Fuertes críticas a la fiscalía mexicana por su actuación en el caso de la niña Paulette

La policía mexicana busca a un varón de 40 años que podría ser decisivo en determinar las circunstancias y el posible móvil del homicidio de Paulette Gebara, la niña de cuatro años que fue hallada muerta en su habitación nueve días después de haberse denunciado su desaparición.

La Procuraduría del Estado de México, a cargo de las investigaciones, ha sido el blanco de fuertes críticas por el modo en que ha llevado las investigaciones. Dos asuntos centran el debate: el que los policías tardaran una semana en hacerse del control del piso y el hecho de que en la habitación estuviera el cuerpo de Paulette.

La policía centra ahora su trabajo en la localización de ese hombre de 40 años, presuntamente instructor de gimnasio. Según ha trascendido, éste habría viajado a Los Cabos (Baja California Sur), junto con Lissette Farah, la madre de Paulette, días antes de la desaparición de la niña. Paulette vivía con sus padres y una hermana de siete años en un piso de un suburbio de Huixquilucan, cercano a Ciudad de México.

La mañana del 22 de marzo, una de las dos niñeras de Paulette se dio cuenta de que ésta no estaba en la habitación. La policía del Estado de México fue notificada ese día de la desaparición. La niña sufría discapacidad motriz y de lenguaje, y no se podía valer por sí misma. El lunes siguiente las niñeras y los padres fueron arraigados (figura judicial que en México permite retener a una persona sin abrirle causa penal específica). La medianoche del martes 30, en una diligencia de reconstrucción de los hechos, la policía halló el cuerpo sin vida de Paulette, envuelto en una sábana, en un espacio entre el colchón y el mueble de madera.

Mauricio Gebara, padre de Paulette, viajó con sus dos hijas a Valle de Bravo, un balneario a hora y media de la Ciudad de México. Según su declaración, regresó la noche del domingo y habría entregado a Paulette a su madre en el vestíbulo del edificio donde viven. Lissette Farah declaró que ella, como era habitual, acostó de inmediato a la niña.

En las últimas horas la policía ha interrogado a una amiga de Lissette, de nombre Amanda Moreno, que habría dormido un par de noches en la cama de Paulette tras su desaparición. Además, ha despertado sospechas el comportamiento de la abuela materna de la niña, que tras visitar a Lissette en el hotel en que se encuentra arraigada, se dirigió al piso de los Gebara Farah, para entonces precintado, y quiso entrar a recoger un teléfono móvil. Las autoridades le impidieron el acceso, y apenas unas horas después sería encontrado el cuerpo de Paulette.

Lo que ya adelantaron es que las primeras pruebas forenses ayudan a establecer que la muerte de la niña habría ocurrido entre cinco y nueve días antes del hallazgo, lo que sigue dejando abierta la posibilidad de que el fallecimiento se produjera después de la denuncia de su desaparición.