De vigilante de la playa a estafador
Madoff era el gestor favorito de los ricos de Nueva York y Florida
Bernard Madoff, de 70 años, podía ser un desconocido para el común de los inversores. Pero no lo era para la clase pudiente de Nueva York y Florida, entre la que se movía como pez en el agua gracias a su reputación profesional y a su encanto personal. El antiguo presidente de la Bolsa electrónica Nasdaq fue, además, uno de los pioneros en Wall Street en las operaciones de corretaje por vía electrónica.
Conocía y entendía perfectamente la estructura del mercado bursátil. Y con su visión e inteligencia, forjada en las calles del popular barrio neoyorquino de Brooklyn, logró atraer hacia el Nasdaq a grandes compañías como Apple, Sun Microsystems, Cisco Systems y Google. Vendía que era una persona transparente, justa, cuando en realidad construyó en secreto una trama financiera.
Madoff fundó la firma Bernard Madoff Investment Securities en 1960, antes de acabar sus estudios en leyes. Tenía 5.000 dólares en el bolsillo, que ahorró trabajando de vigilante de bañistas en las playas de Rockaway en Queens. Era un negocio familiar desde su origen, al que su hermano Peter se sumó una década después.
Sus hijos, Andrew y Mark, trabajaban también para la firma desde hacía dos décadas. En 1990, 1991 y 1993 sirvió como presidente del Consejo de Administración del Nasdaq. Estuvo además al frente de la Securities Industria Association durante los años 1990 y comienzos de esta década. La organización representa a las firmas de corretaje ante los reguladores del mercado de valores en EE UU.
Hasta el viernes, el nombre de Madoff aparecía en un lugar preferente de la Universidad Yeshiva, el centro educativo judío más veterano del país. Madoff dividía su tiempo entre Nueva York y Florida. Era fácil verlo en los círculos sociales más exclusivos de Palm Beach, como el club de golf Boca Ro, en Boca Ratón, y el Club de Campo, que utilizó como canal para atraer dinero hacia su firma. Madoff, que guarda un gran parecido con el actor Robert Loggia, hacía también de recaudador de fondos para obras benéficas de la comunidad judía, e hizo importantes contribuciones al Partido Demócrata estadounidense.
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