Phelps da un golpe de autoridad

Con rabia contenida tras perder este martes uno de sus récords ante Biedermann, Michael Phelps se ha impuesto en la final de los 200 metros mariposa y ha rebajado en más de medio segundo su propia plusmarca mundial de la distancia. El estadounidense, superando al resto de sus rivales, ha parado el crono en 1:51.51. Su anterior marca, conseguida en los Juegos Olímpicos de Pekín, era de 1.52.03. Tras el norteamericano se han clasificado el polaco Pawel Korzeniowski, medalla de plata, y el japonés Takeshi Matsuda, bronce.

En la modalidad de mariposa, donde todos los nadadores optan por competir con el torso descubierto para facilitar el movimiento de los brazos, Phelps ha demostrado su hegemonía en ausencia de bañadores mágicos de cuerpo completo. Éste es el primer oro que consigue el tiburón de Baltimore en categoría individual en los Mundiales de Roma.

Desde los Juegos Olímpicos de Pekín, en los que se colgó ocho medallas de oro, todas a las que optaba, Phelps se había acostumbrado a que nadie le tosiera en el interior de una piscina. El martes, en el Foro Itálico, el alemán Paul Biedermann no sólo le ganó en la final de los 200 metros libre sino que le arrebató su plusmarca mundial. Tras la "decepcionante" derrota, el estadounidense levantó la voz contra los bañadores de poliuretano que tan de moda se han puesto en estos Mundiales. Casi todo el mundo estaba de acuerdo en una cosa: a Phelps no le había ganado una persona, le había ganado un traje de baño.

Ha tenido la oportunidad de desquitarse y lo ha conseguido. Nada más tocar la pared de la piscina tras su última recta, el de Baltimore levantó la cabeza del agua para ver el tiempo que había hecho. 1:51.51. Capicúa y récord del mundo. Phelps, ligeramente agotado, pudo respirar tranquilo.

En las declaraciones una vez concluída la final, reconoció sentirse "feliz" por la hazaña que acababa de lograr. "Es algo que siempre quería hacer desde el año pasado. "Lo hice por mi madre, que quería venir a Roma (...) Yo le dije: vale, te mando allí y tienes unas buenas vacaciones mientras yo nado", explicó.

La última maravilla del 'bañador mágico'

El efecto de los bañadores bilaminados de poliuretano parece inagotable, a juzgar por las maravillas que está consiguiendo este tejido en el interior del Foro Itálico de Roma. El último récord cosechado con esta prenda, el más escalofriante de todos, lo ha conseguido Zhang Lin en la final de 800 metros estilos. De nacionalidad china, llegaba a los mundiales con un tiempo modesto, veinte segundos por debajo de la plusmarca mundial que ha logrado: 7:32.12, un registro que supera en más de seis segundos el anterior récord de la distancia.

A Zhang Lin le habría dado tiempo de tomarse un café rápido antes de que el tunecino Oussama Mellouli, medalla de plata, terminase la prueba. Es más: mientras la línea roja que vemos en la pantalla de televisión para indicar por dónde va el récord del mundo nadaba a mitad de piscina, el chino ya se regocijaba observando su tiempazo en el marcador electrónico. Por su parte, Bryan Cochrane, canadiense, ha conseguido la medalla de bronce.

Se trata de la última maravilla conseguida por un bañador que estará prohibido a partir de 2010. En este caso concreto hablamos de uno de la marca Jacked, negro completamente. Ajustado a la piel del chino, le confería una imagen equina, como si tuviera una segunda piel adherida a la suya propia.