El PP se instala en la expectativa de una mayoría absoluta holgada
Rubalcaba no recorta la desventaja y absorbe las críticas a Zapatero
A tres meses de las elecciones generales el panorama para el PSOE es desolador, mientras que las expectativas justifican con creces la euforia en la que vive instalado el PP. Alfredo Pérez Rubalcaba no ha logrado atenuar la desventaja electoral con su precampaña electoral y Mariano Rajoy se vislumbra cómodamente aposentado en una probable mayoría absoluta holgada.
La encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, realizada después de la reforma ultrarrápida de la Constitución, muestra que la ventaja del PP se mantiene inalterable, en 14,1 puntos, y con unos datos que refuerzan la impresión de pesimismo y hasta derrotismo de los votantes socialistas, que ven la catástrofe como irremediable.
Rajoy mantiene una ventaja de 14,1 puntos, sin cambios en la precampaña
La participación será cinco puntos menor que la de 2008, como en 2000
Cuentan que, con estas expectativas, hay dirigentes del PP a los que, incluso, preocupa el pésimo resultado del PSOE, sumado a la desafección política que muestran las previsiones de participación. Aseguran que es preferible una victoria holgada, pero temen que el hundimiento del PSOE lleve aparejado un trasvase hacia la calle y al margen de los partidos tradicionales de la labor de oposición a un próximo Gobierno del PP. Prefieren la oposición institucional y parlamentaria de un PSOE debilitado, que la protesta en la calle que ha anticipado el Movimiento del 15-M y que, previsiblemente, puede volver a protagonizar la campaña electoral de las generales, como ya ocurrió con las municipales. Para un Gobierno del PP sería más difícil de gestionar una confrontación social en la calle, con el PSOE deslegitimado y sin apoyos ni liderazgo político, que para uno de izquierdas y el sondeo de Metroscopia apunta precisamente a eso, porque los socialistas pueden estar marcando un nuevo suelo electoral.
El sondeo no está territorializado y, por tanto, es imposible hacer la atribución exacta de escaños, pero permite deducir que el PP podría llegar a superar los 185 escaños, diez más de la mayoría absoluta, mientras que el PSOE estaría por debajo de los 125 de la debacle de Joaquín Almunia en 2000. Esa previsión electoral se agrava porque el candidato socialista, en cuyas espaldas recae la difícil tarea de atenuar el desgaste del Gobierno socialista, empieza a recibir las valoraciones negativas que antes sufría José Luis Rodríguez Zapatero. Rubalcaba no ha podido poner distancia del presidente del Gobierno y se ve afectado por su mala valoración. Los estereotipos negativos que antes recaían sobre Zapatero, como la improvisación y la falta de confianza, los absorbe ahora Rubalcaba, sin posibilidad alguna de que su imagen y su discurso sean un acicate de movilización electoral.
Así, hace un poco más de un mes, en el anterior sondeo, un 53% de los votantes socialistas decía que Rubalcaba tenía un plan claro, mientras que ahora eso solo lo sostiene el 37% y hasta el 56% asegura que improvisa.
El líder del PSOE mantiene una mejor valoración que su oponente, pero Rajoy gana en lo esencial: las preguntas referidas a cómo gestionar la crisis y, sobre todo, en respaldo entre los propios electorales. El candidato del PP está, para el 42%, mejor capacitado para hacer frente a los mercados y manejar sus exigencias, mientras que ese porcentaje es del 30% en el caso de Rubalcaba. Los dos están empatados en la pregunta concreta sobre la capacidad para hacer frente a la crisis, lo que sí supone una ligera mejora de Rubalcaba con respecto a la encuesta de hace un mes.
El socialista logró en agosto, en el primer tramo de la precampaña, marcar la agenda política, pero la reforma de la Constitución quebró esa tendencia, sin que le haya permitido apenas poner distancia con la imagen gastada de Zapatero. Su valoración es mejor que la de Rajoy porque tiene buena imagen entre ciudadanos que no votarán al PSOE, mientras que al del PP solo le ven con buenos ojos los votantes populares. De hecho, es mejor la valoración del Rajoy entre los votantes del PP que la de Rubalcaba entre los del PSOE.
Tiene mucho que ver con eso la extraordinaria movilización y euforia de los del PP, frente al pesimismo de los del PSOE que dan casi por perdidas las elecciones y dan muestras de cierto desistimiento. Por ejemplo, el 81% de los votantes del PSOE da por hecha la victoria del PP; el 63% considera que hagan lo que hagan todo está perdido y solo el 65% de ellos prefiere una victoria socialista. Dicho de otra forma, al 35% de los votantes del PSOE le da lo mismo que gane el PP.
Esa desidia hace previsible una participación electoral baja, por la tendencia a la abstención de los votantes socialistas. Según Metroscopia, esa participación podría ser del 70%, cinco puntos por debajo de la de 2008 y similar a la de las elecciones de 2000, cuando José María Aznar logró una mayoría absoluta holgada, con una ventaja de 10 puntos. La ventaja estimada ahora es de 14 puntos, con el agravante de las dificultades para el PSOE en las dos comunidades que más peso en escaños tienen: Cataluña y, sobre todo, Andalucía.
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