Los aparcamientos especiales para embarazadas reclaman su espacio

Helena Solà, cuando estaba embarazada deocho meses, se movía con dificultad pero hacía una vida normal. Un día fue a comprar al centro de Cerdanyola del Vallès y aparcó el coche en un aparcamiento en batería. Al volver de la compra, un vehículo había estacionado a su lado, tan cerca que no le dejaba espacio para entrar. Esto sucedió en 2007, pero supuso el revulsivo para que empezara una cruzada particular para reclamar la existencia de plazas de aparcamientos reservadas a embarazadas. Solà aprovechó su vinculación con la política -es la portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya en Cerdanyola-, para promover la propuesta por los municipios medianos y grandes. De momento, ya ha llegado en forma de moción a los plenos de Cerdanyola, Sant Cugat y Sant Feliu de Llobregat. Pero la iniciativa ya existe puntualmente en aparcamientos públicos de Reus y Valencia o en centros comerciales de Portugalete (Bizcaia), Gijón o Murcia.

La propuesta elaborada por ERC apuesta por habilitar zonas de aparcamiento especiales destinados a mujeres embarazadas, pero también para personas que transporten bebés con sillas del grupo 0 y 0+ (que corresponde hasta un año de edad del niño), ya que para mover este tipo de sillas es necesario abrir completamente el maletero del coche. Los republicanos proponen que las reservas de plazas se hagan en los aparcamientos en batería y semi-batería, tanto en la vía pública, como en los aparcamientos públicos subterráneos. Los vehículos autorizados lucirían un distintivo similar al que actualmente tienen los minusválidos.

La moción fue presentada esta semana en los plenos de Sant Cugat del Vallès y Sant Feliu de Llobregat. En el primer caso, se aceptó una versión descafeinada de la propuesta original y todos los grupos políticos se comprometieron a tener en cuenta la idea en el momento que se renueve el contracto con la empresa que gestiona la zona azul de Sant Cugat el próximo verano. En Sant Feliu, en cambio, la moción fue rechazada por el equipo de gobierno (PSC y CiU), ya que "supone una discriminación hacia las personas con movilidad reducida pero no con el grado suficiente para que puedan aparcar en la zona de minusválidos", argumenta Joan Grisó, regidor de servicios municipales de Sant Feliu.

En Cerdanyola, ERC no tiene representación, pero durante el pleno de enero el ayuntamiento, gobernado por PSC y CiU, se comprometió a estudiar su viabilidad técnica. Mientras tanto, algunos ayuntamientos se han avanzado y han empezado a aplicarlo a pequeña escala. Así, el parking de les Oques de Reus (Tarragona) o el garaje subterráneo calle Chile de Valencia, ambos de titularidad municipal, ya cuentan con plazas reservadas exclusivamente a mujeres embarazadas. A nivel privado también se ha implantado la iniciativa, especialmente en centros comerciales, como el Parque Principado de Asturias, la Nueva Condomina de Murcia o Los Rosales en A Coruña, además de algún hipermercado, como el de Eroski en Portugalete (Bizcaia) y el Carrefour en Gijón.

Implantar las zonas reservadas para el colectivo de embarazadas o familias con bebés es "técnicamente posible", tal como reconoce un portavoz de Barcelona de Serveis Municipals, la empresa pública que gestiona los aparcamientos municipales y la zona azul de Barcelona. Además, "si ello se hace aprovechando las plazas existentes de minusválidos, el coste es cero", apuntan desde la empresa. Implantarlo, indican, sólo depende de la voluntad política. Helena Solà mira al futuro y apuesta porque la sociedad se adapte pronto a la necesidad de este colectivo. "Actualmente, estamos en una sociedad que no está preparada para las embarazadas; trabajamos hasta casi el último día de embaraza, en cambio, no nos podemos mover", se queja.