Zapatero encarga a Trinidad Jiménez la nueva Secretaría de Estado para Iberoamérica

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer la creación de una Secretaría de Estado para Iberoamérica, en el marco del Ministerio de Asuntos Exteriores, que justificó por la necesidad de "reforzar el papel estabilizador" de España en una región que se agita en una mezcla de crecimiento económico y desigualdad social creciente. La designación para el nuevo cargo de Trinidad Jiménez, secretaria de relaciones internacionales del PSOE, otorga a la decisión un gran peso político. Jiménez, portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, deja libre la plaza de candidato a la alcaldía.

La decisión se ha precipitado por el malestar de Jiménez ante los rumores

La nueva secretaría descarga de tareas al 'número dos' de Asuntos Exteriores

El paso de Jiménez al buque insignia de la diplomacia española, donde su nombre fue barajado en su día entre los candidatos a ministro, deja abierta la carrera por la candidatura del PSOE a la alcaldía madrileña en los comicios locales de mayo próximo. Jiménez perdió esas elecciones frente al popular Alberto Ruiz Gallardón, hace cuatro años.

El anuncio de la creación de la secretaría, hecho ayer por el presidente en un discurso ante la asamblea bianual de los 123 embajadores de España y la posterior confirmación de Jiménez como nuevo alto cargo de Exteriores cogieron por sorpresa tanto al ministerio concernido como a dirigentes del PSOE. Sin embargo, fuentes socialistas aseguran que el asunto ya fue tratado en la reunión de la ejecutiva del partido del pasado mes de julio, donde se abordó incluso la identidad de la posible candidata.

Las mismas fuentes indican que, probablemente, la decisión se ha precipitado en las últimas horas, debido a que la proliferación de rumores sobre presuntos aspirantes socialistas a la alcaldía madrileña estaba creando una situación confusa y cada vez más incómoda para la líder de los concejales madrileños del PSOE. Las mismas fuentes prevén que el paso de Trinidad Jiménez a la esfera de Gobierno no provocará, en cambio, movimientos en el partido, dado que la nueva secretaria de Estado retendrá, al menos durante un tiempo, su puesto en la Comisión Ejecutiva Federal, seguramente con el mismo empeño en las relaciones internacionales.

Jiménez declaró ayer a la cadena SER que le va a dar mucha pena dejar el Ayuntamiento. La política municipal "ha sido una experiencia que jamás podré olvidar", dijo. "Un privilegio, un auténtico honor, una auténtica oportunidad", que sólo le ha reportado "enriquecimiento personal y político".

"Ha sido un periodo en el que he estado muy dedicada y muy volcada en mi trabajo, al que he puesto mucha pasión", añadió. "He podido cometer errores, pero en todo caso, y si se confirma que abandono esta responsabilidad, sólo tendría palabras de agradecimiento y un recuerdo inolvidable", insistió.

La secretaria de relaciones exteriores del PSOE se mostró muy cauta en todo momento e incluso rechazó confirmar públicamente su nombramiento como nueva secretaria de Estado para Iberoamérica.

Respecto a su sucesor, Jiménez se limitó a explicar: "El PSOE está valorando quién es el candidato que está en mejores condiciones de competir para ganar, y cuando tenga esa decisión tomada lo comunicará. No hay en este momento especulación en torno a nombres y simplemente una toma de decisiones que todavía no se ha producido".

Por otro lado, recordó que los socialistas "siempre han dado una importancia extraordinaria a la Alcaldía de Madrid y han trabajado de una manera muy firme, sostenida y sólida buscando en todo momento ser la alternativa en la capital".Lo cierto es que el desembarco de la dirigente socialista en el ministerio de Miguel Ángel Moratinos contribuirá a resolver la acumulación de trabajo que, al hilo de las distintas crisis, ha venido padeciendo el secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León, brazo derecho y álter ego del ministro.

Desde el conflicto del Sáhara al contencioso de Gibraltar, han ido cayendo sobre la mesa de León los temas más conflictivos de la política exterior española. El ha tenido que realizar constantes gestiones personales, a veces difícilmente conciliables en el espacio y el tiempo, que cubren desde la inmigración subsahariana, con frecuentes giras por países africanos, a los problemas de Repsol-YPF en Bolivia, ante cuyas autoridades es el interlocutor permanente.

La creación de la Secretaría de Estado para Iberoamérica descargará a León al menos de ese bloque de relaciones que, con el inicio de la transición en Cuba, va a requerir un interés creciente. Por lo demás, el ministerio mantiene el resto de su estructura, con la otras tres secretarías, de Exteriores, Europa y Cooperación. Nunca antes este departamento que dirige la diplomacia española había tenido cuatro secretarías de Estado.

El Gobierno del PP tuvo una secretaría para Iberoamérica y Cooperación junto a las de Europa y Exteriores. Cuando llegó al poder, el PSOE redujo la Secretaría General del ministerio a una simple dirección, por problemas presupuestarios.

El secretario de relaciones internacionales del PP, Jorge Moragas, aseguró que su partido concede "un margen de confianza" a Jiménez a la espera de que sus labores "se traduzcan en una mejora de las relaciones entre España y esa región del mundo". Moragas aseguró que "en más de una ocasión", la dirigente socialista ha defendido opiniones "distintas" a las de Moratinos, por lo que en su opinión "se abre una oportunidad para rectificar las políticas del Ejecutivo en materia internacional". El dirigente del PP destacó la posición de Jiménez sobre Cuba, ya que en su opinión se ha mostrado "más abierta" a la necesidad de reformar el régimen de Castro mientras el Ejecutivo "ha guardado un vergonzante silencio".