Jamal Zougam niega haber estado en uno de los trenes de la muerte
El presunto autor material de los atentados del 11-M es el primer acusado que responde a las preguntas de la fiscal
El presunto autor material de los atentados ocurridos en Madrid el 11 de marzo de 2004 ha negado su participación en la matanza. Jamel Zougam, primer detenido tras los atentados para quien la fiscal pide 38.654 años de cárcel, ha sido el cuarto acusado en declarar, el primer que ha aceptado responder a las preguntas de la acusación.
"Es imposible que yo pudiera estar allí (en los trenes), estaba durmiendo en mi casa", ha dicho en un claro español Jamal Zougam, en respuesta a la fiscal Olga Sánchez, que le recordaba que varias personas le vieron en uno de los trenes de cercanías el 11 de marzo de 2004. El acusado se ha defendido alegando que los cuatro testigos le reconocieron como uno de los terroristas que colocaron los artefactos en los trenes después de verle en televisión.
Sólo dos días después de los atentados, el 13 de marzo de 2004, la Policía detuvo a Zougam, por su presunta relación con la tarjeta del móvil conectado al artefacto sin detonar que fue hallado en la comisaría de Vallecas en la madrugada del 12 de marzo. La fiscal, que solicita 38.654 años de prisión en este caso, considera acreditado que Zougam fue uno de los integrantes de la célula terrorista que se ocupó de la colocación de las mochilas-bomba en los trenes de cercanías madrileños.
A preguntas de la fiscal, el acusado ha declarado que el 11 de marzo de 2004 estuvo durmiendo en la vivienda que habitaba con su familia hasta las diez de la mañana. Zougam. ha puesto de manifiesto las contradicciones en que, en su opinión, incurre uno de los testigos que indicó en su declaración que vió a una persona dejar una mochila en el piso inferior de uno de los trenes. No obstante, la bolsa-bomba explotó en el vagón superior.
También ha indicado que el día de los atentados llegó un poco más tarde de las once de la mañana al locutorio en el que trabajaba ya que no encontraba aparcamiento y ha asegurado que nunca había oído "la palabra Chichón ni Morata de Tajuña" hasta su detención. "Estaba durmiendo, si estaba durmiendo no pude desplazarme a Alcalá de Henares", ha dicho.
El acusado también ha negado formar parte del Grupo Islámico de Combatientes Marroquíes (GICM) y ha dicho no conocer a ninguno del resto de acusado a pesar de que en alguna ocasión se acudía a la Mezquita de la M-30. En cuanto a su posible relación con el huido Mohamed Afalah, ha dicho que otra persona le pidió su teléfono para realizar una llamada para solicitar sus servicios en la reforma de un local que había adquirido. "Si existen escuchas, se puede demostrar que no es mi voz", ha dicho.
Según se desprende de su declaración, Zougam es consciente de que su presunción de inocencia se rompió tras el hallazgo de una tarjeta SIM de la compañía AMENA perteneciente a una partida de 100 adquirida por la tienda en la que trabajaba, pero ha negado haber tenido en su poder ninguna de ellas: era el propietario del locutorio el que controlaba la adquisión y venta de las mismas, ha dicho.
Tampoco fue él -ha dicho- quien enseñó a los acusados a sincronizar teléfonos y haberles mostrado en el interior donde debían unirse los cables para fabricar un detonador. "Yo realizaba sólo algunas reparaciones y me limitaba a comprobar los problemas en los teléfonos para ver si podían tener arreglo o no".
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