"Estar en Bolsa acelerará nuestra expansión"
Cuando Ricardo Currás (Alemania, 1962) ingresó en el Grupo DIA corría el año 1986 y el área financiera intentaba familiarizarse con un nuevo vecino: el primer ordenador personal que tenía la compañía. Con el paso de los años, esa pyme se ha convertido en un gigante de la distribución de alimentación de bajo coste, con una facturación de casi 10.000 millones de euros, 6.373 tiendas, más de 45.000 empleados y presencia en siete países. El próximo paso en esta expansión es la salida a Bolsa, prevista para el próximo 5 de julio, y que servirá para que DIA se escinda de su matriz, el gigante francés Carrefour.
Pregunta. En la presentación a analistas han destacado el gran potencial de DIA. Si esto es así, ¿por qué Carrefour regala la empresa a sus accionistas?
"Carrefour no nos regala, ofrece a sus accionistas nuestro potencial"
"Por tamaño y capital flotante, debemos aspirar a estar en el Ibex 35"
Respuesta. Hombre, regalar no se regala. Carrefour da a sus accionistas la oportunidad de aprovechar el previsible crecimiento que DIA tendrá en los próximos años. Carrefour ha optado por la convergencia de enseñas y ha entendido que no puede tener todos los formatos bajo el mismo paraguas. Era lógico que se produjera esa separación.
P. ¿Siempre ha sido la primera opción sacar DIA a Bolsa o se contempló previamente la venta a un tercero?
R. Nosotros llevamos trabajando en la salida a Bolsa desde el pasado verano. Durante este tiempo no hemos tenido ninguna parada en el camino. La operación fue presentada al consejo de Carrefour y este tomó la decisión de proponer la escisión a la junta general el próximo 21 de junio.
P. Pero los propios directivos de Carrefour han admitido contactos con potenciales compradores...
R. No sé lo que han dicho los directivos y también desconozco si hubo contactos con alguien. Lo que sí puedo asegurar es que nosotros solo hemos trabajado en una única dirección, que es la de sacar la empresa a Bolsa.
P. ¿Cuál cree que sería la valoración adecuada para DIA?
R. En este aspecto soy muy prudente, prefiero no pronunciarme. Estamos trabajando con los bancos para poder establecer una valoración razonable de la compañía a partir de los números que tenemos. Todavía falta un mes para tener unas cifras más definitivas.
P. Cuando DIA salte al parqué tendrá un capital flotante del 80%. ¿Teme que muchos accionistas vendan sus títulos durante las primeras sesiones?
R. Cuando hay una operación de este tipo, que no es una oferta pública de venta, sino una escisión, siempre existe este riesgo. Lo tenemos en cuenta y estamos trabajando junto con los bancos para minimizarlo. Carrefour tiene un accionista de referencia, Blue Capital, que es la suma del fondo Colony y del Grupo Arnault. Blue Capital también será accionista de referencia de DIA y se ha comprometido a no vender su paquete durante el primer año, lo que quiere decir que confía en el proyecto. Además, los dos consejeros dominicales del grupo serán representantes de Blue Capital.
P. Entre las medidas que estudian para minimizar el impacto de una posible avalancha de órdenes de venta, ¿se incluye formar un núcleo duro con socios industriales o financieros?
R. No. De lo que se trata es de convencer a los accionistas de Carrefour y a posibles nuevos inversores de que DIA es un valor atractivo que les va a proporcionar buenos retornos. Eso significa que vamos a hacer road-shows, que nos reuniremos con analistas...
P. ¿Sería más fácil convencer a los inversores del potencial de DIA si la matriz no hubiera cobrado en el último año 800 millones en dividendos?
R. Comprendo que la operación resulte llamativa, pero es habitual cuando se produce una escisión. DIA es una filial 100% de Carrefour y esta es la que tiene hoy la deuda. En el momento que se produzca la separación, la matriz tiene que pasarle la parte proporcional de la deuda. La entrega del dividendo es justamente esa operación.
P. ¿Qué pros y contras tiene emanciparse de Carrefour?
R. Aunque pertenecemos a un grupo, siempre hemos funcionado de forma autónoma, siempre hemos sido una empresa dentro de otra empresa. Tenemos marca propia, infraestructura logística y comercial, oficinas centrales en Madrid y no en París, un equipo gestor diferente... El único punto en común con Carrefour es que aprovechamos algunas sinergias de compra. Este acuerdo lo hemos aislado de la salida a Bolsa y lo mantendremos en el futuro. En cuanto a las ventajas de independizarnos, creo que la principal es que este movimiento se produce en un momento donde estamos preparados para dar un salto adelante en nuestra expansión, sobre todo en los mercados emergentes. Hablar directamente con el mercado hará que sea más fácil contar con los recursos necesarios para acelerar esa expansión.
P. Antes de la escisión, DIA obtenía casi toda su financiación de Carrefour. Ahora ya no tendrán ese apoyo. De hecho, han tenido que firmar un crédito sindicado de 1.000 millones. ¿Creen que para la empresa será un hándicap tener que convencer a partir de ahora a bancos e inversores?
R. No lo creo. El crédito del que usted habla se ha firmado con unas buenas condiciones. Nuestro nivel de deuda está en línea con el que tienen otros distribuidores cotizados. Nuestro plan estima que con la creación de caja futura podremos reducir nuestro apalancamiento.
P. El crecimiento futuro de la compañía pasa sobre todo por los mercados emergentes. Sin embargo, hoy por hoy es la división española la única capaz de generar el flujo de caja necesario para financiar esa expansión. ¿Hasta qué punto confían en el potencial de la economía española para apuntalar ese crecimiento?
R. Siempre prefiero ser más optimista que pesimista. Dicho esto, no podemos ocultar que España no está pasando su mejor momento. La tasa de paro hace que el consumo siga débil. Creo que poco a poco la economía se recuperará en la medida que el desempleo toque fondo. Nuestra previsión es que en los próximos años exista en el mercado doméstico algún crecimiento, lo que unido a las medidas que estamos tomando a nivel interno permitan que nuestra evolución en España sea positiva.
P. Aparte del débil crecimiento, otro reto en España es la mayor competencia. ¿Hasta qué punto les está haciendo daño el boom de Mercadona?
R. En nuestro negocio, la competencia ha existido, existe y existirá. Es cierto que los actores que logran sobrevivir son cada vez mejores. En cualquier caso, confío mucho en nuestras propias fuerzas. Somos la cadena de distribución más próxima al cliente y nuestra marca es la que los consumidores reconocen como la que ofrece los mejores precios.
P. Buena parte de la apertura de nuevas tiendas se hará con franquicias. ¿Por qué apuestan por este modelo?
R. La franquicia no es nada nuevo para nosotros, venimos desarrollándola desde 1989. Es un modelo que nos permite gestionar mejor nuestras inversiones. Al combinar tiendas propias con franquicias es más fácil acelerar la velocidad de expansión: puedes ir al doble de velocidad con los mismos recursos.
P. La empresa cerró 2010 con 231 millones en litigios y arbitrajes, la mayoría fiscales. ¿No son demasiados?
R. Al contrario, tenemos un nivel de litigiosidad muy bajo. En cualquier caso, tenemos provisionados 179 millones.
P. Tras la salida a Bolsa, DIA tendrá una presidenta no ejecutiva en la figura de Ana María Llopis. ¿Qué puede aportar?
R. Siete de los 10 miembros del consejo serán independientes. Todos ellos, incluida Ana María Llopis, son personas con experiencia y prestigio en el negocio de la distribución y el mercado del gran consumo que nos ayudarán a lograr nuestros objetivos.
P. ¿Aspiran a que DIA se integre pronto en el Ibex 35?
R. Por tamaño y capital flotante, debería ser así.
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