Rajoy elude pronunciarse sobre las pensiones y la reforma laboral

El Gobierno y el presidente están en crisis. El PP está cada vez más animado. Pero su líder, Mariano Rajoy, apenas ha tenido apariciones públicas desde que el Ejecutivo anunció la reforma de las pensiones. Rajoy ha dejado que sean sus segundos quienes pidan elecciones anticipadas, la dimisión del presidente o incluso una moción de censura, mientras él se quedaba en segundo plano. Y un mundo muy influyente en los populares, no sólo mediático, empieza a ponerse nervioso. Hasta Jaime Mayor, que llevaba meses sin romper ningún plato, dio un golpe seco a la vajilla ayer en el diario La Gaceta: "La oposición tiene que estar pensando en algo más que en sustituir al Gobierno o a unas siglas. Hace falta el coraje de adoptar un proyecto de gran envergadura".

Para Mayor Oreja, el PP debe pensar "en algo más que sustituir al Gobierno"

Pero el partido esperaba que Rajoy aprovechara el acto multitudinario de ayer en Atarfe (Granada) para mostrar ante casi 10.000 entusiastas que el PP va a por todas con un gran discurso. Pero no sucedió.

"Hay que mantener la serenidad y la calma. El Gobierno no lo hace, el PP debe hacerlo. No voy a responder a las ocurrencias del Gobierno con otras ocurrencias", dijo en un claro mensaje interno: ni elecciones anticipadas ni moción de censura. "Lo que toca es que Zapatero vaya al Parlamento y nos diga qué va a hacer y cómo va a hacerlo". Rajoy le pide al Gobierno "que haga un plan". Y sostiene: "El PP tiene un plan, y está dispuesto a gobernar desde ya". Pero en algo más de 20 minutos de discurso poco preparado, ante un público entusiasta que se había venido arriba con Javier Arenas y estuvo más tibio con Rajoy, el jefe de la oposición no desgranó ni un solo elemento de ese supuesto plan. El líder del PP evitó mojarse en los asuntos clave: en la ampliación de la edad de jubilación, en la reforma laboral y en el recorte del gasto público. Pidió al Gobierno que aclare su propuesta, pero sin decir qué piensa el PP de estos asuntos.

Rajoy, según su entorno, quiere transmitir una imagen de tranquilidad, evitar que los ciudadanos perciban que el líder de la oposición está ansioso por aprovechar la crisis para llegar al poder. Por eso Rajoy deja que los suyos lancen los mensajes catastrofistas o polémicos, mientras él trata de ofrecer una imagen de hombre de Estado.

En esa línea, el líder del PP defendió varias veces la marca España, acosada ahora por los mercados. "España es un gran país, somos de fiar, el único que no es de fiar es Zapatero. El problema de España no es la crisis internacional ni lo que diga un periódico, el problema es el Gobierno nacional y el Gobierno andaluz. España recuperará el crédito cuando Zapatero deje el Gobierno". Para poco más dio el discurso de Rajoy. El líder de la oposición sigue con su estrategia de no hacer ruido, de esperar a que sea Zapatero quien asuma todos los riesgos.