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La policía tailandesa ordena abandonar el aeropuerto a los manifestantes atrincherados en Bangkok

El pimer ministro asegura que los agentes emplearán métodos "gentiles".- Unos 300 antidisturbios se concentran frente al aeropuerto internacional de la capital.- Las protestas buscan provocar la dimisión del Gobierno

La policía tailandesa ha ordenado a los manifestantes atrincherados en el aeropuerto nacional de Dong Muang, en Bangkok, que lo abandonen, después de varias horas de negociaciones infructuosas. Unos 300 agentes antidisturbios se han reunido en un parque cercano al otro aeródrimo de la capital, el aeropuerto internacional de Suvarnabhumi, equipados con porras y escudos. Unos 100 policías han establecido un perímetro de seguridad a 100 metros de la terminal principal.

El primer ministro ha asegurado en un discurso televisado que los funcionarios actuarán con moderación. "No se preocupen, los agentes emplearán medidas gentiles para tratar con ellos", ha señalado Somchai Wongsawat. El jefe de Gobierno ha invitado a las organizaciones de Derechos Humanos a asistir y filmar los desalojos.

Unos 10.000 militantes de la Alianza Popular por la Democracia (APD) se lanzaron a las calles el pasado lunes para dar un "golpe final" al Gobierno del Partido del Poder del Pueblo (PPP), al que acusan de corrupción y fraude. A lo largo de la semana, han ocupado los dos aeropuertos de la capital y se niegan a dejarlo a menos que dimita el Gobierno. El Jefe del Estado Mayor del Ejercito ha declarado su negativa a intervenir y ha pedido la dimisión del Gobierno, aclarando, eso sí, que "no se trata de una asonada".

Estado de excepción

El Gobierno de Tailandia recurrió ayer al estado de excepción para tratar de retomar el control de los dos principales aeropuertos de Bangkok, Don Muang y Suvarnabhumi, de los miles de manifestantes que ocupan las instalaciones. La decisión fue adoptada durante una reunión de urgencia del Gabinete celebrada en la ciudad de Chiang Mai, a unos 600 kilómetros al norte de Bangkok, en medio de intensos rumores de un golpe de Estado.

El Ejecutivo había acordado ayer que sea la policía la responsable de desalojar a los miles de manifestantes que controlan los aeródromos, ante la reiterada negativa a utilizar la fuerza del Ejército. Poco después del despligue policial en el aeropuerto de Don Muang, el jefe de la Policía Nacional tailandesa ha sido cesado en un comunicado del Gobierno que no ofrecía explicaciones. Ha nombrado en su lugar al inspector de policía Prateep Tanprasert, según informa la prensa local.

Por otra parte, uno de los líderes de los manifestantes antigubernamentales que han tomado los aeropuertos de Bangkok, en Tailandia, para exigir la dimisión del Gobierno, ha amenazado hoy con extender la revuelta a todo el país si la policía les dispersa por la fuerza. Chamlong Srimuang, fundador del APD, grupo que lidera las protestas, ha advertido de que si se producen arrestos, el pueblo tailandés se levantará contra el Ejecutivo y "nadie podrá controlar a las masas enfurecidas".

Mientras tanto, el primer ministro, Somchai Wongsawat, que sigue la situación desde la ciudad septentrional de Chiang Mei, a unos 600 kilómetros al noroeste de Bangkok, al no poder aterrizar en Bangkok por las protestas a su regreso de la cumbre Asia-Pacífico, ha anunciado que permanecerá en ella indefinidamente. "El primer ministro no tiene planes de regresar a Bangkok a corto plazo debido a que existe cierta incertidumbre acerca de los movimientos de los militares", ha explicado en rueda de prensa el viceportavoz del Gobierno Suparat Nakboonnan.

Derribar al PPP

A lo largo de estos días, se han sucedido numerosos incidentes menores que han dejado en torno a una veintena de heridos. Desde tiroteos a granadas por las calles arrojadas contra los manifestantes o su campamento permanente en la sede oficial del Gobierno, que tomaron en septiembre pasado. El último, ocurrió anoche, cuando unos disparos hirieron a una persona y detuvieron 10 minutos las emisiones del canal ASTV.

La Alianza, respaldada por la elite conservadora y sectores del Ejército, ha prometido continuar sus protestas mientras quede un sólo miembro del Partido del Poder del Pueblo (PPP) en el Gobierno. La plataforma opositora considera al PPP (que ganó las elecciones legislativas de 2007) la reencarnación de la formación con la que el depuesto primer ministro Thaksin Shinawatra gobernó de 2001 a 2006.

La Alianza nació para derribar a Shinawatra y desapareció cuando los militares le quitaron el poder en 2006, pero regresó tras la vitoria electoral del PPP y acampa en los jardines de la sede del Gobierno de Tailandia desde el pasado 26 de agosto.

Barrera antigubernamental cerrando el paso en el aeropuerto de Dong Muang
Barrera antigubernamental cerrando el paso en el aeropuerto de Dong MuangAFP
Es el momento en el que el presentador de un canal de televisión antigubernamental huye en directo de los disparos de unos asaltantes partidarios del actual Ejecutivo tailandés. El país se encuentra al borde del golpe de Estado cuando aún permanecen atrapados miles de turistas, entre ellos más de 200 españoles.Vídeo: AGENCIA ATLAS

Un veredicto del Constitucional será decisivo

El Tribunal Constitucional tailandés cerrará el próximo día de 2 de diciembre un caso que puede culminar en la caída del asediado gobierno del primer ministro Somchai Wongsawat. Se espera que el veredicto final sea emitido apenas unos días después.

El pasado mes de septiembre, la Comisión Electoral halló culpable de compra de votos al Partido del Poder del Pueblo (PPP)ctual jefe de Gobierno durante las elecciones generales de diciembre de 2007. La Fiscalía se hizo cargo y el tribunal ha actuado con una celeridad inusitada para los estándares tailandeses: hace tan sólo un mes que el tribunal admitió el procedimiento puesto en marcha por la Fiscalía.

"El Tribunal ha estudiado las pruebas recogidas por la instrucción y entiende que dispone de suficiente evidencia para emitir un veredicto, sin necesidad de escuchar a los testigos", ha declarado uno de los nueve jueces en la sala.

En caso de culpabilidad, posibilidad que la dirección del PPP considera más que plausible, el partido podría ser disuelto y sus líderes inhabilitados. La constitución instaurada después del golpe militar de 2006 estipula que un partido puede ser disuelto y sus dirigentes inhabilitados en caso de que uno sólo de sus miembros sea hallado culpable de corrupción.

El PPP está preparado para esto y ha creado ya una neuva estructura política que podría acoger a sus diputados en este caso.

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