Continúa la guerrilla del Vesubio
Los vecinos lanzan cócteles molotov contra los camiones de basura. Cinco policías heridos en los disturbios. La UE mantiene el bloqueo de 145 millones de euros
La revuelta de la basura continúa en los pueblos de la falda del Vesubio. Durante una noche más, decenas de vecinos de Terzigno y Boscoreale han tirado cócteles molotov, petardos y piedras contra los camiones de basura que intentaban descargar la basura en el vertedero de Sari, situado en plena falda del volcán. Las fuerzas del orden han lanzado 120 botes de gases lacrimógenos para intentar disolver la protesta vecinal. El balance de la enésima batalla ha dejado cinco policías contusionados.
En el centro de Nápoles ha habido también numerosos incendios de basura, y se calcula que hay ya 2.000 toneladas sin recoger en las calles. La emergencia que el concejal de Basuras de la ciudad anunció hace un par de semanas ha llegado. La crisis del Vesubio afecta a Nápoles porque el vertedero de Terzigno, el único de la provincia en funcionamiento junto al ya saturado de Chiaiano, no absorbe todos los residuos que genera la capital más densamente poblada de Italia.
Ayer, tras un consejo de ministros dedicado a la crisis, Silvio Berlusconi prometió que "en diez días todo estará resuelto" y minimizó los tumultos, que duran desde hace semanas, como un "pequeño problema local".
El Gobierno decidió encargar la gestión de la nueva emergencia al secretario de Estado y jefe de la Protección Civil, Guido Bertolaso, que está imputado por corrupción en el caso de las millonarias obras del G8 y otros grandes eventos. Los vecinos del Vesubio culpan a Bertolaso de la apertura, hace dos años, del vertedero de Sari, situado en el Parque Nacional, y que no cumple con las normas medioambientales europeas.
Berlusconi anunció también que el Estado pagará 14 millones de euros como indemnización a los municipios próximos al colector. Bertolaso aseguró que abrirán el nuevo vertedero cercano al actual, y prometió que se construirán varios incineradores nuevos y que trabajarán para que las descargas no desprendan mal olor como sucede ahora.
Los alcaldes de la zona han respondido hoy rechazando el dinero, y confirmando que se opondrán a la apertura del segundo vertedero. Además, reclaman el cierre inmediato del actual, que cada noche sigue desprendiendo un "olor insoportable".
"Lo próximo que harán será militarizar la zona porque la ley que aprobó Berlusconi hace dos años lo permite", explica Angelo Genovese, profesor universitario y uno de los líderes de la protesta vecinal. "Pero nosotros seguiremos adelante", promete. "No se puede resolver un problema estructural y de salud colectiva con propaganda, una tirita, derrochando dinero y mandando al Ejército. ¿Qué tipo de democracia europea es esa? Hace falta una nueva ley que reorganice todo el ciclo de recogida en la región".
La Unión Europea, a través del comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, ha expresado hoy su "preocupación" y ha recordado que las medidas tomadas desde 2007 en adelante para gestionar la basura campana son "insuficientes". La Comisión mantiene bloqueados desde entonces las ayudas que financian los planes regionales de recogida de basura. La cantidad asciende a 145 millones de euros.
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