El vídeo que hundió a Omar
Un ex preso en Guantánamo asegura que la policía española y Garzón dieron a EE UU pruebas erróneas sobre su participación en la 'yihad' chechena
"Aquí no puedo hacerte nada, pero si vuelvo a verte te mataré, si tú no me matas a mí antes". Así se despidió de Omar Deghayes uno de los interrogadores libios durante la visita a su celda de Guantánamo. El libio Deghayes, de 36 años, padeció cinco años de reclusión y tortura en la base norteamericana, entre otras circunstancias, por la identificación que la policía española hizo de un vídeo de yihadistas en Daguestán en el que supuestamente aparecía él. Sus familiares y abogados aseguran que el protagonista de la cinta es otra persona llamada Abu Walid.
Omar ha regresado a su casa, a las afueras de Londres, después de un periplo viajero en 2001 -Malaisia, Pakistán y Afganistán- que le condujo hasta el horror de Guantánamo, de donde salió el pasado mes de diciembre gracias al apoyo de intelectuales como Harold Pinter, premio Nobel de Literatura, y del cineasta Ken Loach, que forzaron al Gobierno de Gordon Brown a exigir su liberación y la de su compañero Jamil Abdul Latif El Banna, un jordano de 45 años, ambos procesados por el juez Baltasar Garzón.
El juez dice que la policía ratificó su versión con más pruebas
"Si vuelvo a verte te mataré", le espetó un agente libio al interrogarlo
Deghayes no se sorprendió cuando sus interrogadores libios le amenazaron en su celda de Guantánamo. Él y su familia habían dejado Libia en 1986 y se trasladaron como refugiados a Brighton (Reino Unido) después de que su padre fuera asesinado por el régimen de Gaddafi. Allí estudió Derecho y a esta ciudad costera le debe en buena parte su libertad. The Argus, un periódico local, ha dirigido una incansable lucha para sacarle de la base cubana y devolverlo a casa.
El camino de Omar hacia Guantánamo se inició en aquel viaje en 2001. En Afganistán conoció a su mujer y huyeron a Pakistán poco después del ataque de EE UU a ese país. Fueron capturados en Lahore por cazarrecompensas, como otros muchos presos en la base cubana, y vendido a los norteamericanos, que le trasladaron a la base aérea de Bagram, al norte de Kabul, donde estuvo hasta el verano de 2002. Los agentes británicos y norteamericanos que le interrogaron conocían todos los detalles de su vida. Y allí escuchó por vez primera que tenían una película con su imagen en Daguestán. "Tenemos un vídeo tuyo luchando en Chechenia. Tú eres un terrorista", le espetó a la cara un tipo del MI-5.
Ese vídeo había sido entregado en julio de 2000 por las autoridades rusas a las españolas. Allí aparecía un hombre con largas barbas y melenas junto a otros dirigentes de la guerrilla islamista de Chechenia. Y ese mismo vídeo apareció un año después en la casa madrileña del sirio Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, condenado como jefe de Al Qaeda, del marroquí Jamal Zougam, autor material del 11-M, y de otros islamistas.
Omar soportó decenas de interrogatorios en Guantánamo, cuyo eje central fue su presunta presencia en Daguestán y la prueba de aquel vídeo en el que una persona con cierto parecido a él se dirigía a los muyahidin. Lo negó una y otra vez -"yo nunca he estado en Chechenia"-, pero la información de la policía española facilitada a los servicios de inteligencia de todo el mundo decía lo contrario. Y añadía que pertenecía al Consejo Militar de la guerrilla chechena.
Además, el juez Garzón había procesado al libio y a su compañero Jamil y en su auto decía que "la comparación de las fotografías obtenidas de Omar en Madrid [en 1996] y las que se pueden ver en el vídeo titulado La yihad en Daguestán permitieron establecer que Omar participó en la yihad en Chechenia". La policía española aportó al juez pruebas de la presunta relación de Omar con Abu Muhgen, otro de los protagonistas del vídeo, ahora condenado en Marruecos por su implicación en los atentados en Casablanca, y fotografías en las que el libio paseaba por Madrid con miembros de la célula de Abu Dahdah en España.
En 2005, los norteamericanos revisaron los casos de algunos presos en Guantánamo y rechazaron la libertad de Omar por la prueba del vídeo, según aseguran sus abogados. Clive Stafford, el letrado que le visitó en la base, lo explica así: "Dijeron que tenían pruebas de su actividad en Chechenia. Es un claro ejemplo de los errores que comete la policía cuando comparte la información. Del daño que se puede hacer a una persona por un error". Ese mismo año, familiares de Deghayes denunciaron en la BBC que aquel hombre de largas barbas no era Omar y la cadena apuntó a un dirigente llamado Abu Walid.
Irene Nembhard, su abogada, muestra al periodista en su despacho londinense en Candem Town los informes de expertos que aseguran que, pese a la apariencia, Omar no es la persona que aparece en el vídeo. Stafford se pregunta si Garzón investigará ahora este "grave error". El juez responde que la policía española hizo varias vigilancias de los pasos de Omar por Madrid y de su regreso a Londres. "Además del vídeo, cuya identificación por la policía está ratificada y reiterada, había otras pruebas contra Omar. No me consta que haya ninguna reclamación por este caso", dice.
Cuando Omar y Jamil regresaron a Londres, el juez español pidió su detención y destacó que en 2003, cuando ambos estaban en Guantánamo, ya había reclamado su extradición a EE UU. Artistas e intelectuales le criticaron y se manifestaron con pancartas en las que reclamaban a España que "pida perdón". El magistrado ha renunciado al caso "por el grave estado mental de los procesados" producido en Guantánamo, lo que "hace imposible, por inhumana, continuar con la Orden Europea de Detención". Omar perdió su ojo derecho por la sustancia que le arrojaron con un aerosol los soldados que le vigilaban y padeció torturas que él mismo definió como "estar muerto en vida". Hace dos semanas declinó hablar con EL PAÍS. Su abogada dice que no está preparado y destaca que el caso está cerrado. El ex preso asegura que policías españoles le interrogaron en Guantánamo.
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