Kanouté por accidente
El sevillista, suplente por unas molestias, fabricó el empate de la nada y dio otra asistencia
Durante el calentamiento previo al partido Kanouté decidió que aquella no iba a ser su noche. Aquejado de unas molestias físicas cedió su puesto en el once a Maresca y se recluyó en el banquillo. Pero el deporte siempre guarda un resquicio para el héroe inesperado y ayer lo fue el atacante malí, que acabó el partido sobre el césped tras dar los dos goles que valieron una remontada al Sevilla. Luego, en el descuento, redondeó Capel.
Con todo, fue demasiado castigo para el Depor, que emergió tras un comienzo extraño porque fuera por estrategia, respeto o necesidad, cambió su libreto, despreció el mediocampo y decidió buscar el juego en largo. Los minutos demostraron que no existía motivo para semejante apuesta porque el Sevilla tampoco se aplicaba en la presión. Fue un periodo inocuo en el que tipos como Verdú o Sergio pasaron desapercibidos y Lafita o Guardado se esforzaron en pescar pelotazos. No lo aprovechó el Sevilla, incapaz de tirar entre los tres palos, desdibujado.
Deportivo 1 - Sevilla 3
Deportivo de La Coruña: Aranzubia; Manuel Pablo, Lopo, Zé Castro, Filipe Luis (Riki; m.83); Sergio, Juan Rodríguez; Lafita, Verdú (Omar Bravo; m.66), Guardado (Valerón; m.79); y Bodipo.
Sevilla: Palop; Crespo (Kanouté; m.46), Prieto, Squillaci, Navarro; Navas, Romaric, Maresca, Adriano; Luis Fabiano (Capel; m.70) y Renato (Escudé; m.90).
Goles: 1-0; m.34, Bodipo. 1-1; m.51, Luis Fabiano. 1-2; m.78, Renato. 1-3; m.93, Capel.
Arbitro: Rubinos Pérez, del colegio madrileño. Expulsó al sevillista Maresca (m.40) con roja directa y a un miembro del banquillo del club andaluz (m.90). Además, mostró tarjeta amarilla a Navarro (m.19) y a Crespo (m.36), por parte del Sevilla; y a Lopo (m.90), por parte del Deportivo.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimoctava jornada del campeonato nacional de Liga, disputado en el estadio municipal de Riazor ante unos 20.000 espectadores.
El partido, que amenazaba con convertirse en un ladrillo, viró de rumbo mediada la primera parte. Bajó la pelota al piso el Deportivo, retomó sus señas de identidad, y el Sevilla empezó a perseguir sombras. Apareció Sergio, que con los años ha ganado en rigor táctico, y Verdú empezó a conectar con Lafita, Guardado y Bodipo. El partido tornó en una sola dirección porque el Sevilla tampoco tuvo entonces acierto para sacar la pelota desde atrás. Fallón en la entrega, reiterativo en cesiones comprometidas a su portero, el equipo de Manolo Jiménez mostró durante la primera parte la cara de un colectivo atacado por los nervios. Y visto lo visto el Deportivo, que vive como en un sueño yanda pleno de confianza, se animó, vio que el partido estaba a su alcance y metió una marcha más, comenzó a combinar, a buscar paredes, triangulaciones y apoyos en corto. De uno de ellos nació al filo de la media hora de partido el primer aviso de Bodipo, un remate en el primer palo tras una acción elaborada por Filipe y Guardado. La segunda opción que le llegó al delantero fue gol. Es lo que tiene estar en racha. Tantas veces denostado por Riazor, Bodipo escucha ahora como la grada corea su nombre. Y anda crecido, como el equipo. Por eso donde antes buscaba el pase ahora saca un chut y hasta un portero solvente como Palop pone los medios para que siga de dulce.
No hubo respuesta del Sevilla sobre el campohasta después del descanso. Para entonces el árbitro les había dejado en inferioridad numérica tras una rigurosa expulsión a Maresca. El inevitable Bodipo andaba por allí. Pero tTras el tanto, Jiménez, que se vio perdido, mandó a Kanouté a calentar. El técnico lo había guardado por si había alguna urgencia. Y estaba realmente apurado.
Kanouté fabricó el empate de la nada. Cayó hacia la derecha, burló a Filipe y encontró a Luis Fabiano entre los centrales. El brasileño definió como los buenos y en la única llegada del rival al área encontró castigo el Depor. Lotina, que tiene una cierta querencia a demorarse en los cambios, apenas tardó diez minutos en reaccionar. Retiró a Verdú, que había regresado a la incomodidad, y situó tras Bodipo a Omar Bravo, un nueve y medio, que ni tiene pase para ser mediapunta, ni cuerpo para fajarse con los centrales. Arriesgó el Deportivo y creció el Sevilla, apurado atrás, pero incisivo en las contras. Ocupó mejor los espacios con diez hombres y encontró el triunfo en una acción similar a la del primer gol. De nuevo Kanouté desde la banda. Marcó Renato y el Sevilla se echó atrás para guardar el botín alcanzado. Se lo pudieron quitar Sergio y Lopo, pero Palop redimió su error en el gol de Bodipo con dos increíbles paradas y Capel sentenció con el Deportivo exhausto.
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