De Juana padece problemas de médula ósea y cardiacos
Los últimos partes médicos revelan que el etarra sigue grave, aunque su patología es recuperable
El estado de salud del etarra Iñaki De Juana Chaos, internado primero en el hospital Doce de Octubre de Madrid y actualmente en el hospital Donostia de San Sebastián en prisión atenuada, sigue siendo grave porque mantiene el riesgo de fallo cardiaco, al que se unen problemas en la médula ósea. Según los últimos partes médicos, los problemas que padece el etarra tras su huelga de hambre de 115 días en dos etapas "son recuperables" si no surgen nuevas patologías y continúa tomando alimentos normalmente. También tiene dificultades para situarse de cuclillas.
De Juana se halla desde el 1 de marzo en el hospital Donostia. Allí fue trasladado desde la residencia sanitaria Doce de Octubre de Madrid, tras suavizar el Ministerio del Interior su régimen carcelario otorgándole el segundo grado, en aplicación del artículo 11.2 de la Ley General Penitenciaria. La aplicación de este artículo es potestativa del Gobierno, aunque requiere el visto bueno del juez de vigilancia, que en este caso lo ha dado basándose en el riesgo de muerte del etarra.
Cuando salió del Doce de Octubre, De Juana llevaba sin tomar alimentos por boca 115 días y, según el parte médico, estaba al borde de sufrir una "muerte súbita". Por ese motivo, el juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, validó la propuesta del Gobierno de suavizar su régimen. El etarra, que en su última etapa en el Doce de Octubre estaba siendo alimentado por la fuerza a través de una sonda nasogástrica siguiendo órdenes de la Audiencia, había advertido que se mantendría en huelga de hambre si no se flexibilizaba la condena de tres años de cárcel que le impuso el Tribunal Supremo por amenazas y enaltecimiento del terrorismo.
Últimos partes médicos
Ahora, tras 12 días tomando alimentos, su estado de salud sigue siendo grave, pero no irreversible, y ello se debe básicamente a los efectos de la prolongada huelga de hambre. El 8 de marzo, los médicos que le atienden en San Sebastián hablaban ya de problemas en la médula ósea. En concreto, reflejan que el paciente "sufre una depresión de serie roja y blanca en probable relación a infiltración gelatinosa de médula". Durante la protesta, De Juana perdió muchos kilos y tales síntomas son habituales en pacientes con anemia. Este problema de desnutrición es grave, aunque no mortal y, en todo caso, recuperable con alimentos. Nada más llegar a San Sebastián el día 1, este sanguinario etarra -que ya ha purgado su condena por los 25 asesinatos que se le atribuyen como jefe del comando Madrid- comenzó a comer. También tiene dificultades para ponerse en cuclillas.
Días antes de lograr que el Gobierno suavizara su régimen carcelario, estando De Juana en el Doce de Octubre de Madrid bajo custodia policial, el juez de Vigilancia habló personalmente en el hospital con los tres médicos que le atendían. Éstos le informaron de que el etarra estaba abocado a una "muerte súbita" y que sus riñones, por deficiente funcionamiento, estaban deteriorados y podía perderlos. Fue cuando el juez autorizó su traslado al hospital Donostia. Dos días después de llegar a este centro, los médicos certificaron: "no ha entrado en fallo cardiaco, pero existe esa posibilidad por bajo gasto. Y tiene un soplo sistolico". Esto quiere decir que su corazón podía detenerse en cualquier momento dado su funcionamiento poco eficaz fruto de la huelga de hambre le había producido alteraciones consistentes en una bajada de potasio. Este ion, el potasio, es el que facilita la transmisión de impulsos eléctricos a través de la pared celular y que es imprescindible para el buen funcionamiento de los músculos como el corazón. El 6 de marzo, De Juana "tenía un soplo audible" en una válvula del corazón y una acumulación de heces fecales en los intestinos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.