El comando Erreka ocultaba otros 750 kilos de explosivos
Los etarras tenían un revólver en el mayor polvorín de la banda en España
La operación desarrollada por la Guardia Civil contra el comando Erreka de ETA, que presuntamente integraban los hermanos Aitor e Igor Esnaola Dorronsoro, ha permitido aflorar el mayor almacén con material para preparar explosivos de la banda terrorista. Ayer fueron localizados 750 kilos distribuidos en cinco puntos diferentes de Guipúzcoa y Navarra, que se suman a los algo más de 850 kilos descubiertos el martes en el caserío familiar de los Esnaola en Legorreta. En este lugar, los agentes también se incautaron de un revólver.
Las confesiones de Aitor Esnaola en dependencias policiales durante el miércoles por la tarde fueron determinantes para poder sacar a la luz tan ingente cantidad de componentes explosivos. El detenido fue trasladado de noche desde Madrid a Guipúzcoa para volver a registrar su caserío y localizar otros depósitos. Bajo una cuadra para ganado se encontró un habitáculo de 30 metros cuadrados donde guardaba unos 125 kilos de polvo de aluminio, nitrato amónico y cordón detonante. En otra construcción abandonada, junto al caserío, había otro zulo con una cantidad similar de explosivos y un arma corta.
La Guardia Civil empleó una decena de vehículos Patrol y tres furgonetas para transportar el material hallado, además del apoyo de un helicóptero. Al mediodía, todos los efectivos policiales abandonaron Legorreta para trasladarse a una zona boscosa del parque natural Aitzkorri, en Zegama (Navarra), a más de 20 kilómetros de distancia. El comando había preparado allí un depósito con varios bidones enterrados que contenían unos 250 kilos de nitrato amónico. Fue el propio Aitor Esnaola quien guio a los guardias civiles hasta ese lugar.
A primera hora de la tarde, los registros continuaron en una zona de monte de Azpiroz, en Navarra, cercana a Lekunberri, hasta dar con un escondite donde se almacenaban 125 kilos de los mismos materiales y pentrita. Los agentes se trasladaron después a Baraibar, a los pies de la sierra de Aralar y muy cerca del anterior punto. Allí localizaron un quinto zulo con 125 kilos de explosivos que empleaban los terroristas.
El Ministerio del Interior aseguró en un comunicado que el material incautado quedará en dependencias de la Guardia Civil para su "análisis, pesaje y estudio de huellas y vestigios biológicos". La relación de los explosivos y las cantidades exactas no podrán conocerse hasta que terminen los trabajos de los expertos criminalistas.
En todo caso, el almacén que tenía distribuido en cinco puntos diferentes el comando Erreka es la mayor base de explosivos de ETA desmantelada hasta el momento. En esta operación se han descubierto un total de 1,6 toneladas de explosivos, y supera las casi 1,5 toneladas descubiertas en febrero de 2010 en Obidos (Portugal).
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