"Lo más triste es que no te quieren ni para hacer prácticas gratis"
Cuatro jóvenes a punto de acabar la carrera debaten sobre su futuro
"Me quedan tres asignaturas para acabar y pienso: ¿qué hago con mi vida a partir de diciembre?". La zozobra que ya padece Fátima Lutfi, sevillana de 22 años, es un sentimiento muy extendido entre los jóvenes que están a punto de terminar la universidad. El reto de dejar atrás la vida de estudiante y adentrarse en el mercado laboral siempre ha dado vértigo, pero ahora el paisaje que espera fuera parece un enorme precipicio. Y cuesta más dar el salto.
Casi 180.000 estudiantes españoles obtuvieron en 2009 un título universitario. Este año lo harán otros tantos. Los datos apuntan a que cada vez son más los que optan por aprovechar la crisis para seguir formándose. La demanda de másteres el curso pasado fue un 65% superior a la de 2008, y este año, aunque las cifras no están cerradas, ha seguido creciendo. Solo en las universidades andaluzas ha habido un 70% más de solicitudes que en 2009. Lo mismo ocurre con la mayoría de cursos de formación que ofrecen las universidades. "Hace cuatro años teníamos que cancelar el 20% de nuestros cursos porque no había demanda. Ahora se llenan todos", cuenta Manuel Alejandro Cardenete, profesor titular de Economía Aplicada y vicepresidente de Fundaciones de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. "Para los recién licenciados hay trabajo, pero no de mucha calidad", admite Cardenete. Con todo, se muestra optimista: "Noto un ligero incremento en la demanda de empresas para firmar convenios de prácticas".
"Gente como nosotros hay a patadas", afirma Fátima, estudiante
"Veo muy lejos poder independizarme", dice Claudia, a punto de acabar la carrera
EL PAÍS ha reunido a cuatro jóvenes que están a punto de terminar la carrera para hablar sobre cómo ven su futuro más inmediato. A Claudia Ramos, de 22 años, le queda una asignatura de la diplomatura de Gestión y Administración Pública en la Universidad de Sevilla. Sus compañeros Pablo García de la Rosa, de 21, y Álvaro Alcántara, de 22, esperan terminar entre diciembre y junio que viene. Y Fátima Lutfi acaba "seguro" en diciembre Relaciones Laborales. Los cuatro se imaginaban hace unos años trabajando nada más obtener el título, pero ahora han optado por seguir estudiando un máster (Pablo y Fátima), unas oposiciones y otra carrera (Álvaro) o un segundo ciclo universitario (Claudia).
Pregunta. ¿Por qué habéis decidido seguir estudiando?
Fátima (F). Es que ahora buscar trabajo no es una opción.
Álvaro (Á). Después de pasarte estudiando tres, cuatro, cinco o seis años, cuando ya ibas a salir, te das cuenta de que lo mejor es esperar un poco a que cambie la cosa y aprovechar el tiempo para mejorar el currículum.
Claudia (C). Yo he visto el final demasiado cerca
F. Yo querría compaginar el máster con trabajo o prácticas. Pero me he hartado de solicitar prácticas de empresas que tienen convenio con la Universidad y no me han dado ni una.
Á. Lo más triste es que no te quieren ni trabajando gratis.
P. ¿La crisis os ha influido para decidir cambiar de objetivo?
Pa. Lo tenemos más difícil que los que acabaron hace unos años. Hay gente en paro mejor preparada y siempre van a cogerla antes que a mí.
F. Ya no vale con un título. Si tienes dos, mejor. Y dos o tres idiomas. Y conocimientos de ofimática. Antes eran puntos a favor, pero ahora si no los tienes no eres nadie. Gente como nosotros hay a patadas.
C. Para cualquier trabajo te piden experiencia, pero no te dan la oportunidad de cogerla.
Pa. ¿Con 22 años, qué experiencia vas a tener? Tenemos que competir con gente de 30, que ya ha trabajado, y la van a coger antes que a mí.
C. La carrera da conocimientos teóricos pero no prácticos. Por eso a mí no me importaría trabajar gratis como parte de mi formación. Pero ni así podemos.
P. ¿Consideráis que la Formación Profesional debería ser una opción más valorada?
C. Tengo amigos que han hecho módulos y otros que han hecho carreras universitarias, y actualmente, los que tienen trabajo son los de módulos.
Á. Hay mucha presión social. Desde pequeño te inculcan que lo bueno es que hagas una carrera. Pero yo tengo un compañero de la facultad que lo ha dejado todo y ha puesto una frutería. Y está encantado. A mucha gente lo que le falta es dar el paso.
F. Cuando alguien termina Bachillerato, lo que se plantea es qué carrera quiere estudiar, no qué módulo podría hacer. No debería ser así.
Pa. Lo que habría que preguntarse es qué quiero ser de mayor. Y elegir la formación mejor para eso.
C. Aunque a veces con 18 años es difícil saber lo que quieres ser, puede ser que te confundas y que luego te des cuenta.
F. El problema es que aquí funciona un modelo fijo. Eliges una carrera y lo que se espera es que la acabes pronto, encuentres un trabajo, te compres un piso y te cases. Si con 30 años no has hecho eso, eres un pringado.
C. A mí me gustaría independizarme, pero lo veo muy lejano.
F. Trabajé en verano en Isla Mágica y cobraba 4,5 euros la hora. En invierno gano unos 200 euros al mes cuidando niños. Hasta dentro de cinco o seis años no podré pensar en irme de alquiler.
Á. A mí me dan la paga, pero no me llega y me busco trabajos para tener más independencia económica. Pero no veo cerca la posibilidad de tener un trabajo que me haga independiente de verdad. Habrá que ir dando pasos.
P. ¿Qué le diríais a un chico que esté terminando Bachillerato?
Pa. Que se vaya a estudiar fuera. A un sitio en el que aprenda inglés, aunque sea trabajando de cualquier cosa.
En cifras
- En el curso 2009-2010, las universidades españolas contaban con 1.404.115 alumnos. El 88,6% (1.244.894) estaban matriculados en centros públicos y el 54,3% (762.785) eran mujeres.
- En el curso 2008-2009 se graduaron 179.879 estudiantes en España. El 86% (154.683) lo hicieron en centros públicos.
- El 39,4% de los universitarios tienen entre 18 y 21 años; el 28,9%, entre 22 y 25; y el 14,4%, de 26 a 30. Los mayores de 30 representan el 17,3%.
- Según un informe sobre inserción laboral elaborado por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla entre sus egresados de 2008, el 57,3% encontró un empleo relacionado con sus estudios un año después. Pero el 87,6% de las contrataciones fueron temporales; y el 44,5% de los primeros contratos, de jornada parcial.
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