ETA roba coches en París a la desesperada
La banda necesita vehículos para que se muevan sus jefes - El asesinato de un agente enfurece a la policía francesa - Sarkozy: "Que sean severamente castigados"
El robo masivo de coches y el asesinato por parte de ETA de un policía francés en las proximidades de París han puesto en máxima tensión a los servicios antiterroristas de ambos lados de los Pirineos. La audacia del golpe, con entre siete y diez etarras en liza, les hizo pensar que se trataba del preludio de algo mayor, de una operación de más envergadura e impacto, o bien del inicio de una oleada de ataques en España. Sin embargo, la explicación redunda otra vez sobre la debilidad de la banda terrorista.
Los jefes de ETA han tenido que abandonar todos sus coches tras la detención de su máximo responsable, el jefe militar, Ibon Gogeaskoetxea, hace unos días. Necesitaban urgentemente nuevos vehículos para sobrevivir. De ahí la decisión del robo masivo, que ha terminado en un desastre estratégico.
Los agentes buscan por toda Francia a entre seis y nueve terroristas huidos
El primer agente francés asesinado por ETA en ese territorio -Iparretarrak ya asesinó a un gendarme en 1983- ha enfurecido a las fuerzas de seguridad francesas y, sobre todo, al Gobierno vecino. Unos 300 agentes participaron ayer en la manifestación en repulsa por la muerte a balazos de Jean-Serge Nérin, de 53 años, padre de cuatro hijos, celebrada en Dammarie-lès-Lys, donde ocurrió el crimen. "Esto es un cambio para la policía francesa, que no está acostumbrada a estas cosas, pero sobre todo se puede convertir en un error fatal de ETA, porque ahora todas las policías van a ir en bloque a por ella", afirman fuentes antiterroristas españolas.
El propio presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, ha pedido que los etarras que mataron a su compatriota sean "severamente castigados" por este crimen, que "enluta la comunidad nacional". El Rey y Zapatero mandaron sendos mensajes de solidaridad. Poco antes de que se hiciera pública su declaración del Eliseo, el primer ministro francés, François Fillon, había condenado la muerte del policía, que según sus palabras fue "fríamente asesinado por un grupo terrorista". Sin embargo, el asunto no fue tratado en el Consejo de Ministros de la mañana.
La caza ya está desplegada por toda Francia a la busca de los entre seis y nueve huidos. Los etarras sólo han conseguido finalmente hacerse con dos coches, que tampoco son ya seguros, por lo que tendrán que moverse en breve. Fuentes antiterroristas están convencidas de que el robo fue planificado por el actual jefe etarra, Mikel Kabikoitz Carrera, Ata, de quien subrayan que tiene cierta tendencia "a la megalomanía".
El robo demuestra también las dificultades que está teniendo la banda para hacerse con vehículos. Las sustracciones de coches las estaban ejecutando al descuido, esperando en pueblos a que alguien se dejara las llaves puestas. Es un método de riesgo. "Han pensado que era más fácil hacerlo de una tacada y no arriesgarse seis veces", explican las fuentes. Éstas creen que los coches robados no estaban pensados para una oleada de ataques con bombas rodantes, aunque no descartan esa posibilidad, ahora frustrada. "Cuando usan coches para montar bombas, el robo no tiene que dejar tanto rastro, ni ser algo tan espectacular", señalan.
Por ello, la necesidad a la desesperada de abastecerse de medios de transporte para los jefes etarras se ha convertido en prioridad, lo que explicaría una acción tan desmesurada, con tantos terroristas en juego y en riesgo. No obstante, las fuentes de la lucha antiterrorista recuerdan que cada vez que ETA ha puesto tanta carne en el asador, ha arriesgado tanto, luego ha perpetrado una acción de impacto: un robo de explosivos (como en Soto de la Marina o Grenoble), de armas (como el perpetrado en Vauvert, del que procede la Magnum 357 hallada donde fue asesinado anteayer el agente), un secuestro o asaltos como el de un convoy de armas en Ispaster o el del cuartel de Verga.
Por lo tanto, las fuentes apuntan como móvil de la operación a la debilidad, a las dificultades de ETA para seguir operando como hasta ahora por la presión policial en el país vecino. Eso explicaría, insisten, un robo tan al norte, cerca de París, y también que ahora la banda mantenga reuniones operativas en Normandía u oculte zulos cerca de la frontera con Austria.
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