Un etarra detenido confiesa su participación en dos asesinatos

Iñigo Zapirain, uno de los presuntos terroristas detenidos el martes, ha confesado ante su abogado de oficio la participación del comando de ETA del que formaba parte en al menos 14 atentados, con dos víctimas mortales: el inspector de policía Eduardo Puelles, asesinado en Arrigorriaga (Vizcaya) con una bomba adosada bajo su vehículo en junio de 2009, y el brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz, que murió en septiembre de 2008 en Santoña (Cantabria) al estallar un coche cargado de explosivos robado y preparado en Francia.

El comando, formado presuntamente por Zapirain, Beatriz Etxebarria y Daniel Pastor, estaba operativo al menos desde 2006 y contaba con información sobre posibles objetivos, como jueces y miembros de la Ertzaintza, según fuentes de la lucha antiterrorista. Esos datos los había recibido en 2008 desde Francia. Los presuntos etarras comprobaron que no resultaba viable atacar estos objetivos y archivaron la información.

La Guardia Civil espera confirmar en cualquier caso si el comando recibió orden de congelar toda su actividad (además de no atentar) para limitarse a mantener su fachada legal (eran albañiles y empleados de una empresa de trabajos verticales).

Otras acciones confesadas por Zapirain son la explosión de una furgoneta bomba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos en julio de 2009, que causó 66 heridos; la colocación de otro vehículo con 61 kilos de explosivos ante la delegación del Ministerio de Defensa de Logroño, que pudo ser desactivado antes; y dos atentados con bomba: una colocada bajo el vehículo de Gabriel Ginés, escolta de un edil socialista, en Bilbao en octubre de 2007; y otra, también en la capital vizcaína, que hirió a un ertzaina en una oficina de empleo.

El resto de los ataques estaban dirigidos contra repetidores de televisión en Cantabria, Bilbao y Navarra; además de sabotajes en otras instalaciones, como el ataque contra un almacén de la Seguridad Social en Arrigorriaga y la colocación de un artefacto en los juzgados de paz de Sestao.

Su detención se produjo merced a la documentación incautada a los exjefes de ETA Garikoitz Azpiazu, Txeroki, y Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, Ata, arrestados en 2008 y 2010. Al parecer, la célula mantuvo contacto con los responsables del denominado aparato militar en diversas ocasiones para recibir instrucciones e informar sobre las acciones perpetradas.