El PSOE inicia su travesía del desierto
Rubalcaba pide a Zapatero que convoque "lo antes posible" un congreso - El candidato se compromete a defender desde la oposición la cohesión social
Fue la noche electoral más triste que los veteranos del PSOE recuerdan. Unos 500 militantes socialistas escucharon atónitos el último recuento de los votos que les llevaba a obtener el peor resultado de su historia. Pero no les hacía falta mirar a las pantallas y observar el escrutinio. El rostro, el gesto y el tono del candidato, Alfredo Pérez Rubalcaba, eran el vivo reflejo de la desolación, aunque en su parlamento de apenas tres minutos mantuvo para muchos la dignidad de la que ha hecho gala durante toda la campaña. Pasados 15 minutos de las diez de la noche, Rubalcaba compareció en la sala Ramón Rubial del PSOE acompañado exclusivamente por su jefa de campaña, Elena Valenciano. Un tímido intento de corear su nombre fue acallado por él mismo con las manos y con la voz. "Por favor, por favor". Lo dijo de tal manera que todos entendieron que, dadas las circunstancias, a Rubalcaba le parecía inapropiado escuchar corear su nombre como si de un mitin se tratara.
Los socialistas defenderán los servicios públicos universales
El candidato quiso comparecer solo, sin la presencia de Zapatero
Sorprendió que no estuviera con él, aunque en silencio, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien había estado toda la jornada y que escuchaba la intervención desde cuatro plantas más arriba, pero en el entorno del candidato aseguran que la decisión de aparecer en solitario fue por voluntad propia.
En esta intervención Rubalcaba quiso cumplir el ritual de todo perdedor de las elecciones. Primero, constatar la victoria del PP, anunciar que había felicitado personalmente a Mariano Rajoy además de haberle deseado "suerte" en la tarea que tendrá que asumir en breve en la gobernación del país. Después, el agradecimiento a los "siete millones de españoles" que han votado al PSOE, una declaración de principios sobre la futura actuación del primer partido de la oposición en el Parlamento. Por último, aunque no lo menos importante en absoluto, Rubalcaba habló de su partido. "He transmitido al secretario general del PSOE mi opinión de que debe convocar un congreso ordinario lo antes posible, dentro de los plazos que marcan los estatutos".
A pesar de que la situación en la que entran los socialistas es excepcional por su gravedad, no tienen la necesidad de forzar la máquina estatutaria ya que están en plazo para convocarlo hasta julio. La ejecutiva federal se reunirá hoy, presidida por Zapatero, y además de abordar la primera aproximación del porqué de la derrota se empezarán a poner las bases para ese congreso. El cónclave lo tiene que convocar el comité federal, quien determinará las fechas con 60 días de antelación.
La máquina interna está ya en marcha para que todo el partido haga la inevitable catarsis que sobreviene a cualquier crisis y más en esta ocasión en la que se han cumplido los peores pronósticos. "El PSOE no ha tenido buen resultado, pero agradecemos el apoyo obtenido porque tiene un enorme significado, y lo agradezco de corazón", dijo Rubalcaba haciendo un esfuerzo de contención emocional. "Estaremos a la altura de la confianza que nos han dado y pasaremos a liderar la oposición de acuerdo con nuestros valores y en el compromiso de defender los intereses generales de España", añadió. No puso objeciones esta vez al aplauso.
Desde la oposición aseguró Rubalcaba que su partido va a trabajar "para conseguir la recuperación de la economía y el empleo" y para que la crisis "no suponga la pérdida de derechos que cohesionan a la sociedad". La defensa de los servicios públicos, la igualdad entre hombres y mujeres y los derechos civiles serán la línea fuerte del PSOE en la oposición. Rubalcaba reconoció que desde hoy empiezan a trabajar para "recuperar la mayoría social y política". Empieza la travesía del desierto.
El calvario de la derrota
"No me voy a dejar ganar, por mí no va a quedar". Esta proclama del candidato a la presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, ayer la evocaban con suma tristeza algunos de los miembros de su equipo para resaltar la campaña "llena de coraje y esfuerzo" que ha hecho el candidato socialista. Pero por encima de esta frase anoche se recordaba otra: "Haré lo que tengo que hacer, cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste". La dijo José Luis Rodríguez Zapatero para señalar su determinación de llevar adelante los ajustes que le requerían desde la Unión Europea. Esta ha sido la causa del hundimiento electoral de su partido, según interpretan numerosos dirigentes socialistas. Para muchos el resultado de las elecciones se decidió en mayo de 2010, cuando empezaron los ajustes. En la reunión de la ejecutiva de hoy empezará el análisis de los resultados y continuarán en el comité federal que convoque hoy Zapatero, probablemente para el próximo sábado o el siguiente.
De los pasos que ahora dé el PSOE ya sabrán algo Zapatero y Rubalcaba por cuanto que ayer pasaron muchas horas juntos, aunque finalmente decidieron que solo comparecería Rubalcaba. Era la noche del candidato y anoche terminaron sus funciones, ya que Rubalcaba, aunque es miembro de la ejecutiva como vocal, no tiene otra responsabilidad, ya que abandonó su puesto en el Gobierno cuando asumió la candidatura. Ahora es el tiempo de Zapatero, secretario general, hasta que él quiera. Durante unas horas, días o hasta que un nuevo líder le sustituya en el próximo congreso.
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