La hora del "portuñol"
El Instituto Cervantes amplía en Brasil el programa de enseñanza del español
En la fachada del Instituto Cervantes de Brasilia cuelgan carteles con algunas de sus palabras favoritas: hola, abrazo, fiesta, chévere, chocolate. Unos once millones de brasileños estudian español, pero el Gobierno quiere extender su aprendizaje a un universo potencial de 50 millones. Para dar un impulso al idioma -que se enseña por ley en todas las escuelas de secundaria-, el Cervantes ha firmado este martes un protocolo de colaboración con el Ministerio de Educación de Brasil que permitirá apoyar la implantación del español en el sistema educativo. A la firma ha asistido la vicepresidenta primera, Maria Teresa Fernández de la Vega, quien ha estimado el valor económico del español en más de 15.000 millones de euros, una cifra que supone alrededor del 15% del Producto Interior Bruto.
El español, la cuarta lengua con mayor peso demográfico del mundo, lo hablan más de 450 millones de personas, de las cuales, nueve cada diez están en el continente americano. Pero todavía queda margen de expansión. Y Brasil es uno de los focos de crecimiento. Fernández de la Vega apuesta por un mundo con acento portugués y con acento español, un idioma mestizo conocido popularmente como portuñol.
Durante su intervención, ha recordado que "Brasil es un país pujante, un país en alza, que alcanzará los 230 millones de habitantes en 2015". Por eso, este acuerdo es, para Fernández de la Vega, "una manera de achicar el océano". Tras constatar que el español y el portugués unen a más de 600 millones de personas, ha dicho que son "dos idiomas que durante siglos han enriquecido a los cinco continentes, hasta convertirse en patrimonio global". "Dos idiomas que son cultura, son inteligencia, son principios y son economía. Pocos lazos unen tanto a los pueblos como la lengua y la cultura". A esta tarea contribuye la mayor red de Institutos Cervantes desplegada en el mundo. La próxima semana comenzará a impartirse un programa piloto de español en cuatro ciudades brasileñas: Brasilia, Río de Janeiro, Recife y Porto Alegre, Participarán 30 profesores brasileños, que utilizarán el Aula Virtual de Español (AVE) a través del programa Hola amigos.
Desde 2005, la enseñanza del español se está implantando en todo el sistema de enseñanza secundaria (de 14 a 17 años). El Gobierno del presidente, Luiz Inácio 'Lula' da Silva, ha decidido ahora extender esta iniciativa a la enseñanza primaria a través de tecnologías online. Esta medida permitirá a los más de 50 millones de estudiantes y a los miles de profesores que ya imparten español contar con más medios, recursos y posibilidades. El acuerdo ha sido firmado por el ministro de Educación de Brasil, Fernando Haddad, y la directora del Instituto Cervantes, Carmen Caffarel, quien ha subrayado que el español es ya la segunda lengua de comunicación internacional y "una potencia en Brasil, rodeado geográficamente por países hispanohablantes".
El Cervantes, que cuenta con nueve sedes en el país iberoamericano, pondrá sus materiales y recursos académicos a disposición de la enseñanza del español. "Este acuerdo beneficia a ambas partes, pero sobre todo a la lengua española", ha apuntado Caffarel. "Es un gran paso adelante en el proceso para fomentar el conocimiento y la presencia del español en Brasil". Para Haddad, representa un desafío para el sistema educativo brasileño, aunque ha destacado que las tecnologías online facilitan la manera de enseñar la lengua.
Tras la firma del acuerdo, la vicepresidenta ha celebrado un encuentro con estudiantes de español, que se han interesado por sus aficiones futbolísticas y preferencias musicales. Fernández de la Vega se ha declarado forofa de la selección española, en especial de Torres y Casillas, y ha alzado la voz a favor del flamenco.
Cambio climático
Fernández de la Vega ha aprovechado su estancia en Brasilia para abordar los efectos del cambio climático y preparar los cimientos para la cumbre de Copenhague. Tras afirmar que la amenaza que para el planeta supone el cambio climático es una realidad científicamente contrastada, ha arremetido contra quienes se empeñan en negarla o ridiculizarla. "La depredación del capital económico tienen la misma base que la depredación de nuestro capital ecológico. Una base construida sobre el individualismo extremo, el egoísmo y la irresponsabilidad, elevadas a la categoría de virtudes sociales y económicas". De la Vega ha atribuido a la "ortodoxia del fundamentalismo neoliberal" esa concepción depredadora del mundo, construida sobre "una mirada insaciable a la que el planeta le parece insignificante, una simple moneda que unos pocos intercambian sin otra consideración que un beneficio mal entendido".
La vicepresidenta ha apostado por un modelo de "justicia climática" y ha sostenido que la cumbre de Copenhague debe ser la cuna de un acuerdo global basado en el reparto equitativo y responsable de las cargas y responsabilidades, y en la consolidación del principio de que quien contamina, paga. De Copenhague, que será la continuación de Kioto, debe salir "un nuevo contrato global" para el planeta en el que los países más avanzados sean los primeros en dar ejemplo y en "reducir drásticamente sus emisiones y apostar por las energías limpias".
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