El 15-M vuelve a Sol a siete días del 20-N
Una marcha de indignados exige un cambio de modelo económico y social
"Ay pena, penita, pena, pena. Qué pena tenemos todos. Nos venden a las empresas...". Un grupo de plañideras con narices rojas cantaba esta adaptación de la copla al cadáver de Rubaljoy. Lo llevaban en un féretro al inicio de la marcha de indignados que recorrió ayer el centro de Madrid. Detrás, la pancarta con el lema Cambio de modelo ¡ya! Aunque el tiempo, al borde de la lluvia, no acompañaba, los manifestantes, unos 12.000 según los organizadores y casi mil según la policía, denunciaron el "secuestro" de la democracia por parte de los mercados y exigieron un nuevo modelo económico y político que defienda los servicios públicos y la participación ciudadana y que luche contra la corrupción. La protesta, según los portavoces del Movimiento, tiene un significado especial, ya que se celebraba a siete días de las elecciones, aunque rechazan que su objetivo sea orientar el voto. "Hablamos mucho de ello pero no hay ningún consenso ni directriz, informamos de las consecuencias del voto en blanco, el nulo y la abstención y que cada uno actúe", explica Jaime del Val, portavoz del grupo transversal que organizaba la marcha.
Aunque la mayoría de los lemas eran en defensa de la educación y la sanidad públicas y contra los mercados y los especuladores, también se podían ver alusiones al 20-N, como la de Óscar e Isabel, que llevaban un carrito de la compra para recoger la propaganda electoral y devolverla a los políticos. Lo consideran un "derroche innecesario". Varios furgones policiales, apostados a lo largo del recorrido -de Atocha a la Puerta Sol por el paseo del Prado-, junto a numerosos agentes, vigilaban la marcha. A su llegada a Sol, los indignados celebraron un foro que duró cuatro horas, en el que se leyó el manifiesto de la marcha con 12 propuestas. Tomaron la palabra distintas comisiones y dieron cuenta de las propuestas recogidas en las urnas indignadas que colocaron el día anterior por la capital. Como es su costumbre, no habían pedido permiso a la Delegación del Gobierno para manifestarse, aunque la Junta Electoral Central avaló el viernes pasado el uso de la Puerta del Sol para manifestaciones.
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