_
_
_
_

Detenido el capo de Tijuana que ordenaba convertir en caldo a sus rivales

Las autoridades mexicanas atribuyen a El Teo el asesinato de 300 personas

No es enero un buen mes para El Teo. Hace justo un año, el Ejército mexicano le echó el guante en Tijuana a un tipo que se hacía llamar El Pozolero, dado que su medio de vida consistía en convertir en pozole -un guiso típico a base de carne, maíz y chile- a los narcotraficantes rivales. El Pozolero declaró que, sólo en 2008, su jefe, un tal Teodoro García Simental, alias El Teo o El tres letras, le había encargado que convirtiera en caldo a 300 sujetos, lo que él llevaba a cabo sumergiendo sus cuerpos ya sin vida en bidones llenos de sosa cáustica, dejándolos macerar durante 24 horas y arrojándolos, finalmente, a una fosa séptica. Todo, por 600 dólares a la semana.

Ahora, por fin, acaba de caer El Teo. Durante meses, la Policía Federal y el Ejército fueron acorralándolo cada vez más, deteniendo a sus lugartenientes, uno apodado La Perra y otro El Kaibil, cuya pistola de nueve milímetros llevaba grabadas en oro las tres letras del apodo de su jefe junto a un surtido de calaveras. Pero no se trataba sólo de quincalla. Las autoridades mexicanas hacen responsable a El Teo de buena parte de la violencia desatada en el estado fronterizo de Baja California desde que, en 2008, rompiera con sus antiguos jefes, los Arellano Félix, y emprendiera una guerra por el control del tráfico de drogas hacia Estados Unidos. El Teo, por cuya captura se ofrecía una recompensa de 2 millones dólares, tendrá que responder ahora por más de 300 asesinatos.

Más información
Asesinada la familia del militar caído en la caza del 'narco' Leyva
Abatido el capo Arturo Beltrán Leyva, el 'Jefe de Jefes'
Una guerra inminente
Bajo billetes ensangrentados
¿Quién era Arturo Beltrán Leyva?
Anatomía de un cártel mexicano
Tijuana o la muerte sin fin
Detenido un sicario mexicano que disolvió 300 cuerpos en sosa cáustica
Las autoridades mexicanas capturan al sucesor de El Teo
México captura a uno de los narcotraficantes más sanguinarios

Durante la presentación a la prensa del narcotraficante, que lucía rollizo y con perilla, uno de los jefes de la Policía Federal, Ramón Eduardo Pequeño, aseguró que la organización criminal que dirigía El Teo mantenía vínculo con otros dos poderosos carteles, el de La Familia y el de Sinaloa, que le suministraban la droga que el ahora detenido introducía en Estados Unidos. "Y para mantener la financiación de su estructura operativa", explicó el jefe de la Policía Federal, "El Teo recurría al secuestro de empresarios y comerciantes de sus principales zonas de operación, como Ensenada, Rosarito, Tijuana y Tecate". En todos esos lugares, este lunes fue un día de alegría y también de miedo. Todo el mundo sabe que, tras la captura de un capo de la droga, los que aspiran a ocupar su lugar se apresuran a presentar su candidatura... a tiro limpio.

Teodoro García Simental, presentado hoy en Ciudad de México tras ser detenido por la Policía Federal.
Teodoro García Simental, presentado hoy en Ciudad de México tras ser detenido por la Policía Federal.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_