Berezovsky afirma que trama un golpe de Estado contra Putin
El multimillonario matiza que no defiende el uso de la violencia tras asegurar en una entrevista que financia a personas cercanas al presidente que conspiran contra él
El empresario ruso Boris Berezovsky, exiliado en Londres, ha admitido en una entrevista con el diario The Guardian que planea derrocar por la fuerza al presidente de Rusia, Vladímir Putin, tras entablar contactos con miembros de la cúpula de su país. "Necesitamos utilizar la fuerza para cambiar este régimen" porque de otro modo "es imposible", dice Berezovsky en unos comentarios que, según el rotativo británico, pueden complicar las relaciones entre el Reino Unido y Rusia. El Kremlin ya ha calificado de "delito" el complot que trama el magnate y ha pedido a Londres que nunca conceda régimen de asilo político a Berezovsky.
En la sorprendente entrevista, el multimillonario reconoce que está financiando a personas cercanas al presidente que conspiran para montar un golpe. "Es imposible cambiar este régimen a través de medios democráticos. No puede haber cambio sin fuerza, presión", añade el empresario, cuya fortuna se estima en 1.266 millones de euros. Preguntado sobre si estaba fomentando una revolución, el hombre de negocios responde: "Usted está absolutamente en lo correcto". Berezovsky, que disfrutaba de una gran influencia política en Rusia antes de verse forzado al exilio, agrega que no podía facilitar los detalles para fundamentar sus afirmaciones porque la información es muy delicada.
El Kremlin ha calificado de "delito" los comentarios del empresario de criminales y cree que podrían perjudicar su condición de refugiado en el Reino Unido. "De acuerdo con nuestra legislación (las afirmaciones) son tratadas como delito", dice al periódico el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, que añade que quiere pensar que las autoridades británicas "nunca otorgarán asilo a alguien que quiere utilizar la fuerza para cambiar el régimen en Rusia". Por su parte, el fiscal general, Yuri Chaika, considera que sus palabras constituyen una"llamada para hacerse con el poder violentamente", según la agencia de noticias rusa RIA-Novosti. Este hecho aumenta las demandas de extradición que desde hace años hace Moscú.
El multimillonario ruso ha hecho público un comunicado este mediodía en el que asegura: "Apoyo el uso de métodos alternativos para forzar un cambio que lleve a la democracia. Sin embargo, quiero dejar bien claro que todos esos métodos tienen que ser incruentos; quizá las revueltas populares de Georgia y Ucrania sean buenos ejemplos". "Respaldo la acción directa. No defiendo la violencia", ha dicho.
Cómo destruir la imagen de Putin
Ésta no es la primera vez que el empresario pone en apuros al Reino Unido por unas declaraciones similares. El año pasado ya dijo a una radio de Moscú que quería echar a Putin por la fuerza, el entonces titular británico de Exteriores, Jack Straw, afirmó en el Parlamento que apoyar la violencia para derrocar a un Estado soberano era inaceptable y advirtió al empresario de que podía perder su estatus de refugiado en Londres. En The Guardian, admite que está en estrecho contacto con miembros de la elite política de Rusia, quienes -añade- comparten sus puntos de vista de que Putin está perjudicando a Rusia al centralizar el poder. "No hay cambio de régimen a través de elecciones democráticas", subraya.
Si bien se niega a identificar a sus contactos, señala que está ofreciendo "experiencia e ideología" a miembros de la elite política del país y también cómo entiende "que se podría hacer". "Hay también pasos prácticos que estoy haciendo ahora, principalmente financieros", declara. Berezovsky también afirma que no le preocupa cualquier amenaza para que se le retire su estatus de refugiado tras el caso del ex espía ruso Alexander Litvinenko, asesinado en Londres el año pasado con una dosis de la sustancia radiactiva polonio 210.
"Hoy la realidad es distinta por el caso Litvinenko", puntualiza. También revela que ha dedicado los últimos seis años a tratar de "destruir la imagen positiva" que mucha gente en Occidente tiene de Putin, a quien califica de "persona antidemocrática". Berezovsky, de 61 años y matemático, hizo su fortuna con la compra de activos del Estado cuando el Gobierno ruso entró en el proceso de privatización, pero huyó de Rusia en 2000, tras las elecciones presidenciales.
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