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El vicepresidente de los obispos afirma que su documento electoral se inspira en el Evangelio

"Dios aprueba nuestras intenciones", asegura el cardenal Antonio Cañizares

El cardenal arzobispo de Toledo, monseñor Antonio Cañizares aseveró este domingo que la Iglesia "no tiene otra palabra que decir que Cristo" y "esta palabra no la callará jamás, no la silenciará a pesar de los poderes de este mundo que quisieran silenciada o verla reducida a los espacios sacrales, no la dejará morir nunca".

En la homilía de la misa celebrada en la Catedral Primada, monseñor Cañizares aludió a sí a la situación creada tras la nota de "orientaciones" ante las próximas elecciones emitida por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, un texto que "no trata de imposiciones, sino de exhortaciones en modo alguno partidistas".

En su opinión, el documento, que no es coyuntural, "tiene una razón de ser muy profunda y muy en sintonía con sus anteriores enseñanzas, esto es, con lo que es la verdad del Evangelio, que nunca ha de callar por servicio a los hombres, servicio que reclama obedecer a Dios antes que a los hombres mismos".

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Aseguró que a la Iglesia "le importa el hombre de manera fundamental, porque le importa por encima de todo Dios", y esa "es la es la raíz de su actuación, aunque esto le traiga sinsabores, insultos, descalificaciones, y aunque así se vea sometida a juicios falsos e injustos que descalifican -lo siento- por sí mismos a quienes los hacen".

La Iglesia, agregó, "proclamará sin cesar y reivindicará en cualquier circunstancia la dignidad e inviolabilidad de todo ser humano y los derechos fundamentales que le corresponden al hombre, incluidos los de la libertad de conciencia y de libertad religiosa en toda su extensión, así como todos los correspondientes a la libertad de la educación".

En este contexto, y a propósito de la lectura de las bienaventuranzas, recordó que en ellas Jesús "nos muestra la verdad del hombre llamado a la dicha plena y total, querido por Él hasta lo insospechado y haciéndole así ver su grandeza y su dignidad, así como a la meta y vocación a la que está convocado".

Sin motivos turbios

Por eso, "la bienaventuranza prometida nos coloca, así, ante opciones morales decisivas", apuntó el cardenal de Toledo, para quien "las bienaventuranzas nos abren un horizonte nuevo con relación a la vida y a la conducta humana".

"Esto es lo que enseña la Iglesia, lo que transmite una y otra vez la jerarquía de la Iglesia en España, vuestros obispos a quienes algunos os pretenden enfrentar y de los que os intentan separar, y a los que no hay día que no se les critique".

Finalmente, señaló que exhortación de la Conferencia Episcopal "no procedía de error o de motivos turbios, ni usaba engaños, y así lo predicamos, no para contentar a los hombres, sino a Dios, que aprueba nuestras intenciones. Nunca hemos tenido palabras de adulación, ni codicia disimulada. Dios es testigo. No pretendimos honor de los hombres".

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