El PSOE da el gran vuelco electoral
Zapatero se compromete a gobernar para todos y llevar adelante "el cambio tranquilo"
Hace cuatro años, José Luis Rodríguez Zapatero fue elegido secretario general del PSOE y en la noche de la clausura de ese congreso convocó a los militantes "a la esperanza del cambio en 2004". Anoche, recordó esta frase y felicitó a los militantes y a los votantes porque lo habían conseguido. Zapatero, serio y con contenida alegría, se comprometió a llevar adelante el cambio tranquilo, a gobernar "para todos y con humildad" y felicitó a su "digno rival", Mariano Rajoy. Hoy mismo le convocará, así como al resto de partidos democráticos, para llevar juntos una estrategia en contra del terrorismo. Las víctimas de la matanza del pasado jueves ocuparon buena parte del discurso de Zapatero y aseguró que ni él, ni su partido, ni los españoles les olvidarán.
Los españoles provocaron ayer el vuelco electoral al que había estado llamando José Luis Rodríguez Zapatero durante toda la campaña electoral. El líder socialista, a las 23.00, compareció ante los militantes que se habían agolpado en la sede de su partido para festejar con ellos su buena nueva, pero lo primero era rendir un homenaje a las víctimas del atentado terrorista del pasado jueves y pedir un recuerdo muy especial a los familiares que hoy siguen en los hospitales pendientes de sus familiares heridos. "El terror nos encontrará siempre enfrente; mi prioridad es combatir toda forma de terrorismo y mañana [por hoy] buscaré la unidad de las fuerzas políticas para concentrar todos los esfuerzos frente al terrorismo". Exactamente la fecha de hoy, lunes, es la que citó el pasado jueves Zapatero para tomar esta iniciativa conjunta contra el terrorismo "gane quien gane", según dijo poco después del atentado del jueves.
El mazazo del terrorismo marcó el primer discurso de Zapatero como ganador de las elecciones y de ahí que su parlamento fuera escasamente triunfalista y, como casi siempre, muy moderado. La alegría la manifestaban los militantes, y la emoción la dejaron traslucir los miembros de la ejecutiva que le acompañaban y los responsables del comité electoral. Los signos de entusiasmo que mostraron los militantes en plena calle, a las puertas de la sede del PSOE de Madrid, lo enfrió el propio Zapatero al pedir un minuto de silencio por "las vidas rotas". Les pidió, así mismo, respeto para su "digno rival" Mariano Rajoy. Y le aplaudieron.
Mano tendida a Rajoy
Al líder del Partido Popular le tiendo la mano inmediatamente para acordar y dialogar sobre asuntos de Estado, según anunció. También, fiel a sí mismo, en forma y en contenidos, no dijo nada en este su primer discurso diferente a lo que ha prometido durante la campaña electoral. "Estoy preparado para asumir la responsabilidad del Gobierno; voy a hacer el Gobierno del cambio y actuaré con diálogo, con responsabilidad, con transparencia, por la cohesión, por la concordia y por la paz".
Lo cierto es que la prudencia fue la consigna que Rodríguez Zapatero dio a los suyos hasta que los resultados no estuvieran claros. José Blanco, responsable de la campaña electoral, tuvo dos comparecencias. La primera pasados unos minutos de las 20.00 horas, para simplemente afirmar que el PSOE estaba en condiciones "de obtener un buen resultado". Después, a las 22.10 horas, Blanco, visiblemente emocionado, proclamó que "el Partido Socialista Obrero Español ha ganado las elecciones generales en número de votos y en número de escaños".
Quiso recalcar estos últimos datos porque Zapatero sorprendió a propios y extraños al comienzo de la campaña cuando aseguró que sólo gobernaría si obtenía más votos que el PP, para descartar así que fuera a formar coaliciones heterogéneas en exceso. El responsable electoral y de Organización del PSOE mostró ayer su cercanía a Zapatero cuando con él se fundió en un estrecho abrazo. Lo mismo ocurrió con Jesús Caldera, portavoz parlamentario del PSOE, amigo del líder socialista y su mano derecha.
A esa hora, las diez de la noche, Blanco pidió "serenidad y tranquilidad" a todos los ciudadanos y a todos los militantes. Esa llamada también la hizo dos horas antes, cuando todavía no se conocían los resultados. Tanto Blanco como, porteriormente Zapatero, quisieron dejar claro que ayer España vivió "una jornada democrática" pero no "una jornada festiva", teniendo como fondo el dolor por las víctimas de la masacre terrorista del jueves.
Las llamadas a la tranquilidad que hizo anoche Zapatero se dirigían singularmente a los ciudadanos que no han votado al PSOE sino a otras fuerzas políticas, en particular al PP. Zapatero se ha proclamado durante toda la campaña como un "hombre de izquierdas" pero de inmediato añadía, y anoche hizo lo mismo, que tendrá en cuenta que recibe el voto de muchos ciudadanos que no son simpatizantes ni votantes socialistas habituales. El ganador de las elecciones dijo anoche que ésta ha sido "una victoria de todos", y aseguró que está preparado "para asumir la responsabilidad del Gobierno". Y desde el primer momento, tras la victoria, lanzó dio unas pinceladas de lo que piensa hacer desde el poder ejecutivo. "Me propongo fortalecer el prestigio de las instituciones democráticas, impulsar la España social, situar a España en la primera línea de la construcción europea y guiarme, en todo momento, por la Constitución".
Sus llamadas durante toda la campaña a los jóvenes, para que se convirtieran en los "voluntarios del cambio" como lo fueron contra la guerra de Irak y en la lucha contra el chapapote, seguramente le han dado frutos. También quiso encandilar a los abstencionistas de izquierda con el argumento de que el PSOE se había renovado y estaba unido. Zapatero recordó el broche de su discurso cuando fue elegido secretario general. "Hace cuatro años os convoqué a la esperanza del 2004. ¡Enhorabuena, lo habéis conseguido!".
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