Una muerte llena de incógnitas
La joven desaparecida en Agost es hallada sin vida en la sierra
En Agost hay estos días más preguntas que respuestas. La localidad alicantina despertó ayer apesadumbrada y desconcertada tras localizarse, el lunes por la tarde, el cadáver de la joven de 22 años desaparecida el pasado miércoles. El cuerpo de María Dolores Yeste fue divisado por un hombre que practicaba parapente en una cresta situada a unos 1.000 metros de altura, cerca de la cumbre de una montaña de la sierra de Maigmó. Una zona rocosa y de difícil acceso, donde las temperaturas se sitúan estos días por debajo de cero grados. La joven yacía boca arriba, desnuda. Estaba en buen estado y no presentaba signos de violencia, apenas arañazos en las piernas, según explicó el parapentista y confirmaron fuentes de la investigación.
El cuerpo, desnudo, fue encontrado en una peña, a 1.000 metros de altura
El alcalde de la localidad, el socialista Joaquín Castelló, explicó que las pesquisas se centran en averiguar cómo consiguió llegar la joven a una roca tan inaccesible, situada a más de 1.000 metros de altura, y la razón que la llevó a hacerlo. Castelló señala que, inicialmente, todo parece indicar que no ha habido violencia física ni ninguna otra persona involucrada.
La forma en la que apareció, sin embargo, ha llevado a los investigadores a barajar, entre otras hipótesis, la posible existencia de algún tipo de relación de la joven con alguna secta. Fuentes de la investigación insisten en que están abiertas todas las hipótesis y que habrá que esperar al resultado de la autopsia, que se realiza hoy en el Instituto Anatómico Forense de Alicante. La investigación se encuentra bajo secreto de sumario. En la habitación de la fallecida, por otro lado, se hallaron libros de autoayuda y volúmenes religiosos; entre ellos, una Biblia con algunos pasajes subrayados que aludían a que "la salvación está en la montaña", puntualizó Castelló.
Eduardo Sánchez, novio de la fallecida, explicó ayer que hace dos semanas realizaron juntos un viaje a Roma durante el cual no notó ningún comportamiento extraño en su pareja. María Dolores era considerada una joven "normal". "No era una persona introvertida ni con tendencias depresivas, sino alegre y divertida", asegura Castelló. Hija única de un matrimonio conocido y apreciado de la localidad, estudiaba Trabajo Social en la Universidad de Alicante. Con todo, el día en que desapareció sí se mostró muy nerviosa. María Dolores se presentó en la madrugada del miércoles en pijama en casa de su novio, en Alicante, y tras manifestar que no podía fiarse de nadie y que tampoco podía volver a casa, desapareció en su coche.
El cadáver fue hallado en el mismo paraje montañoso en el que la semana pasada fue encontrado el vehículo de la joven, y en el que el domingo varios de los alrededor de 200 voluntarios que han colaborado con las fuerzas y cuerpos de seguridad en la búsqueda de María Dolores encontraron parte de su pijama, ropa interior, documentación y las llaves del coche.
"Los padres están destrozados", resumía una vecina. "Es la primera vez que aquí ocurre algo así", aseguraba María Blázquez, también vecina. Entre las pocas personas que por la mañana salieron a la calle en Agost había una mezcla de incertidumbre y desconcierto sobre las circunstancias que han rodeado este fallecimiento.
Un bando informaba ayer a los vecinos de este municipio de cerca de 4.800 habitantes de que el Consistorio ha decretado tres días de luto oficial. Las luces de Navidad en la población se han apagado y varios festejos se han suspendido.
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