Rajoy recupera el Falcon como eje de su campaña
El líder del PP, al ser diputado, viaja a los mítines con dinero público
Mariano Rajoy va claramente sobrado en esta campaña electoral. Tan sobrado va, que ya ni siquiera se prepara los mítines. Ayer, en Zaragoza, repitió varias veces cuatro chanzas, se perdió en algún momento del discurso y el mitin, con cuatro intervinientes, se despachó en poco más de media hora. Una faena de aliño sin disimulo. El líder del PP centró su discurso por sexto día -sólo lo pasó por alto el sábado en Barcelona-, a falta de otras ideas, en los viajes del presidente del Gobierno en el Falcon. Cuatro veces lo repitió en 20 minutos.
Rajoy llegó a Zaragoza en AVE. El billete, como el de todos los diputados españoles, viajen adonde viajen en su actividad, fue pagado por el Congreso de los Diputados. Cuando el líder del PP toma un avión y dice que Zapatero debería viajar como él, obvia en todo momento -y no es fácil preguntarle porque apenas concede ruedas de prensa- que su partido no paga los billetes de avión con los que el líder recorre España. Los paga el Congreso, con cargo a los Presupuestos. Los de los escoltas que acompañan al jefe de la oposición los paga el Ministerio del Interior, también con cargo a Presupuestos.
Pero es que incluso en el caso de que los pagara el PP -no es así, según confirman en el departamento de prensa del partido- la diferencia sería estética, pero no real. Los partidos viven de las subvenciones públicas. Las cuotas de los afiliados no cubren ni el 20% de los ingresos de los dos grandes partidos, según lo que ellos mismos declaran al Tribunal de Cuentas, por tanto, toda su actividad, también el alquiler de aviones para campaña, viene de la misma caja: los Presupuestos del Estado. En 2005, último año analizado, el PP ingresó 56 millones de euros en subvenciones, frente a 9,6 de cuotas de militantes o 3,5 de donativos. Los datos del PSOE son similares, pese a los cual los partidos siguen defendiendo su derecho a no desvelar en qué se gastan ese dinero, cuánto pagan a sus dirigentes o con quién contratan sus trabajos.
Nada de esto parece importar al líder del PP. Ha tomado la directa, está convencido de que ganará las europeas y que eso le consolidará internamente y le abrirá el paso a La Moncloa. Tan sobrado va Rajoy que incluso tiene el desparpajo de decir que ha sido el PSOE quien ha introducido el asunto del Falcon en campaña. "Yo hablo de esto porque lo ha metido el PSOE en campaña; si no, hablaría de otras cosas", llegó a decir en Zaragoza.
El PP sacó el asunto por primera vez el lunes en Málaga, al día siguiente del mitin de Zapatero en Dos Hermanas (Sevilla). Y desde entonces, todos los días -salvo el sábado-, Rajoy ha concentrado su discurso en esta polémica, a la que el PSOE tardó cuatro días en entrar. El líder del PP no se cortó en ningún momento: "Quiero que nos expliquen cómo se han utilizado los aviones estos años y cómo se utilizaron los años anteriores. Uno empieza a estar harto de la chulería de algunos, de su prepotencia y de cómo se utiliza el dinero de los contribuyentes".
El líder del PP también se concentró en la polémica por la subvención de la Junta de Andalucía a una empresa en la que trabaja la hija de Manuel Chaves. Como es habitual, Rajoy ni siquiera citó a Jaime Mayor, su candidato, y mucho menos la polémica que éste ha provocado al apoyar las tesis del cardenal Antonio Cañizares, para el que el aborto es más aberrante que los abusos sexuales a menores realizados por miembros de la Iglesia. El líder del PP se limitó a criticar la parte más polémica de la nueva Ley del Aborto, la de las niñas de 16 años que podrían interrumpir su embarazo sin consultar a sus padres, pero evitó entrar en detalles o en comparar aborto y pederastia.
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