González proclama que Zapatero sí cumple el programa
El testimonio del ex presidente del Gobierno Felipe González a favor del siguiente mandatario del PSOE al frente del Ejecutivo de España, José Luis Rodríguez Zapatero, formará parte de la celebración, hoy, de los actos del 25º aniversario de la victoria de ese partido. González hablará de su etapa, pero también de la que protagoniza Zapatero.
"Ahora tenemos que gestionar, enfrentar, definir problemas completamente nuevos. La realidad no es la misma de entonces y este Gobierno está haciendo algo que es quizás lo más asombroso, está cumpliendo el programa que lo llevó a la mayoría electoral, en términos de modernización, de aumento de la cohesión social, y creo que de ampliación de los derechos civiles", dirá hoy Felipe González. El ex presidente estima que estas líneas de actuación van a definir "cuando acabe esta confusión crispadora" la etapa del actual Gobierno.
"Octubre del 82 recoge una enorme aspiración de cambio, no sólo de nuestros votantes, no hay que engañarse. Había otros votantes a la izquierda que también estaban por el cambio, y también en el centro derecha", interpretará González. Todos esos sectores estaban "por la modernización del país y de su aparato productivo; por la descentralización del poder; por la apertura de España a Europa, y por el fortalecimiento de la democracia, a la que todavía veíamos amenazada por la involución y por el terrorismo".
Reconocimiento a Suárez
En su mensaje, González volverá la vista atrás y recordará que en aquellos años, "aunque a veces se olvida", España tenía la renta per cápita propia de un país subdesarrollado. Y por dos veces recordará a Adolfo Suárez, al que le reconocerá el mérito como protagonista esencial de la transición de la dictadura a la democracia. Luego, se centrará en la gestión socialista: Hubo "un gran impulso, casi catorce años de gobierno, que seguramente transformaron España".
En la última parte de su discurso volverá a poner en valor la gestión de Zapatero al señalar que los tiempos actuales tienen características muy diferentes a las de entonces. Tanto en el ámbito nacional como internacional. "A nadie se le hubiera podido ocurrir en el 82 que hubiéramos tenido un problema de inmigración. Lo que teníamos todavía era el temor a una oleada de emigración hacia el exterior", recordará González. Había dificultades en la negociación con Europa porque pensaban que "los muchos parados por la crisis industrial en España se irían a Europa. No ocurrió pero se pensaba".
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