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La coalición prooccidental gana las legislativas en Líbano

"Es un gran día para la historia del Líbano democrático", proclama Saad Hariri, líder de la victoriosa Alianza 14 de marzo

El líder del proyecto prooccidental libanés, Saad Hariri, ha proclamado la victoria de la coalición que dirige, la Alianza 14 de Marzo, en los comicios legislativos celebrados ayer en el país, donde competía con el proyecto prosirio liderado por Hezbolá. "Es un gran día para la historia del Líbano democrático", ha afirmado Hariri ante sus partidarios, a quienes felicitó por haber ayudado a "obtener la libertad y la democracia" para el país.

El ministro de Interior, Ziad Baroud, ha informado hoy de que el bloque pro-occidental de Saad Hariri ha conseguido 71 de los 128 escaños del Parlamento, frente a los 57 del bloque formado por Hezbolá y sus aliados cristianos, informa la agencia Reuters.

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Los libaneses se volcaron ayer en las urnas para despejar una incógnita crucial para al porvenir inmediato del país. En masa y vigilados por decenas de miles de soldados, los votantes, conscientes de que los comicios eran los más importantes en décadas, inundaron los colegios. Ciegos, mutilados y heridos en camilla fueron acompañados a votar. La participación -el 45% en 2005- se elevó hasta el 54% de los 3,2 millones de electores en un país en el que buena parte de sus nacionales emigraron.

Líbano, hogar de 18 confesiones religiosas, optaba entre dos proyectos antagónicos: reforzar los vínculos con Occidente o tejer lazos más sólidos con Siria e Irán. La coalición del 14 de Marzo, que agrupa a suníes, drusos y parte de la dividida comunidad cristiana, respaldada por Estados Unidos, se ha alzado con el triunfo.

Simpatizantes de todos los partidos hicieron guardia a las puertas de los colegios para repartir papeletas e impedir argucias fraudulentas de sus contrincantes, aunque los expertos aseguran que la compra de votos ha sido norma, especialmente en los distritos con presencia cristiana, donde se disputaban los escaños decisivos.

Hezbolá acepta los resultados

"Aceptamos los resultados anunciados por el ministro de Interior (Ziad Barud) con un espíritu deportivo ydemocrático", dijo Hasán Nasralá, líder de Hezbolá en un discurso transmitido por las televisiones libanesas.

A pesar de su aceptación de los resultados y felicitar a sus oponentes, Nasralá denunció irregularidades durante los comicios como "el pago de enormes cantidades de dinero" por parte de los contendientes para influir en los votantes y las injerencias extranjeras "anunciadas y claras". Además, se quejó de "las acusaciones y mentiras", presentes en la

campaña electoral, "destinadas a dar miedo a la opinión pública", y de las instigaciones sectarias, e incluso racistas.

También denunció que durante la campaña ha habido dos mentiras, "la primera que la abstención no permitiría la celebración de las elecciones" y la segunda, que se cuestionara que los comicios se celebraran con la presencia de las armas de la Resistencia, brazo armado de Hizbulá.

Todo apunta a que la situación política se mantendrá inamovible. Los movimientos chiíes Hezbolá y Amal y el Frente Patriótico Libre del ex general maronita Michel Aoun (Coalición del 8 de Marzo) forzaron con una sentada de meses a las puertas de la sede del Gobierno y con la toma de Beirut por sus milicias en mayo de 2008 su inclusión en el Ejecutivo y lograron el derecho de veto en el Gabinete.

Inestabilidad

No obstante, la estabilidad nunca está garantizada. Entre otros motivos porque Hezbolá, que abandera la resistencia contra Israel, ha prometido continuar su rearme. Y porque, según comenta un irónico observador, "Líbano se mueve a golpe de misiva procedente del extranjero". Se envían desde Washington y París; desde Siria e Irán. Ninguno de los dos bloques esconde sus lealtades. Cuatro años después de que las potencias occidentales forzaran a Siria a retirar sus tropas, Damasco no renuncia a ejercer su influencia, y el respaldo de Irán a Hezbolá es bien conocido: gran parte de la reconstrucción de los suburbios chiíes de Beirut, devastados por Israel en 2006, se ha llevado a cabo con fondos persas y buena parte de sus armas proceden de Teherán.

El futuro Ejecutivo tendrá que lidiar con un país ingobernable, un Parlamento que apenas es convocado, y en el que los problemas -corrupción, deuda pública, asesinatos políticos sin resolver, y la construcción por Hezbolá de un Estado paralelo, incluida su milicia- se acumulan sin resolverse, al tiempo que brotan otros nuevos. Lo que sin duda propician los resultados es la continuidad de la ayuda financiera estadounidense y saudí.

"Si la coalición del 14 de Marzo excluye a Hezbolá y sus aliados del Gobierno, solo inflamará la tensión. No es realista", advertía la víspera de los comicios Elias Hanna, profesor de Ciencias Políticas. Queda por ver si los partidos que rechazan la influencia siria en Líbano mantienen el actual pacto político, que otorga a la oposición un tercio de los asientos en el Gabinete y derecho de veto.

Una fuente próxima a la alianza vencedora apuntaba anoche las consecuencias del veredicto electoral: "Occidente va a estar más tranquilo e Irán pierde una baza negociadora con Estados Unidos". Y en el frente interno tampoco augura grandes cambios. "De alguna forma o de otra, se acordará que Hezbolá y sus socios mantengan su poder de veto". Precisamente lo que exigía anoche el partido-milicia chií. La coyuntura internacional -el presidente Barack Obama plantea políticas más conciliatorias en Oriente Próximo que su predecesor- tampoco alienta el caos. Los analistas apuestan por un Gobierno de unidad.

Saad Hariri (a la izquierda) saluda a sus compañeros de partido tras conocer la victoria de su coalición en los comicios legislativos.
Saad Hariri (a la izquierda) saluda a sus compañeros de partido tras conocer la victoria de su coalición en los comicios legislativos.AP
Los seguidores de la coalición pro occidental del Líbano celebran su victoria en las urnas.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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