israel ante la Corte Penal Internacional por su última intervención militar en la franja de Gaza, y Caracas decidió expulsar al embajador de Israel en Venezuela- las asociaciones de judíos temen que la retórica política de ambos mandatarios se traduzca en acciones violentas en su contra. Justo en aquel momento, partidos y organizaciones afines al Gobierno de Chávez llamaron al pueblo a unirse a una "Intifada internacional", que consistía en no comprar productos identificados con el código de barras de Israel. El pasado 8 de enero, la sinagoga Tiferet Israel de Caracas fue cubierta de pintadas con frases como "Viva Palestina libre", "Islam, patrimonio de todos", y con dibujos que igualaban la estrella de David con la esvástica nazi. Luego, el 30 de enero, se produjo el asalto a la misma sinagoga, del que el Gobierno responsabilizó a siete policías y cuatro civiles.

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