Intoxicados 1.253 bebés en China por consumir leche adulterada
Dos de los menores han muerto y 53 se encuentran en estado muy grave
Un total de 1.253 bebés presentan cálculos renales debido a la ingesta de leche en polvo adulterada con melamina en China, según el Ministerio de Sanidad del país. Dos de los menores han muerto y 53 se encuentran en estado crítico.
La mayoría de las intoxicaciones se han producido en las provincias de Hebei (norte), Jiangsu (este) y Gansu (noroeste); en esta última han muerto los dos bebés. Un total de 340 están hospitalizados y el resto, que padece síntomas leves, están siendo tratados fuera de los hospitales. Según los médicos, los niños no tendrán secuelas en sus funciones renales si reciben tratamiento a tiempo.
La policía afirma haber detenido ya a los dos principales responsables del caso, los hermanos Geng, que poseen una central lechera desde mayo de 2004 en la provincia septentrional de Hebei, donde tiene su sede la productora láctea Sanlu, cuya leche han tomado los niños afectados.
En este escándalo, que vuelve a suscitar la preocupación en los consumidores chinos tras unos meses sin alertas sanitarias por productos adulterados, han sido detenidas hasta el momento 21 personas relacionadas con Sanlu.
El mayor de los hermanos Geng, de 48 años, comenzó a adulterar la leche a finales del pasado año, cuando la marca Sanlu rechazó en varias ocasiones sus entregas porque no cumplían los estándares necesarios. Al ser ingerida, la melamina causó graves problemas en el tracto urinario de los bebés y la formación de piedras en el riñón, algo muy extraño en niños de tan corta edad.
Posible respuesta tardía por los Juegos Olímpicos
El escándalo se produce después de que en 2007 Pekín prometiera extremar los controles de seguridad en la producción nacional, a raíz de la oleada de casos de alimentos y medicinas contaminados tanto en el mercado nacional como en exportaciones al extranjero. En 2004, otro caso de leche adulterada causó la muerte de 13 niños y afectó a otros 171, un escándalo en el que entonces se vieron involucradas 40 pequeñas compañías lácteas.
En el actual caso, la marca ha retirado 8.210 toneladas de su leche en polvo para bebés (toda la producida antes del 6 de agosto), mientras el Gobierno chino ha declarado el máximo nivel de emergencia alimentaria. Además, Pekín está en contacto directo con la diplomacia neozelandesa, ya que un 43% de Sanlu es propiedad de una empresa de Nueva Zelanda, Fonterra Cooperative Group, que ayer señaló que supieron de los primeros casos el 2 de agosto.
La gravedad de los hechos ha llevado a la primera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, a pronunciarse y asegurar que las autoridades locales cubrieron el escándalo y sólo actuaron enérgicamente contra Sanlu -una prestigiosa marca en el sector lácteo chino- después de que su Gobierno contactara con Pekín.
Medios críticos con el Ejecutivo como el diario China Digital Times sugieren que la tardanza de Pekín en actuar, de seis semanas desde que apareció el primer caso, tenía por objetivo ocultar el escándalo para evitar una mala publicidad durante de los Juegos Olímpicos.
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