España espera que Europa cambie la política hacia la isla
Moratinos afirma que no hay razón para que Bruselas mantenga bloqueadas las relaciones desde 1996
"Es una noticia que muy pocos esperaban. Todo el mundo tiene que reaccionar". Dicho con otras palabras: la pelota está ahora en el tejado de la UE y Estados Unidos. Así lo piensa, al menos, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien la pasada madrugada, poco antes de tomar el vuelo de regreso a Madrid, telefoneó desde la residencia del embajador español en La Habana a la alta representante para la Política Exterior y de Seguridad de la UE, Catherine Asthon, y a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
La primera, según dijo en Bruselas su portavoz, Michael Mann, expresó su "satisfacción" por el anuncio y mostró su confianza en que las excarcelaciones se produzcan "con rapidez" y supongan una "solución permanente" para el problema de los presos políticos. No quiso pronunciarse, sin embargo, sobre si este paso será suficiente para que los Veintisiete deroguen la Posición Común, que desde 1996 condiciona las relaciones con Cuba a las reformas democráticas y el respeto a los derechos humanos. Eso sí, recordó que un cambio de ese tipo requiere "unanimidad" y que la liberación de los prisioneros de conciencia es un "paso indispensable".
El ministro español confía en que la UE mueva ficha para septiembre
La noticia, aunque "llega tarde", es "bienvenida", dice Hillary Clinton
Para Moratinos, el asunto está claro. "Ya no hay ninguna razón para mantenerla. Mis colegas me dijeron que si conseguía zanjar la cuestión de los presos, lógicamente se levantaría la Posición Común y espero que ahora respondan a lo que era el compromiso", declaró a la salida de su reunión con Raúl Castro. El pasado 14 de junio, Moratinos arrancó a sus homólogos de la UE una moratoria de tres meses para decidir si se confirma la Posición Común o se sustituye por un acuerdo de asociación con La Habana, que estimularía el intercambio comercial con la isla, incrementaría la cooperación e incluiría un capítulo sobre derechos humanos.
Para septiembre, cuando se reúnan de nuevo los ministros europeos de Asuntos Exteriores, Moratinos cuenta con que ya se hayan producido buena parte de las excarcelaciones y se hayan despejado las incertidumbres que aún rodean el acuerdo: si podrán beneficiarse del mismo la totalidad de los presos políticos, si estos tendrán libertad para vivir en la isla y si esta medida se complementa con otras que amplíen los espacios de libertad para la disidencia, de forma que no se reproduzcan las detenciones por motivos políticos.
De manera menos visible, Estados Unidos también ha estado en todo momento al tanto de la operación. El cardenal Ortega, principal artífice del acuerdo, viajó recientemente a Washington y Moratinos se entrevistó el pasado fin de semana en Cracovia (Polonia) con Hillary Clinton, a quien adelantó el objetivo de su visita. La secretaria de Estado calificó ayer de "signo positivo" el anuncio y subrayó que la noticia, aunque "llega tarde" es "bienvenida". En su breve conversación telefónica, Clinton felicitó calurosamente a Moratinos por la liberación de los presos políticos, según fuentes diplomáticas españolas.
Desde su llegada a la Casa Blanca, el presidente Barack Obama ha levantado las restricciones impuestas por Bush respecto al envío de remesas de dinero y la realización de viajes a la isla por parte de cubanos asentados en EE UU y también ha reanudado el diálogo sobre inmigración con La Habana Sin embargo, durante la visita del presidente español José Luis Rodríguez Zapatero a Washington, en octubre pasado, Obama le expresó su frustración por el inmovilismo de las autoridades cubanas. "Yo no puedo dar nuevos pasos si ellos no los dan también", le dijo el presidente estadounidense a su huésped, según las actas de la reunión.
Fuentes diplomáticas españolas creen que la liberación de los presos podría reforzar a los sectores partidarios de revisar el embargo que atenaza la economía cubana desde hace medio siglo. La semana pasada la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes aprobó una resolución que levanta las restricciones a las visitas de ciudadanos estadounidenses y elimina trabas a las ventas de productos agrícolas a Cuba. El acuerdo deberá superar aún muchos obstáculos antes de convertirse en ley, pero supone una muestra de que algo se mueve también en Washington.
La normalización entre Washington y La Habana tropieza, no obstante, con un obstáculo añadido: la detención el pasado 4 de diciembre en la capital cubana del ciudadano estadounidense Alan Gross, miembro de la agencia oficial de cooperación internacional estadounidense USAid, acusado de distribuir ordenadores portátiles entre los disidentes.
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