Mitin a traición para pensionistas
Más de 500 jubilados acaban en un acto electoral de Quintana (BNG) cuando creían que viajaban a Portugal
Una excursión a Portugal de un día entero, con comida y cena, por 15 euros. Sonaba bien, así que más de 500 jubilados, la mayoría de Vigo, se apuntaron y llenaron 10 autobuses en un viaje organizado por la Confederación Galega de Maiores (Cogama). Pero la jornada tenía una inesperada parada en Oia, un pequeño pueblo de camino de Portugal, cerca de Baiona. En un hotel de carretera de tres estrellas junto al Atlántico, los abuelos se encontraron con un montón de sillas puestas en círculo. "¿Y ahora qué pasa aquí?", preguntaron algunos. "Que viene el vicepresidente, Anxo Quintana", líder del BNG.
Lo que parecía una excursión se convirtió en un mitin forzoso. Quintana, que nada sabía, según explicó después, de que los ancianos estaban allí obligados, les soltó un discurso sobre todo lo que él ha hecho y quiere seguir haciendo para los jubilados, y les pidió el voto.
Touriño se plantea promover una ley para forzar los debates electorales
La campaña del BNG afirma que es "el único partido propio de Galicia"
Son su especialidad. Él, que en esto ha sustituido a Manuel Fraga, tiene en su consellería esta competencia, y no para de organizar bailes y chocolatadas con abuelos. Y suele acabar bailando con ellos, aunque ayer no le dio tiempo. "Me critican por bailar con los viejos. Pero a mí me gusta. ¿Por qué no me puede gustar?", se rió.
Galicia es una de las zonas más envejecidas de Europa, y según los datos de Quintana, los mayores de 65 años suponen el 22% de la población. Así que sus votos son muy codiciados, especialmente en Ourense, la provincia más envejecida y donde el BNG trata de arrebatar un escaño al PP. Fraga lo sabía, y por eso trabajaba a fondo este voto con bailes y meriendas. Y Quintana también.
Pero esta vez salió mal. Algunos abuelos aceptaron resignados que la excursión se quedara en mitin forzado y comida -casi no quedó tiempo para ir a Portugal-, pero otros se enfadaron mucho. "Como somos viejos nos tratan como a ganado. Es una vergüenza. A mí me habían vendido un viaje a Portugal, y estoy aquí escuchando a estos señores. Nos toman el pelo", se quejaba una señora, harta de escuchar a Quintana y sobre todo al jefe de la confederación, José Piñeiro. "Soy viejo pero no idiota", protestaba otro señor.
Quintana, que al contrario que PSOE y PP, no tiene estrellas nacionales invitadas, desarrolla una campaña basada en su gestión, su simpatía y buena valoración en las encuestas, y con una idea constante que repitió ayer: "El BNG es el único partido que defiende Galicia, que es propio de esta tierra. Y aquí no se elige al presidente de Madrid, sino al presidente de Galicia".
Quintana sólo puede seguir gobernando si el PSdeG saca un buen resultado, porque si no volvería el PP. Por eso, el líder del BNG procura no criticar a su socio en la Xunta, al contrario de lo que sería previsible en una campaña electoral en la que ambos partidos compiten por un electorado de izquierdas fronterizo.
El socialista Emilio Pérez Touriño le corresponde evitando también las críticas al BNG. El presidente trató ayer, tras la rueda de prensa del Consejo de Gobierno, de meter más presión al candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, por su negativa a debatir. Aseguró que ante la postura "insólita" de Feijóo, se está planteando la posibilidad de regular por ley la obligación de que haya debates electorales, algo que en Galicia no se produce desde 1993. "Lo consideraré, porque [el debate] es un derecho que no se debe hurtar a la ciudadanía", dijo Touriño. "Sigo queriendo debatir, pero de uno en uno", sentenció Feijóo.
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