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Millet pagó a CDC con dinero negro, según Hacienda

Una fundación convergente admite que recibió 90.151,82 euros del Palau

Lluís Pellicer

La investigación del desvío de fondos del Palau de la Música está acorralando a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Un informe de la Agencia Tributaria incluido en el sumario del caso indica que su fundación, la Trias Fargas, se nutrió al menos en 2003 de aportaciones en dinero negro del Palau, entonces presidido por el imputado Fèlix Millet. El documento, remitido a la fiscalía en julio de 2008, recoge una salida de efectivo sin contabilizar en julio de 2003 de una de las cuentas de la Asociación Orfeó Català que ascendía a 90.151,82 euros. Ésa es exactamente la cantidad que la fundación de CDC dijo haber recibido en ese periodo, pero que no ha podido justificar con ningún recibo ni factura.

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Cuando el caso Millet empezó a apuntar a los partidos, el número dos de CDC, Felip Puig, admitió que entre 1999 y 2008 la fundación nacionalista recibió 630.000 euros procedentes de la Fundación Orfeò Català-Palau de la Música. Entonces dijo que todas las aportaciones eran "legales" y sujetas a siete convenios. Uno de ellos, según CDC, se firmó a finales de 2002 y supuso una inyección de 90.151,82 euros que la entidad vinculada al partido recogió en las cuentas que presentó al Departamento de Justicia en 2003.

Puig atribuyó esa cantidad de 90.151,82 al ejercicio 2002, mientras que dijo que en 2003 la fundación recibió 120.000 euros. Sin embargo, en los expedientes que la entidad mandó a Justicia la contabilidad es otra. Se incluyeron dentro del ejercicio 2002 un total de 210.151,82 euros, mientras que en 2003 no se apuntó ninguna aportación del Palau. Sin embargo, fuentes del Protectorado de Fundaciones explican que ello se debe a que los responsables de la Trias Fargas decidieron anotar en 2002 un convenio que se firmó "muy a finales" de ese año y que, por lo tanto, se iba a cobrar a lo largo de 2003. De hecho, los inspectores de Hacienda detectaron esa salida de efectivo el 9 de julio de 2003.

El informe de la Agencia Tributaria confirma las sospechas de los auditores que están investigando los balances del Palau: había una doble contabilidad en toda la compleja estructura que gestionaba la emblemática institución catalana. El Palau de la Música tenía tres patas, todas controladas por Millet. La primera la constituía el consorcio con las administraciones públicas, donde iba a parar el dinero público. En el mismo nivel estaba la fundación, que recibía sobre todo aportaciones privadas.

El dinero de ambas entidades iba a parar a la Asociación Orfeò Català, propietaria del edificio modernista de Lluís Domènech i Muntaner. La diferencia es que mientras las dos primeras entidades estaban auditadas, sobre la tercera no se ejercía ningún tipo de control, a pesar de que los auditores reclamaron poder rastrear sus cuentas en varias ocasiones.

El pago de 90.151,82 euros que advirtieron los inspectores de Hacienda procedía, precisamente de la Asociación, y fue una de las operaciones que puso en alerta a Oficina Nacional de Investigación del Fraude. Según el informe del sumario, ésta descubrió una retirada en efectivo por importe de 200.000 euros en billetes de 500 euros de una sucursal de Caixa Catalunya y el cobro de varios cheques durante 2003 que sumaban más de 420.000 euros, entre los cuales está el que podría haber ido a parar a la fundación de CDC. Era la punta del iceberg. Ese año se retiraron, según la fiscalía, 2,3 millones de euros, y los auditores ya apuntan a que se desviaron más de 20 millones de euros en los últimos diez años. Millet y su mano derecha,Jordi Montull, presentaron facturas falsas -algunas creadas expresamente por varias empresas- para justificar esos pagos. Sin embargo, no lo hicieron para cubrirse por esos 90.151,82 euros, que tampoco fueron comunicados a Justicia.

La Agencia Tributaria trató de investigar el origen y el destino del dinero. Según manifestó Millet, el dinero procedía de "donaciones privadas, públicas y de la propia fundación" y lo acreditó con documentos de esta última. Sin embargo, la Agencia Tributaria no pudo acreditar el destino del efectivo retirado. Millet afirmó que esos más de 90.000 euros habían ido a parar al pago de "personas y orquestas contratadas en las actuaciones del Orfeò". Sin embargo, ese gasto ni estaba contabilizado y no había ni justificantes ni recibos.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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