El viceministro de Escocia presenta su dimisión por desacuerdos con Brown
El líder laborista afronta el congreso nacional del sábado con un sector del partido en su contra
David Cairns, el viceministro de la cartera para Escocia, ha presentado su dimisión este martes por su disconformidad con el liderazgo del primer ministro británico Gordon Brown. El Gobierno británico ha confirmado este martes la renuncia de Cairns, a tan sólo cuatro días del congreso en el que el Partido Laborista decidirá su futuro. Además, otros tres altos cargos, cuyos nombres no han trascendido pero entre los que figurarían secretarios de Estado e incluso algún ministro, podrían dimitir antes de la reunión del sábado.
Pese a haber desmentido en un principio la dimisión de Cairns, Downing Street ha acabado por reconocer a la BBC la decisión del alto cargo, que se suma así a la docena de miembros del Partido Laborista que ya han pedido públicamente un cambio al frente de la formación. Un portavoz del número 10 confirmó que el propio primer ministro "ha aceptado a renuncia" de David Cairns, un antiguo sacerdote católico que accedió al Parlamento por primera vez y asumió el cargo en 2007. "El ejercicio del Gobierno demanda responsabilidad colectiva", aseveraron fuentes de la residencia oficial.
La presión aumenta Brown, que tras haber visto hasta el momento cómo los considerados rebeldes eran figuras de perfil político menor se enfrenta ahora en los prolegómenos del cónclave anual a una vigorización de la campaña en su contra.
Un nuevo candidato
Al término de su reunión de este martes, el Comité Ejecutivo Nacional ha rechazado por falta de apoyos la petición de doce diputados para poder presentar nuevas candidaturas al liderazgo del partido antes del congreso anual del Laborismo, que empieza el próximo día 20 en Manchester (al norte de Inglaterra). Para que ese proceso se inicie es necesario que sean setenta miembros los que lo soliciten.
La iniciativa partió de Siobhain Mcdonagh, responsable de la disciplina en las filas parlamentarias laboristas, y Joan Ryan, una de las vicepresidentas, de la formación. Ambas desafiaron el pasado fin de semana al primer ministro para que se enviara a todos los diputados los impresos necesarios para presentar candidaturas al liderazgo.
Esta petición ha contado con el apoyo de otros diputados laboritas, en su mayoría seguidores del ex jefe del Gobierno Tony Blair, pues consideran que con Brown el partido puede sufrir un desastre en las próximas elecciones generales, previstas para 2010, después de haberse mantenido en el poder desde 1997.
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