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Brasil amplía la brecha con Venezuela

La retirada de Petrobras del complejo de gas Mariscal Sucre puede frenar el futuro Gasoducto del Sur

El sueño del gran Gasoducto del Sur, ideado por el presidente venezolano, Hugo Chávez, y vendido el año pasado con bombo y platillo a su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, acaba de recibir un revés.

La compañía estatal Petrobras anunció ayer que se retiraba de los planes de desarrollo del compejo de gas natural Mariscal Sucre en Venezuela. El presidente de la compañía, Sergio Gabrielli, explicó en Roma, donde participó en un foro de energía, que, tras analizar el proyecto, Petrobras ha llegado a la conclusión de que no tenía ventajas para la empresa. Gabrielli fue tajante: el Mariscal Sucre "no es atractivo para nosotros".

El acuerdo para la exploración de gas a grandes profundidades en este campo era el primer paso del gran gasoducto de 5.000 kilómetros que proyecta unir como una arteria energética Venezuela, Brasil y Argentina. En la planificación original se prevé que el 50% del gas del campo, 34 millones de metros cúbicos diarios, llegue a Brasil.

Según informaciones no confirmadas, uno de los motivos para que Petrobras se haya retirado de este proyecto en Venezuela puede obedecer a divergencias sobre el uso que debería darse a dicho gas. Al parecer, Venezuela deseaba usar el gas para uso doméstico y Petrobrás debería encargarse de preparar el gas para la exportación.

La noticia ha llegado por sorpresa. El mes pasado el ministro de Finanzas de Venezuela, Rodrigo Cabezas, había anunciado que los presidentes Chávez y Lula se reunirían en diciembre para discutir acuerdos de cooperación energética, además de las propuestas ya en marcha sobre las inversiones brasileñas en el campo Mariscal Sucre.

Los dos presidentes habían acordado el pasado diciembre en Manaus (Brasil) realizar encuentros trimestrales para analizar conjuntamente los acuerdos de cooperación energética y las inversiones y proyectos del gran Gasoducto del Sur. Ahora, los analistas se preguntan a qué se debe tanta prisa en anunciar la salida de Brasil de un proyecto que parecía ya consolidado.

Y la extrañeza aumenta ante la coincidencia del anuncio de retirada de Mariscal Sucre con los comentarios irónicos de Chávez respecto a Lula, a quien denominó "magnate del petróleo" tras conocerse la noticia del hallazgo de un gran yacimiento de petróleo —8.000 millones de barriles— de alta calidad en aguas de Santos, en el Estado de São Paulo.

El anuncio se produce, además, en un momento de crisis de gas en Brasil, hasta el punto de que el Gobierno acaba de pedir a los automovilistas que no usen coches a gas, algo que hasta ahora había estimulado.

Aunque el presidente de Petrobras dijo ayer que se trata de una "crisis falsa", los analistas del sector piensan que Brasil necesitará cuatro años para dejar de tener problemas de abastecimiento de gas. De ahí el gran interés, en este momento, de Petrobras en poder continuar negociando el gas con Bolivia.

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