Drama bético
Los verdiblancos descienden y sus hinchas radicales causan disturbios, mientras Sporting, Valladolid, Getafe y Osasuna festejan su salvación
El fatalismo cayó a plomo ayer sobre el histórico Betis, que se unió al Recreativo y al Numancia camino de Segunda División. Los aficionados béticos lloraban mucho antes de que concluyera su partido ante el Valladolid, convencidos de que era un destino inevitable. Los más radicales protestaron violentamente y causaron disturbios en los alrededores del estadio. Era la rabia incontrolada tras lo inesperado: un club histórico de 102 años, con 40.000 socios, 46 millones de presupuesto y 35 invertidos en fichajes, volvía, ocho años después, al agujero de Segunda, devorado por la inestabilidad institucional -los amagos del dueño, Ruiz de Lopera, por vender el club- y los cambios en el banquillo -entró José María Nogués por el talismán Paco Chaparro en medio del río-. Y se va con dos jugadores, Oliveira y Sergio García, que ya bajaron el curso pasado con el Zaragoza.
Todo el contraste del fútbol se vivió en el Molinón, invadido por miles de eufóricos sportinguistas celebrando el milagro de continuar otro año en Primera. Abrazados al siempre emotivo entrenador, Manuel Preciado, que resumió en tres palabras lo que sentía: "Es la polla".
La hinchada del Getafe coreó el nombre de Míchel, el entrenador que se hizo cargo del equipo en los últimos cinco partidos para salvarlo. Un técnico que promete. "En la vida uno tiene que ser feliz donde está", filosofó Camacho, que también seguirá en el banquillo de Osasuna.
El Betis, al final, ha sido la gran decepción de una Liga en la que el Barça estuvo a años luz. Sus tres delanteros (Eto'o, Messi y Henry) sumaron más goles, 72, que los campeones de las Liga italiana, el Inter (70), inglesa, el Manchester United (68), y francesa, el Burdeos (64). Sólo el vencedor alemán, el Wolfsburgo, con 80, superó a los tres tenores azulgrana, secundados por un Barça que ha sido el más goleador (105) y el menos goleado (35). Y eso que se dejó llevar y se quedó a dos tantos del registro del Madrid de Toshack, de 1990. Sólo la meritoria segunda vuelta del Madrid de Juande -sumó ocho victorias consecutivas- le dio emoción al torneo.
Para la Champions, al solvente Sevilla -el segundo que menos goles encajó (39)-, se unió un cohete uruguayo llamado Forlán, Bota de Oro con 32 goles, que lanzó al Atlético al cuarto puesto. La UEFA se la reparten el Villarreal, el Valencia y, gracias a su final de Copa, el Athletic.
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