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Las grandes fortunas logran sacar dinero de las Sicav casi sin tributar

Las sociedades recurren a reducciones de capital para diferir la imposición

David Fernández

Reducir capital. Ésa es la fórmula mágica que han encontrado los grandes patrimonios para optimizar fiscalmente sus sociedades de inversión de capital variable (Sicav). Las Sicav tributan al 1% en el impuesto de sociedades, como hacen, por otra parte, los fondos de inversión de los pequeños ahorradores. En teoría, la tributación al tipo general de las rentas de capital (el 18% ahora y hasta el 21% en 2010) se produce al sacar el dinero vía dividendos o por la venta de la participación. Sin embargo, la reducción de capital con devolución de aportaciones está permitiendo a las grandes fortunas sacar parte del dinero de las Sicav sin apenas tributar.

"La reducción de capital es quizá la vía más eficaz para obtener liquidez sin tener consecuencias fiscales. Con esta operación lo que se consigue es diferir la tributación de las plusvalías, mientras que el dinero que se retira de la sociedad sufre un impacto impositivo mínimo", sostienen fuentes del mercado.

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Las Sicav son el instrumento de inversión favorito de los ricos por la flexibilidad que ofrece su gestión, así como por el tratamiento fiscal del que disfrutan. Tras mucho especularse con la posibilidad de que el Gobierno elevase los impuestos a estas sociedades, su tratamiento fiscal no ha sufrido ninguna modificación (salvo sorpresa en el trámite parlamentario de los presupuestos).

La reducción de capital obliga a tributar sólo por el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, modalidad operaciones societarias, a un tipo que oscila entre el 0,5% y el 1%, dependiendo de la comunidad autónoma en la que están inscritas. Si el accionista de una Sicav, en lugar de rescatar su dinero a través de una reducción de capital con devolución de aportaciones lo hiciera mediante la liquidación de la sociedad, el cobro de dividendos o la venta en el mercado de sus acciones tendría que afrontar una tributación por las plusvalías que esta operación acarrease del 18% actualmente y de hasta el 21% cuando entren en vigor los cambios fiscales sobre el ahorro anunciados.

"Hay una parte del beneficio que lo recuperan con la reducción de capital. Con el resto de las plusvalías, como se suele decir coloquialmente, Dios proveerá a qué tipo se gravan", explica el director de una gestora especializada en el asesoramiento a grandes patrimonios.

La reducción de capital entre las Sicav constituye una práctica habitual en el mercado, aunque no es una operación que una misma sociedad pueda repetir varias veces en un corto periodo de tiempo, puesto que Hacienda podría interpretarlo como una distribución de beneficios encubierta.

El caso de Amancio Ortega, máximo accionista de Inditex, sirve de ejemplo para comprobar cómo los propietarios de Sicav recurren con frecuencia a la reducción de capital para rescatar. Hace un año, Ortega comunicó a la CNMV que había procedido a disminuir en casi un 50% el capital social de Alazán Inversiones 2001. Esta Sicav tenía al cierre de 2007 un patrimonio de 384 millones y en la actualidad sólo cuenta con 169 millones. El empresario gallego también retiró en marzo de 2006 más de 300 millones en Keblar, otra de sus Sicav.

Aunque el Gobierno no prevé inicialmente tocar la tributación de las sociedades de inversión de las grandes fortunas, los expertos no descartan una modificación en el trámite parlamentario para sacar adelante las cuentas del Estado de 2010. "No creo aventurado suponer que en este terreno puede haber concesiones, subordinando los posibles riesgos que se puedan correr en cuanto a fuga de capitales al extranjero a la aprobación del Presupuesto", reconoció ayer Eugenio Recio, profesor honorario de Esade durante una reunión con periodistas.

En el caso de que se anunciara una subida de impuestos a las Sicav, los expertos consultados consideran muy probable un repunte en las reducciones de capital.

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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