"Nos dejan la comida en la puerta de casa"

La familia Gené Rodríguez, de Girona, permanece confinada en su domicilio desde que a uno de sus hijos, Eduard, de 21 años, le confirmaron el miércoles pasado que está contagiado con la gripe porcina después de un viaje de estudios a la Riviera Maya y México D.F. "Estamos en cuarentena, totalmente aislados y sin poder ir a ninguna parte", explicó ayer en declaraciones a este diario la madre de Eduard, Rosi Rodríguez. Lo ordenaron tajantemente los médicos del Hospital Josep Trueta siguiendo el protocolo previsto.

La mujer reconoce que ella también tiene "síntomas" de gripe, ha pasado por el hospital y es uno de los 14 pacientes sospechosos pendientes de confirmación en Cataluña. Como el resto, sus análisis han sido enviados al laboratorio del Centro Nacional de Microbiología de Majadahonda (Madrid). Si finalmente se ratifica, se trataría de un nuevo caso de contagio indirecto, por proximidad y contacto a través de su hijo. El padre, Manuel, y Marta, una hermana de Eduard, no han presentado síntomas y su aislamiento es preventivo. Toda la familia se está medicando con el antiviral Tamiflu. Eduard, además de Tamiflu, también está tomando antibióticos, pero su estado es bueno. "El martes se cumplen los 10 días de tratamiento y ya no tiene fiebre, está bien", asegura su madre por teléfono. De fondo, se oye la voz de Eduard, un poco tomada, mientras habla por el móvil. Ambos llevan la mascarilla puesta dentro de casa para evitar contagiar al resto de los familiares.

Los amigos les compran el pan y ellos dan las gracias desde la ventana

La familia se ha tomado con resignación el encierro, al que consideran una especie de "vacaciones forzosas". Si todo va bien, finalizará el próximo viernes. "Mi hija Marta, de 26 años, aprovecha este tiempo muerto para estudiar y nosotros siempre encontramos algo que hacer en casa. También estamos muy atentos a las noticias sobre la gripe, vemos la televisión, hacemos crucigramas o leemos", explica Rosi. Internet también es un recurso. Y es que al no poder salir de casa hacen la compra en supermercados con servicio online. "Nos dejan el pedido en la puerta y no hay ningún problema". Además, familiares y amigos les llaman por si necesitan algo y cada día les llevan el pan. "Lo dejan a la puerta y luego les damos las gracias desde la ventana", relata la madre.

El tratamiento no exige que hagan dieta ni les han prescrito alimentos especiales. "No nos han dicho nada sobre las comidas, pero estando con gripe apetece una dieta blanda, arroz hervido o caldoso, sopas y muchos líquidos. También es verdad que mi hijo y yo tenemos poco apetito, como cuando pasas una gripe normal".

La madre explica que los síntomas de la nueva gripe son muy parecidos a los de la convencional. "Dolor de cabeza, malestar, cansancio, dolor de huesos, escalofríos, fiebre, diarrea. Pero nada raro, incluso me atrevería a decir que hay inviernos con gripes más duras que ésta", asegura. Tampoco tiene miedo a que le confirmen que está infectada con el virus A. "Estamos tranquilos, quizás es una gripe que se contagia más que las demás, pero no pasa nada, estamos bien".

El caso de Eduard y su familia se está siguiendo con especial interés desde el Instituto de Educación Secundaria Santiago Sobrequés, de Girona, donde la madre trabaja como auxiliar administrativa. La noticia de que Eduard sufría gripe porcina generó cierta alarma en el centro, hasta el punto de que el viernes por la tarde algunos alumnos no fueron a clase y el director se vio obligado a hacer un llamamiento a la calma.

"Había alumnos preocupados y les dije que no hay nada que temer, que el tema está en manos del Departamento de Salud de la Generalitat y que si hay alguna instrucción seremos los primeros en seguirla, pero de momento no hay que hacer nada y no vamos a cerrar el instituto", confirmó ayer el director del centro, Pedro Cortés.