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DSK, aislado en una celda de 12 metros

El director del FMI está recluido en soledad en una peligrosa cárcel de Nueva York.- La defensa busca probar que estaba en una comida a la hora de la agresión

Dominique Strauss-Kahn permanece aislado por su propia seguridad en la famosa cárcel de Rikers Island, en Nueva York, mientras espera que sus abogados construyan la argumentación suficiente para convencer al juez de su libertad bajo fianza hasta la celebración del juicio. El político francés y director gerente del Fondo Monetario Internacional ha entregado su pasaporte y está dispuesto a usar un dispositivo de control electrónico como garantía de que no tiene planes de huir de la justicia norteamericana.

Strauss-Kahn, que se ha declarado inocente de los delitos de agresión sexual e intento de violación de los que se le acusa, comparecerá el próximo viernes ante un gran jurado, la instancia judicial en la que se decide si existe causa suficiente para procesarle, y tendrá entonces una nueva oportunidad de ser liberado. Hasta ese momento, y quizá también a partir del viernes, deberá permanecer en una prisión situada en una isla del río East, frente al barrio de Queens, adonde son trasladados los presos a la espera de juicio o de destino en otras cárceles.

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La defensa del conocido político no ha apuntado aún con claridad la dirección de sus argumentos en la sesión del viernes. En su intervención en la audiencia del lunes, el abogado Benjamin Brafman sugirió que cuenta con la coartada de que, a la hora señalada por la camarera de hotel que se declara víctima del ataque sexual, el acusado se encontraba en una comida privada, no se sabe con precisión si con su hija, que vive en Nueva York, o con otra persona. Otras fuentes próximas al caso han mencionado también la posibilidad de que se intente sostener un episodio de sexo consentido.

El abogado de la camarera, Jeffrey Shapiro, ha asegurado que su cliente "no tenía ni idea" de la identidad de su supuesto agresor "ni había tenido trato anterior" con él, según Reuters. Se enteró de la importancia de Strauss-Kahn al día siguiente del episodio denunciado. El letrado ha añadido que la trabajadora del hotel es viuda, tiene una hija de 15 años y se mudó a Nueva York desde Guinea hace siete años.

La fiscalía, por su parte, parece tener grabaciones de las cámaras de seguridad del hotel Sofitel, donde se produjeron los hechos, que podrían esclarecer con precisión el espacio horario en el que Strauss-Kahn permaneció en el interior, así como otros indicios sobre si abandonó el lugar precipitadamente, tal como sostiene la acusación.

La policía ha registrado minuciosamente la habitación 2806, que ocupaba el detenido, en busca de nuevas pruebas. Se trata de una suite de lujo, con amplia terraza y sala de conferencias, por la que se puede llegar a cobrar 3.000 dólares la noche, pero que, según han aclarado fuentes del FMI, al jefe de esta institución, que es cliente habitual, solo le costó 800.

En todo caso, es un contraste brutal con la celda de 12 metros cuadrados que actualmente ocupa en Rikers Island y donde podría continuar durante todo el procedimiento judicial, quizá más de un año. Los detenidos enviados a esa gigantesca prisión, en la que pueden llegar a concentrarse más de 14.000 reclusos, son presuntos delincuentes sin recursos para pagar fianzas, a veces tan bajas como 100 o 200 dólares, o sujetos potencialmente peligrosos a los que los jueces les niegan la fianza.

Es, por tanto, un escenario frecuente de violencia y un lugar considerado de alto riesgo dentro del sistema carcelario. Por esa razón, las autoridades decidieron que Strauss-Kahn no compartiera una de las habituales salas de 50 camas a las que son enviados la mayor parte de los detenidos, sino a un edificio especial del complejo carcelario donde cuenta con una celda individual, come en solitario y es acompañado por un funcionario cada vez que tiene que desplazarse por el edificio. Al entrar en prisión, fue sometido a una evaluación psicológica básica, tras la cual los responsables de la cárcel decidieron mantenerle, como precaución, en estrecha observación ante el temor a que se suicide, según Reuters.

El hombre que hasta su detención, el sábado, era considerado el más probable próximo presidente de Francia, está ahora sometido a un duro régimen penitenciario en el que desayuna entre cinco y seis de la mañana, come a las once y cena a las cinco de la tarde. Las luces se apagan a las once de la noche. No tiene acceso a teléfono, televisión o Internet. No está en aislamiento total, pero las autoridades han preferido limitar al máximo los contactos con otros presos a fin de evitar que alguno de ellos, motivado por la fama que entraña atacar a una figura tan notable, pudiera hacerle algún daño.

Al preso se le han facilitado productos para su aseo personal y un uniforme que sustituye a la ropa que ha estado vistiendo desde su captura a bordo de un avión de Air France. Según ha detallado la oficina de la fiscalía, Strauss-Kahn no pudo afeitarse ni quiso apenas comer mientras estuvo en las instalaciones de la Unidad de Víctimas Especiales de la policía. El domingo por la mañana accedió a la oferta de unos huevos revueltos, patatas y tostadas que le subieron los agentes de un restaurante próximo. Más tarde comió un sándwich de jamón y queso con mostaza.

Un amigo del detenido ha transmitido a la prensa norteamericana, de forma anónima, que el director del FMI está tranquilo y plenamente confiado en la justicia de Estados Unidos.

Vista de la cárcel de Rikers Island donde se encuentra recluido Dominique Strauss-Kahn.
Vista de la cárcel de Rikers Island donde se encuentra recluido Dominique Strauss-Kahn.BEBETO MATTHEWS (AP)

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