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Entrevista:LUIS GÓMEZ | Jefe del Estado Mayor de la Fuerza Omega | El golpe más duro a las FARC

"Ensayamos el rescate como si fuera una obra de teatro"

El brigadier general Luis Gómez Vásquez es jefe de Estado Mayor de la Fuerza Omega, uno de los cuerpos de élite del Ejército colombiano que organizó la Operación Jaque de rescate de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes. Gómez Vásquez cuenta las cinco horas "angustiosas", las semanas de preparación y la minuciosa organización que desembocaron en el triunfo de la operación.

Pregunta. Varios medios de prensa han escrito que el rescate de los rehenes fue una pura puesta en escena, que se pagó en millones de dólares a las FARC

Respuesta. No tiene ningún sentido. Además, si hubiese sido así habría sido también un gran golpe de parte del Gobierno colombiano: lo importante era rescatar a los secuestrados. Y si se hubiese logrado que las FARC recibieran dinero a cambio de los secuestrados el desprestigio para las FARC sería mucho más grande. El Gobierno no perdería prestigio porque de todas maneras lograba el cometido principal, que era rescatar a los secuestrados. Ya en varias ocasiones el presidente Uribe ha dicho que existe un fondo de 100 millones de dólares para pagar a los guerrilleros que desertaran llevando secuestrados.

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P. ¿Cómo y cuándo localizaron a los rehenes?

R. A raíz de la liberación de Clara Rojas en enero, por inteligencia técnica e infiltración de las tropas se les logró localizar. En abril ya teníamos ubicado más o menos el sector. Como a principios de mayo, las tropas lograron ver en un lugar de la selva del Guaviare a dos de los norteamericanos y a dos de los colombianos secuestrados que se estaban bañando en un río, cuidados por unos guerrilleros. No se les quiso rescatar en ese momento porque podían correr peligro las vidas de los otros.

P. ¿Y luego, cómo se decidió lanzar el rescate y se consiguió que no hubiera víctimas?

R. La infiltración se realizó porque se logró entrar en el sistema de comunicación de ellos. Se logró descodificar sus comunicaciones y mandar comunicados para que creyeran que venían de sus jefes. El engaño realmente fue dentro de las comunicaciones, aprovechando la circunstancia de que en este momento están tan presionados por las tropas que ya hablan muy poco por radio, porque saben que detectamos las conversaciones. El Frente Primero, que era el que detenía a los secuestrados, tenía prácticamente cortadas sus comunicaciones con el secretariado. Aprovechamos esa debilidad para meternos dentro de sus comunicaciones, dentro de sus frecuencias y precisamente así lograr que creyeran que el secretariado había dado la orden de reunir a tres grupos de secuestrados en uno solo y hacerles creer que iba una comisión humanitaria internacional para llevar a los secuestrados a un sitio donde se reunirían con Alfonso Cano (jefe actual de las FARC). Supimos por sus mismas comunicaciones que los 15 rehenes estaban reunidos. Se tomó la decisión de lanzar el rescate el miércoles porque no se podía correr el riesgo de que los fueran a mover o ellos tuvieran algún otro comunicado auténtico que hiciera fallar la operación.

P. ¿Cómo fue el rescate?

R. Descontando la tripulación -piloto, copiloto y dos tripulantes- iban nueve hombres del servicio de inteligencia militar y fuerzas especiales. Cada uno tenía una misión específica ensayada como una obra de teatro durante muchos días. Unos habían ensayado que tenían que saludar muy efusivamente a los guerrilleros para que creyeran que eran también de las FARC. Otros tenían que hacerse pasar por miembros de una comisión humanitaria internacional, incluso uno de ellos hablando otro idioma para que no lo entendieran. Todo esto lo ensayaron muchísimas veces. Entre los nueve había también un falso camarógrafo y un falso periodista vestido con chaleco de reportero. Al bajar del helicóptero entrevistaron al cabecilla, César, buscando distraerle. Los soldados colombianos hasta iban disfrazados de guerrilleros con pantalones, ropa civil y alguno con camiseta del Che Guevara. Los chalecos del periodista y de los de la misión llevaban logotipos especialmente diseñados. Llevaban AK-47, que son armas que usan las FARC. Los dos guerrilleros subieron a bordo con una pistola de calibre 9 milímetros. Uno de los nuestros convenció a César de que ya dentro del helicóptero entregara la pistola por razones de seguridad.

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