"La gente quiere una segunda etapa de cambio más profundo"
Hay nerviosismo en la sede de los socialistas gallegos en Santiago. Las encuestas sitúan al PP cerca de la mayoría absoluta y los estrategas del PSdeG se afanan por buscar fórmulas para movilizar a sus votantes. A Emilio Pérez Touriño (A Coruña, 1948) se le ve tenso, pero más confiado que sus compañeros.
Pregunta. Uno de sus eslóganes es "el presidente de todos y contra nadie". Pero contra nadie es difícil hacer una campaña.
Respuesta. Pero es el modo de construir un país. Estoy seguro de que los ciudadanos quieren vernos unidos luchando contra la crisis. Y un PP metido en una guerra interna brutal es un mal para Galicia, que necesita un partido de oposición serio y confiable.
P. Contra usted ha habido mucho, una campaña acusándole de despilfarrador.
"No debemos utilizar parcelas del Gobierno para cada parte [PsdG y BNG]"
"Ni despilfarro ni soy deshonesto, como tampoco lo fue Fraga"
"De esta crisis no saldremos reduciendo el gasto social"
R. Duele, para qué lo voy a negar. Uno que, desde chaval, está en la lucha política y que vive la vida con austeridad y transparencia, que cuando subo a un avión viajo en clase turista... Mi mujer sigue trabajando en su centro de educación infantil, yo trabajo del día a la noche... Es una historia inventada de oportunismo, demagogia y falsedad. Yo estoy administrando Galicia con los mismos recursos con que lo hacía Fraga. Y no voy a ser yo quien alabe a Fraga, pero nunca he creído que fuera un despilfarrador ni un deshonesto. Ni lo soy yo ni lo fue él.
P. Ustedes tardaron en dar explicaciones o ni siquiera las dieron con el pretexto de que era hacerle el juego al PP. Y eso ha engordado la bola de nieve.
R. Fue un error. Probablemente tendría que haber salido el primer día a decir "esto es mentira". Se habla de sillas y no sé que historias lamentables. Ni sillas de 2.000 euros entraron nunca en la Xunta ni van a entrar mientras yo sea presidente. Uno se resiste a convertir la política en un lodazal. ¿Qué tengo que hacer? ¿Empezar a decir que la residencia presidencial le costó a los gallegos 4.500 millones de pesetas, que eso fue un despilfarro de Fraga? ¿Contar lo de la sauna, la piscina climatizada, lo del gimnasio? Galicia no se lo merece.
P. ¿Y no se arrepiente ahora de no haber levantado las alfombras cuando llegó al poder?
R. Sinceramente, no. Insisto: yo no he visto en el anterior presidente deshonestidad ni despilfarro ni tramas de corrupción.
P. Por primera vez desde las últimas elecciones, las encuestas dan como verosímil la posibilidad de una mayoría del PP.
R. Pues la verdad, no conozco ninguna que lo dé...
P. Se han publicado.
R. Todas las que conozco dan al PP a la baja y a nosotros subiendo. Cuando se les pregunta a los gallegos quién es el mejor presidente para responder a la crisis, una amplísima mayoría lo ve en torno al candidato del PSOE. Y dan una aprobación del 50% a la acción del Gobierno.
P. Hay una tendencia a la abstención de una parte de sus votantes, que está decepcionada.
R. Estas elecciones son las primeras bajo una de las peores crisis de la economía global. Nadie puede esperar que en momentos de incertidumbre, de no saber cómo vas a tener tu empleo dentro de seis meses, estuviéramos viviendo una marea de esperanza. Para mí es fundamental explicar a la gente que un día apoyó el cambio y que hoy en parte está desencantada, que su voto es más necesario que nunca. Nos estamos jugando si va a haber marcha atrás y vamos a recortar libertades, cultura, derechos...
P. En la encuesta publicada por este periódico, el 40% de los votantes del PSdeG opinan que aún es necesario un cambio político. ¿Cómo interpreta ese dato?
R. Es una necesidad que comparto y de la que tomo nota. La gente quiere una segunda etapa de cambio más profundo y dialogado. Hemos vivido toda la vida en la oposición y es muy complejo, desde los extramuros del poder, hacerse cargo de la gobernación. Pero lo hemos hecho con voluntad, con coraje, con honestidad y con respeto a la gente. Creo que he sido un presidente que ha respetado a todo el mundo y que ha tratado de representar a Galicia dignamente. Es cierto que necesitamos un mayor esfuerzo de diálogo, de movilización, de generar pasión.
P. Había reformas que formaban parte del núcleo central de su programa, que sólo requerían la voluntad política y que no se han hecho: renunciar al control del Gobierno sobre la televisión pública o regular las ayudas a los medios privados.
R. Hemos hecho una ley de transparencia, de subvenciones, una ley de publicidad institucional... Todo el paquete renovador lo hemos puesto en marcha, salvo la televisión.
P. Quintana dice que en Galicia la Xunta paga a los medios por dar información. ¿Es así? ¿Hay que regularlo?
R. Hay que regularlo y a fondo. Es una de las grandes tareas pendientes en la democracia gallega.
P. Se ofrece como garante de que no habrá imposición lingüística. ¿Percibe ese peligro?
R. Percibo que están haciendo una guerra de lenguas, y que es una insensatez, un daño al país, y me preocupa profundamente. Este es un país donde la inmensa mayoría se siente tan gallego como español y tenemos dos lenguas que sentimos como nuestras. Por lo tanto, hemos de restablecer el consenso lingüístico. No quiero dividir a los alumnos en los que hablan A y los que hablan B como quiere el PP. Pero tampoco un idioma se impone.
P. ¿Los nacionalistas quieren imponer el gallego?
R. No hablaría de los nacionalistas en general. Pero hay sectores de uno y otro lado que están convirtiendo el gallego en una guerra.
P. Eso nunca había ocurrido.
R. Porque antes estábamos en la oposición y éramos muy sensatos. Es la diferencia entre la derecha y nosotros. El plan de normalización del gallego lo aprobó Fraga con el voto de los que estábamos en la oposición. Ahora llegó la derecha y nos monta la guerra lingüística.
P. De salir reelegido ¿cuáles serían sus prioridades?
R. Mancomunar Galicia y trabajar para recuperar la economía y el empleo, mejorando la protección social. De esta crisis no saldremos reduciendo el gasto social o buscando el abaratamiento del despido. Mi propuesta es convocar a sindicatos, empresarios y las tres fuerzas políticas y buscar un gran acuerdo nacional para afrontar la crisis.
P. Si gobierna de nuevo, ¿cambiaría la relación con el Bloque?
R. Mi aspiración es tener la mayoría para ser presidente y disponer de más margen para desarrollar con la máxima autonomía la Galicia en la que creo. Socialistas y nacionalistas tenemos culturas distantes, y la coalición es un esfuerzo de diálogo permanente, lo cual es positivo. Pero me gustaría modificar algunas cuestiones.
P. ¿A qué se refiere?
R. No puede haber una imagen ni una realidad de compartimentar gobiernos, de hacer parcelas aisladas. Esa tentación de utilizar parcelas de gobierno para cada parte tenemos que superarla, porque los ciudadanos no pueden ver un gobierno por partes, con talantes diferentes.
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